Hace poco tiempo el Instituto Nacional de Estadística confirmó lo que lamentablemente todos ya intuíamos, y es que en España ya hay 56.000 muertes más que nacimientos al año (España registró 369.302 nacimientos por 426.053 fallecimientos).
Aunque en multitud de ocasiones acabamos siempre analizando datos financieros para encontrar explicación al comportamiento de los mercados, lo cierto es que la mayoría de las veces, son las variables ajenas a los mercados las que más pueden influir.
Si analizamos los últimos datos demográficos de los países desarrollados, todos están cortados por el mismo patrón: crecimiento vegetativo negativo con baja natalidad.
Todos sabemos que cuanto más joven eres, mayor tolerancia al riesgo eres capaz de soportar en tus inversiones y que, a medida que una población envejece, los objetivos de inversión se enfocan más en el ahorro para la jubilación (a bajo riesgo).
El entorno actual de bajos tipos de interés claramente está propiciado por una política monetaria de los bancos centrales ultralaxa pero, no menos importante es el impacto de la demografía en los tipos de interés.
Los tipos de interés (al igual que todo en el mercado) se mueven en función de la oferta y la demanda. Cuanto mayor es la demanda de bonos, mayor es el precio que los compradores están dispuestos a pagar y, por lo tanto, menor es el rendimiento que los vendedores (compañías y Estados Soberanos) están dispuestos a pagar.
Para comprobar la influencia de la demografía en el mercado de renta fija, hemos analizado la evolución de la población en Europa desde 1950 (datos extraídos de Naciones Unidas) excluyendo a las personas de entre 40 y 54 años (que es cuando mayor es el ahorro porque están pensando ya en la jubilación), y la hemos comparado con la evolución del rendimiento del bono a 10 años de Alemania:
La línea naranja representa el porcentaje de población de Europa (sobre el total) de personas que no tienen entre 40-54 años, es decir, actualmente el 75% de la población europea se encuentra entre 0-39 años y 55-100 años.
La línea gris representa la evolución del rendimiento del bono alemán a 10 años, es decir, actualmente se encuentra dando una rentabilidad del -0,5%.
La correlación es evidente. Se podría afirmar que actualmente existe un exceso de flujo de inversores ahorradores (conservadores) que están presionando (demandando) el tipo de productos más conservadores como son los bonos.
La coincidencia de tipos bajos y problema demográfico se hace patente no solo en Europa, sino en el resto de países desarrollados como Japón.
Indudablemente es la política monetaria de los Bancos Centrales la que está impulsando estos tipos de interés tan bajos pero, igualmente relacionado se encuentran otras variables como el impacto demográfico que están viviendo actualmente.