India siempre ha sido reconocido como un país de gran potencial. Con más de 1,2 millones de habitantes, cuenta con casi una quinta parte de la población en edad laboral a nivel mundial. Sin embargo, las leyes del país se remontan a una época en la que filosofía política se basaba en el socialismo -momento en el que el gobierno dirigía sus propias fábricas. Estas leyes han fracasado al intentar seguir el ritmo del programa de liberalización económica iniciado en 1991.
Por ejemplo, consideremos el notable caso de una trabajador de una fábrica india que fue «pillado» cuatro veces consecutivas, durmiendo en su puesto de trabajo. Tras varias causas judiciales, su empleador no pudo despedirlo. No fue hasta 22 años después cuando el Tribunal Supremo confirmó finalmente la decisión de la empresa de rescindir su empleo.
En la India, 45 leyes nacionales provienen de un acta de1948, relativo a»los conflictos laborales» y más de 200 leyes estatales se dirigen a las relaciones entre los empleadores y sus empleados. Van desde prohibir a las empresas con más de 100 empleados reducir puestos de trabajo, hasta obligarlas a mantener hasta 6 registros distintos de asistencia, 10 cuentas de salarios por horas extraordinarias y 5 registros distintos de rentabilidad anual. La palabra»salario” es objeto de al menos 11 interpretaciones legales diferentes. También hay reglas que regulan diversos códigos de los edificios, incluyendo la frecuencia con la que deben ser limpiados.
Una consecuencia de estas arcaicas leyes laborales es que las reglas no son flexibles para las firmas industriales, en concreto para las exportadoras, lo que les impide reducir excedentes de mano de obra cuando cae la demanda. Por tanto, muchas empresas prefieren trabajar con menos manos en lugar de ampliar la mano de obra durante los momentos de auge económico. En el entorno actual con una rupia a la baja, los productos de la India se han vuelto más competitivos. Pero las restrictivas leyes laborales podrían no permitir a las empresas ampliar las operaciones y capitalizar la oportunidad.
Además, la negativa a aumentar la mano de obra durante la bonanza económica se manifiesta en el aumento de la automatización. Pero, una vez más, las leyes laborales limitan indirectamente la capacidad de una empresa para ascender en la cadena de valor de la producción. En lugar de contratar trabajadores, dependen de empleados temporales. Sin embargo, la incertidumbre y el exceso de rotación de mano de obra temporal impide que las empresas inviertan en formación técnica especializada. Sin embargo, hay un límite en la productividad que la India puede alcanzar a través de la automatización. Sólo el 16% de la economía de la India se dedica al sector manufacturero; en China, la cifra es del 34%.
Según el Banco Mundial, la India podría haber añadido 2,8 millones de puestos de trabajo a su llamada «economía formal» en la década hasta el 2007, si las leyes laborales fuesen menos restrictivas. El crecimiento del PIB se ha desacelerado hasta el 4,4%, por debajo de la media del 7,7% entre 2002 y el 2011. Y la India se encuentra en modo de crisis con una rupia a punto de colapsar, una inflación al alza y un inmenso déficit presupuestario. Tal y como han hecho en el pasado, los políticos harían bien en aprovechar la actual crisis para sacar adelante las reformas laborales.
Sin embargo, una reforma así, necesita un enfoque integral con una amplia discusión que aborde diferentes áreas. Por ejemplo, programas como la Ley Nacional de Garantía del Empleo Rural ha creado una clase de jóvenes sin formación profesional. Asociaciones como la que existe entre el estado de Gujaraty una empresa privada para crear la primera universidad de formación profesional, podrían ser de gran ayuda. Es necesario un marco legal más eficiente y actualizado para resolver los conflictos laborales. En lugar de ver la demanda de mano de obra como una mejora de las condiciones de trabajoy la seguridad social, en vez de una llamada de la industria para la flexibilización del empleo, ambas partes deben reconocer la necesidad de colaboración, y tal vez así los trabajadores puedan ser contratadoscomo trabajadores fijos, en vez de por contrato, con el fin de satisfacer demandas de mano de obra a corto plazo. Sin la creación de puestos de trabajo suficientes junto con una reforma laboral, India podría poner en peligro el potencial que le queda a la segunda mayor mano de obra del mundo.
Siddharth Bhargava es Analista en Matthews Asia
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