La India presenta numerosas oportunidades de inversión, pero su clima empresarial, que se percibe como hostil, suele suponer un obstáculo. Desde que tomara posesión del cargo en mayo del pasado año poniendo fin así a una década de gobierno en manos del Partido del Congreso, el primer ministro Narendra Modi ha demostrado su intención de reavivar la economía nacional, anteriormente sumida en el estancamiento al registrar un elevado déficit por cuenta corriente, una espiral inflacionista, unas infraestructuras insuficientes y una legislación y un contexto normativo poco favorables al sector privado.
Aunque las reformas implantadas hasta la fecha han ido en aumento, Modi ha prometido ahora llevar a cabo reformas económicas «ilimitadas». Recientemente, el primer ministro ha optado por promover reformas mediante «ordenanzas», esto es, órdenes ejecutivas temporales durante periodos de receso parlamentario. Estas ordenanzas deben volver a emitirse si el Parlamento no las aprueba en un plazo de 6 semanas tras reunirse de nuevo. En nuestra opinión, esto podría cambiar la dinámica en la India, puesto que Modi está demostrando que va en serio y que los obstáculos planteados por el Parlamento no le detendrán.
Entre las reformas más importantes se encuentran las siguientes:
- Seguros: Incrementar el límite de inversión extranjera en seguros del 26% al 49%. Esto podría llegar a atraer entre 7.000 y 8.000 millones de dólares de manos de inversores extranjeros, lo que supondría un gran impulso para el sector.
- Adquisición de tierras: Facilitar la adquisición de terrenos para proyectos energéticos, de defensa, de impulso de corredores industriales y de construcción de infraestructuras sociales y viviendas para los más desfavorecidos, entre otros. Estos proyectos ya no precisan el consentimiento del 80% de los propietarios de los terrenos durante el proceso de adquisición.
- Proceso de subastas para las minas de carbón: La nueva promulgación de una ordenanza sobre el carbón facilitará las subastas online de licencias de explotación de yacimientos de carbón a empresas privadas y adjudicará la explotación de minas directamente al Estado. Esto elimina un gran interrogante para el sector y fomentará la producción de este mineral.
- Subasta de minerales: Los demás minerales distintos al carbón se asignarán mediante subastas en lugar de mediante adjudicaciones. Esto contribuirá a la transmisión de arrendamientos y permitirá que las compañías mineras realicen operaciones a mayor escala además de atraer a grandes nombres internacionales.
En nuestra opinión, la India es uno de los mercados asiáticos que mejores perspectivas presentan. Desde un punto de vista macroeconómico, hay motivos para ser optimistas. La previsión del crecimiento del PIB para este año asciende a un nada desdeñable 6,4%, al tiempo que la inflación parece estar controlada: el IPC continúa dentro del objetivo del 6% del Banco de la Reserva de la India de cara a enero de 2016. Además, el sector manufacturero se ha fortalecido en los últimos meses. Aunque esta visión más optimista de la India se refleja en los precios de las acciones, tras la reciente corrección experimentada por el mercado, la renta variable india parece tener valoraciones razonables en comparación con sus cotizaciones históricas.
A corto plazo, el descenso del precio de las materias primas debería ser favorable para los beneficios empresariales. La caída de los precios del petróleo favorecería a la India, al tratarse de un país importador, lo que supondría más ahorro para los consumidores, reduciría las importaciones, mejoraría el déficit presupuestario e incrementaría las reservas de moneda extranjera. Más a largo plazo, el progreso en materia de reformas podría impulsar a los mercados de renta variable y favorecer a los ya positivos argumentos macroeconómicos de inversión en la India. Al igual que en muchos otros países asiáticos, los datos demográficos, la relativa solidez presupuestaria y una tasa de crecimiento superior deberían garantizar el atractivo de este país como destino de inversión.
El Henderson Horizon Asian Growth Fund sigue sobreponderando la India, puesto que creemos que nuestras inversiones en compañías financieras, de consumo, farmacéuticas y de servicios tecnológicos pueden seguir generando un crecimiento considerable de los beneficios y una rentabilidad superior durante los próximos años.
El riesgo más evidente es que las reformas económicas se paralicen, pero las empresas que mantenemos en cartera han obtenido una rentabilidad brillante incluso en contextos políticos más débiles. Entre las posiciones que priorizamos se encuentran HDFC y su filial HDFC Bank, Tata Motors, el fabricante de bienes de consumo de alta rotación Dabur y la firma de software Tech Mahindra. También hemos iniciado una línea de inversión en Lupin. Esta farmacéutica cuenta con una amplia exposición geográfica y una sólida cartera de proyectos, además de ser una de las fabricantes de genéricos con mayor tasa de crecimiento en un mercado tan importante como el estadounidense.
Andrew Gillan y Sat Duhra son gestores de fondos del equipo de Renta variable asiática (Japón excl.) de Henderson