¡La revolución indexada en hedge funds ya está aquí! Bueno, en realidad llegó hace 15 años, pero algunos gestores dedicaron la primera década o más luchando con uñas y dientes para evitar que se esparciera y, en el proceso, hicieron lo imposible para convencer a todo el mundo de que no podría o no debería funcionar.
Pero así estamos en 2022: una nueva generación de gestores está adoptando la replicación de hedge funds basada en factores, una estrategia parecida a la indexación que ha funcionado sorprendentemente – e incluso destacadamente- bien. Para estos gestores con altura de miras, es una profunda mejora respecto a otras opciones más arriesgadas y costosas, amplía el número de herramientas disponibles, y tiene potencial para mejorar materialmente la rentabilidad de los clientes.
Aquí va una guía rápida:
Definamos “indexado”
Todo el mundo conoce los índices de hedge funds; HFR, EurekaHedge, PivotalPath, Bloomberg, etc. Cada uno puede indicar cómo se comportaron el mes anterior los hedge funds, que con frecuencia son ilíquidos, caros y sujetos a inversiones mínimas elevadas. Aunque útiles como índices, desafortunadamente son inútiles para la inversión. Imagínese intentando invertir en su índice inmobiliario local.
Introduzcamos la replicación de hedge funds basada en factores. Para los profanos, significa tratar de discernir cómo invierten un montón de gestores (hedge funds) en acciones, bonos, divisas y materias primas (factores) y copiarlos de forma barata y eficiente (réplica). Lo bueno de esto es que puede funcionar en forma de fondo con formato UCITS con mínimos bajos, liquidez diaria y comisiones razonables.
Los revolucionarios
En 2006, la leyenda académica Andrew Lo, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) publicó en un paper que los modelos de riesgo estadístico, una variante de los desarrollados por el Nobel Bill Sharpe, podrían determinar con notable precisión cómo estaba posicionada una cartera de hedge funds en las principales clases de activos. Simplemente, las posiciones largas en small caps/value y cortas en large caps/growth generaron rentabilidad durante la crisis punto com; pero con las acciones, no tanto. Los análisis realizados por nuestra compañía, Goldman Sachs, Credit Suisse, Merrill Lynch, ING y varias boutiques confirmaron estos resultados. El siguiente paso era transformar este modelo de riesgo en un producto de inversión. Lanzamos el primer vehículo hedge fund en mayo de 2007, y varias de las firmas citadas previamente pronto nos siguieron, lanzando fondos con domicilio en Estados Unidos y finalmente fondos formato UCITS. La competición estaba en marcha.
El establishment
Pero había un pequeño problema: prácticamente todo el mundo hedge lo odiaba. Construida sobre la mística y la inaccesibilidad, la industria se enfureció con la idea de que a un robot barato con aspecto de perro se le dejase competir con sabuesos de pura raza. Incluso peor, porque la replicación planteó dudas comerciales espinosas, como por qué una persona racional podría invertir en un fondo ilíquido de hedge funds con una comisión del 5% una vez que se lanzase su versión líquida con comisión del 1%. Así que el establishment cerró filas.
Las historias en torno a este aspecto son bastante increíbles. Un fondo de fondos con un patrimonio de 10.000 millones de dólares desarrolló en secreto un programa de réplica y lo canceló porque “funcionaba demasiado bien”. Académicos famosos (convenientemente financiados por un banco de inversión) publicaron críticas intelectualmente falsas sobre el tema; vendría a ser el equivalente a hacer un agujero en un barco y después concluir que no estaba en buen estado para navegar.
Al afrontar las pruebas irrefutables de que la réplica había batido a los índices en rentabilidad modestamente a lo largo de la crisis global financiera, una firma de consultoría declaró de manera cómica que los resultados eran irrelevantes porque simplemente predecían el comportamiento del top 7% de fondos. Incluso entre los bancos de inversión arriba citados, los clientes fueron guiados hacia los hedge funds, donde la economía de las retrocesiones, las primas por brokerage y otras actividades empequeñecieron a los fondos de réplica. Sería gracioso si no estuviera implicado el dinero de los clientes.
¿Por qué ahora?
Simple y llanamente, está llegando una nueva generación de gestores a la gestión de activos. Han crecido en un mundo en el que la indexación es una manera eficiente y predecible de conseguir exposición a clases de activos. Han visto cómo muchos de los mitos en torno a los hedge funds – el del genio infalible, por ejemplo- se han marchitado frente a la realidad. Reconocen que “activa” y “pasiva” pueden y deberían coexistir. Millenium, el robot que calcula la ratio de Sharpe, puede ser una magnífica opción para los clientes de élite, pero un producto accesible, líquido e indexado es mucho más apropiado para el otro 99%. A través de las gafas de las carteras modelo y la gestión de clientes en el largo plazo, comprenden el valor que aportan los resultados predecibles y similares al índice, aunque el índice pueda ser el mejor amigo o el peor enemigo de un gestor.
Ya sea revolucionario o fruto de la evolución, lo cierto es que ya ha llegado el momento de que la inversión en hedge funds se acerque a la indexación.
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