No cabe duda de que los abundantes recursos agrícolas, minerales y energéticos con los que cuenta África han contribuido a impulsar el crecimiento económico del continente. Pero una nueva ola de desarrollo de las infraestructuras está modificando la percepción que los inversores tienen sobre el continente africano. El modelo actual de comercio africano (materias primas a cambio de productos manufacturados) está cambiando. A medida que la rápida industrialización aumenta la prosperidad de su joven población, el consumo nacional va camino de desempeñar un papel mucho más importante en dicho crecimiento. Se trata de uno de los mercados emergentes que mejores resultados ha obtenido en los últimos años, convirtiéndose en un destino de inversión extranjera cada vez más fiable,y que en las próximas décadas podría superar con creces las expectativas de los inversores.
No nos engañemos: África sigue siendo un lugar difícil para hacer negocios. La corrupción, la burocracia y un suministro eléctrico poco fiable siguen constituyendo obstáculos importantes. Pero las inversiones en proyectos tales como las refinerías de petróleo demuestran que los inversores van a estar allí bastante tiempo. La inversión extranjera directa en el continente se ha triplicado en los últimos diez años, y el grupo formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica tiene previsto invertir la increíble cantidad de 530.000 millones de dólares en el sector industrial africano en el año 2015, lo que supone un gran aumento en relación con los 150.000 millones invertidos en 2010. El porcentaje de la inversión china total en África correspondiente a la industria (22%) está ganando rápidamente terreno al sector minero (29%). Y las empresas de logística que se están expandiendo por el continente podrían generar un efecto de bola de nieve en la actividad económica si consiguen reducir los plazos de entrega.
En nuestra opinión, los productos básicos son los que tiene mayor potencial de rentabilidad. Los países parten de un nivel muy bajo y tanto las rentas como la población están aumentando, por lo que las ventas de los artículos de primera necesidad como los alimentos y las bebidas se van a disparar. Se prevé que los gastos de consumo se dupliquen en los próximos diez años, a medida que los africanos se urbanizan y aumentan su poder adquisitivo. Ello debería favorecer a empresas como las productoras de cerveza (SABMiller, Heineken, Diageo), dado el bajo nivel de consumo de cerveza registrado en África en relación con la media mundial. Actualmente menos del 50% de los 54 estados de África presentan una renta per cápita media anual superior a mil dólares, y se prevé que este porcentaje se incremente hasta alcanzar el 75%.
Buen ejemplo de ello es Nigeria, que en el año 2000 presentaba un PIB por habitante de 400 dólares y en el año 2012 dicha cifra se había cuadriplicado hasta alcanzar los 1600 dólares. Además, se prevé que crezca de manera significativa en los próximos años como consecuencia del aumento de las inversiones en la economía no relacionada con el petróleo. Una clase media emergente está impulsando el consumo privado e incrementando el precio de las acciones de empresas como Nestlé, ya que los nigerianos están empezando a adquirir productos más caros.
Shoprite, cadena de supermercados sudafricana que se ha convertido en la mayor empresa minorista de África por capitalización de mercado, ha obtenido unos resultados excelentes en todo el continente, donde previamente apenas había acceso a la compra a gran escala, y en los últimos años ha generado una rentabilidad sobre recursos propios de alrededor del 40% anual. Otro cambio importante está en la gran inversión realizada en la industria de procesamiento de alimentos y bebidas de África occidental. En función de cómo se desarrolle dicha industria en los próximos años, los minoristas podrían incrementar enormemente la proporción de productos producidos localmente con un coste menor en detrimento de los productos importados de Sudáfrica. Curiosamente, Shoprite ha ampliado su capital para estimular la promoción inmobiliaria en la región, ya que el sistema actual es demasiado lento en la construcción de centros comerciales en los que ubicar sus tiendas. Los minoristas de alimentos no son los únicos que salen ganando; también lo hacen los proveedores como AVI, fabricante de aperitivos, y Nestlé Nigeria, que vende caldo de carne y pollo Maggi, ya que estos pueden aprovechar la amplia red de distribución de empresas como Shoprite.
Conviene también prestar atención al sector de las telecomunicaciones. Los africanos han adoptado la tecnología moderna en cuanto se la han podido permitir, y los teléfonos móviles están proliferando tanto como en La India. Entre los principales operadores se encuentran las dos empresas de telefonía móvil más importantes de Sudáfrica, MTN y Vodacom. Podemos encontrar un ejemplo de la velocidad de crecimiento del sector en Nigeria, que en el año 2000 contaba únicamente con 500.000 líneas fijas y donde los terminales inalámbricos eran prácticamente inexistentes. En la actualidad, en Nigeria hay 90 millones de teléfonos móviles. El elevado uso de estos teléfonos supone una gran oportunidad para los servicios financieros y, en muchos casos, se evita la necesidad de contar con una infraestructura bancaria física. Vodafone, a través de su filial Safaricom, fue la primera empresa en instaurar en Kenia el servicio de banca por móvil; en la actualidad, una tercera parte del PIB del país pasa por su sistema de transferencia de dinero a través del móvil, M‐Pesa. Ahora intenta reproducir el mismo modelo en todo el continente.
El sector agrícola también va a registrar, sin duda, un crecimiento masivo. Se prevé que la población de África se duplique hasta alcanzar los 2.000 millones de personas en el año 2050, por lo que se impone la mejora urgente de la productividad agrícola y el aumento de los cultivos. África representa el 60% de la tierra cultivable sin cultivar de todo el mundo. En la actualidad, únicamente se explota el 10% de los 400 millones de hectáreas de tierra cultivable situadas entre Senegal y Sudáfrica.
Aunque somos firmes defensores de la inversión en Sudáfrica y Nigeria, toda la zona del África subsahariana ofrece una amplia variedad de oportunidades. No obstante, no todas estas ideas se pueden adaptar a un vehículo líquido para inversores de fondos internacionales. En ocasiones, debemos acceder a estas enormes oportunidades por la “puerta de atrás”. El gobierno corporativo y la liquidez de mercado siguen siendo cuestiones importantes en los «mercados frontera». Por eso solemos acceder a estas oportunidades invirtiendo en empresas británicas y sudafricanas. Con nuestro Fondo EMEA (que actualmente cuenta con una exposición a África de aproximadamente el 60%), creemos que podemos elegir algunas de las mejores ideas en una amplia gama de países.