Si el 2020 fue un ejercicio de paciencia y un reto para la mayoría de las personas en el mundo, el 2021 tendrá la misma tónica. En ese sentido, que no nos extrañe que, metafóricamente hablando, el 2020 tenga más de 366 días.
En 2021 la recuperación no será fácil, y no estará exenta de sorpresas. La toma de decisiones será contingente a una cantidad enorme de datos, y el ambiente económico y financiero tenderá a cambiar constantemente. Dado esto, 2021 no será un año para ser complaciente o para navegar un mar tranquilo y sin sobresaltos, y para lograr sobrellevarlo de la mejor manera tendremos que perfeccionar el esquivo y sutil arte de “cambiar de opinión” cuando sea necesario.
Me gustaría ejemplificar lo que menciono arriba con un tema que hará correr ríos de tinta durante el primer semestre del siguiente año: la inflación y la política monetaria.
La junta de gobierno de Banxico cambiará de composición el primero de enero. Con la salida de Guzmán (con sesgo restrictivo) y la entrada de Borja (creemos que podría tener un sesgo más acomodaticio), las voces que buscan mantener las tasas bajas en el banco ganarán fuerza. En este sentido, es probable que veamos a un Banxico más propenso a bajar tasas, o a mantenerlas bajas por más tiempo.
La mayoría de los analistas piensan (y concuerdo con ellos), que Banxico reanudará su baja de tasas en la junta del 13 de mayo, para tener una “última” racha de recortes en las siguientes 2 juntas, y observar una tasa terminal de 3.50%. Esto iría en línea con la trayectoria de la inflación esperada para los siguientes 12 meses (Gráfica 1)
Es importante observar que durante los primeros 4 meses del año veremos una inflación creciente, para después verla converger a niveles “más normales” y dentro del rango en el que Banxico se siente cómodo.
Sin embargo, si algo nos enseñó el 2020 es que debemos tener la mente abierta, pues todo puede pasar. Dado esto, ¿Cuáles serían los riesgos a este escenario? Puesto de otra forma, ¿Qué podría hacer que la inflación no termine convergiendo al rango objetivo de Banxico?
Parado en diciembre 2020, puedo identificar al menos 3 riesgos importantes:
- El precio de la gasolina
- El precio de los alimentos
- El aumento en los salarios
El precio de las gasolinas será el riesgo más importante para la inflación durante el 2021. Actualmente el precio de la gasolina ha permanecido bajo los últimos meses, sin embargo, no hay que desestimar el efecto que tendrá la recuperación económica en el precio de los hidrocarburos. De tener un efecto importante, el precio de la gasolina podría subir hasta 15.7% antes de que el gobierno tome cartas en el asunto y lo empiece a “regular”. ¿Por qué? Porque la promesa de campaña del gobierno actual fue no aumentar el precio de la gasolina por encima de la inflación, lo cual implicaría que el precio actual de la gasolina no debería sobrepasar $20.55 por litro a cierre de noviembre. A este precio se le conoce como precio base (o precio ajustado por inflación). Por otro lado, el precio de mercado a cierre de mes era de $17.76, muy por debajo del precio base (Gráfica 2).
Entonces, de concretarse este aumento, estaríamos viendo un impacto en la inflación de entre 0.5%-0.8% por el puro efecto del aumento de precio. A eso habría que sumarle efectos de segundo orden que podrían existir en otros bienes y servicios.
En segundo término, tenemos el precio de los alimentos. Históricamente, el precio de los alimentos en EE.UU. ha tenido una incidencia en la inflación mexicana. En la Gráfica 3 podemos observarlo. En la mayoría de las ocasiones, cada vez que hay un aumento en el precio de los alimentos, la inflación local tiende a repuntar, en mayor o menor medida.
Actualmente, el precio de los alimentos se encuentra en un máximo histórico de 6 años, por lo que, de seguir aumentando, podríamos ver un repunte en la inflación local durante el siguiente año.
Por último, otro efecto que no carece de relevancia es el tema del aumento en el salario mínimo. Los últimos años hemos observado un aumento importante en el salario mínimo, y dicho aumento ha permeado, en menor medida, a los salarios generales (Gráfica 5)
Esto podría mantener la inflación subyacente alta (como lo hemos visto en los últimos años), dificultándole a Banxico su, de por sí, complicada tarea.
Dado todo lo anterior, y muchos otros eventos que seguro se darán en 2021, el panorama inflacionario aún permanece incierto, y Banxico lo sabe. Y tan lo sabe, que decidió pausar el ciclo acomodaticio de tasas para terminar de convencerse que la inflación tenderá a bajar. Si estuviera seguro, no se hubiera detenido.
Como podemos observar, estos son algunos ejemplos de eventos que podrían mover nuestro escenario base, y por lo que tendremos que estar atentos para poder hacer los ajustes pertinentes en un año que se espera bastante complicado. Como decía al inicio, navegar 2021 requerirá de todas las herramientas que tengamos a nuestra disposición, siendo una de las más importantes, la flexibilidad mental en el proceso de toma de decisiones.
Columna de Franklin Templeton México escrita por Luis Gonzali, CFA. VP/co-director de Inversiones