En un mundo de valoraciones estratosféricas de la tecnología, rentabilidades de los bonos bajas (o negativas) y resurgimiento de la inflación, los inversores deben diversificar más que nunca. Tanto los inversores institucionales como las family offices han tenido fácil la decisión: sustituir renta fija por fondos de inversión libre (hedge funds). Para el otro 99 %, que no tiene acceso a los principales fondos de inversión libre debido a los elevados requisitos mínimos que exigen o por otros motivos, esto supone un desafío. Por suerte, en la última década las estructuras OICVM (Organismos de Inversión Colectiva en Valores Mobiliarios) han producido una oleada de productos de fondos de inversión libre —«alternativas líquidas»2— a disposición de todos los inversores. La democratización de los fondos de inversión libre ha comenzado.
Pero, antes que nada, ¿por qué los fondos de inversión libre? Estos productos, probablemente los más activos entre los gestores activos, pueden atraer al mejor talento y tienen una mayor flexibilidad para ir detrás de las oportunidades más atractivas, estén donde estén: hoy, mañana o el año que viene. Además, suelen prosperar cuando el entorno macro es más inestable. Poco después de que los mercados se desplomaran en marzo de 2020, los fondos de inversión libre predijeron correctamente la recuperación económica y la posterior rotación a valores más baratos; posteriormente ese año, muchos predijeron el retorno de la rentabilidad cuando la mayoría de los estrategas del mercado lo descartaban. Unidos a inversiones tradicionales como la renta variable, la renta fija y los inmuebles, los fondos de inversión libre pueden ofrecer beneficios de diversificación muy valiosos a lo largo del tiempo: durante la «década perdida» de principios del siglo XXI, los fondos de inversión libre tuvieron una rentabilidad del 86%, mientras que el índice MSCI World avanzó un 3%.
Los fondos OICVM de inversiones alternativas líquidas ofrecen también estas ventajas. Muchos están gestionados por los mismos fondos de inversión libre que administran miles de millones para inversores institucionales y family offices. Algunos permiten realizar inversiones de tan sólo unos pocos miles de dólares. Al igual que con las inversiones tradicionales, los inversores pueden sacar dinero mañana para hacerse cargo de una emergencia. Con todo, conseguir los beneficios de diversificación de los fondos de inversión libre —especialmente en forma de OICVM— no es fácil.
Para entender por qué, comencemos estableciendo una analogía con el automóvil. El 80 % de los fondos de inversión libre son las piezas, no el conjunto del coche en sí. Los inversores institucionales y las family offices cuentan con equipos de mecánicos que ensamblan sus propios vehículos a partir de veinte piezas o más; los gestores de fondos a menudo lo hacen con cuatro o cinco. Visto así, «un fondo de inversión libre» no es lo mismo que los «fondos de inversión libre», del mismo modo que una «transmisión» no es un «coche» y, por extensión, «Alibaba» no es sinónimo de «mercados emergentes». Un coche es útil, pero no cada una de sus piezas por separado.
A diferencia de los fondos de inversión libre, los fondos alternativos líquidos tienen un segundo problema: en ocasiones, las propias piezas son imitaciones baratas. Los fondos OICVM cuentan con varias protecciones integradas para los inversores minoristas, unas «restricciones» que limitan la flexibilidad hasta del inversor con más talento. Un buen gestor que hace acopio de bonos con escasa liquidez y alta rentabilidad en un fondo de inversión libre, en general no puede hacer lo mismo en un fondo OICVM, por lo que este último podría tener bonos más genéricos con rentabilidades mucho menores. Para continuar la analogía, un coche fabricado con piezas pirata seguiría teniendo buen aspecto, pero podría ir a trompicones en lugar de rodar con fluidez.
Creemos que existe una solución simple y elegante. En 2006, algunos importantes académicos, bancos de inversión y gestores de activos (incluida nuestra firma) intentaron identificar los catalizadores primarios de los fondos de inversión libre con evolución superior a la media. La inesperada conclusión, justificada ahora por casi una década y media de resultados, fue la asignación dinámica de los activos, llamada de manera más técnica «rotación de factores». Los gestores de fondos de inversión libre con talento se adaptan a un mundo cambiante y esos cambios se reflejan en grandes decisiones de mercado: asignaciones multianuales como la toma de posiciones cortas en los valores tecnológicos durante el estallido de la burbuja de las puntocom; la inversión en los mercados emergentes en plena ola de los BRIC; la incorporación de los gigantes oligopolios tecnológicos a comienzos de la década de 2010; o, durante el reciente repunte de inflación, decisiones tácticas como ir en corto con los bonos y comprar crudo.
Nosotros y unos cuantos gestores de activos más nos dimos cuenta de que esa rotación de factores podría copiarse o «replicarse». Es importante destacar que al invertir directamente en instrumentos fácilmente negociables, estas réplicas funcionan a la perfección con las espinosas restricciones de los OICVM descritas previamente. Para seguir con la analogía del coche: es como imprimir todo el coche con una impresora 3D. Sigue habiendo unas cuantas piezas que no pueden replicarse y que a menudo tienen un coste elevado (comisiones, gastos) o suelen averiarse inesperadamente (sobredemanda de operaciones, activos ilíquidos, limitación/suspensión de reembolsos). Nuestra impresora imaginaria es tan buena que puede imprimir el equivalente a una flota de Ferraris sin ningún tipo de extra por un coste muy inferior. Para el inversor de a pie, lo fundamental aquí es que la versión copiada suele ser igual de rápida (rendimiento equivalente) que el fondo de inversión libre de primera calidad y bastante más rápida (mejor rendimiento) que los fabricados con piezas de imitación. De hecho, en los últimos cinco años, los tres fondos OICVM con factor de replicación de fondos «puros» casi han duplicado la rentabilidad del índice de fondos de inversión libre OICVM6 (exención de responsabilidad: subasesoramos uno de ellos).
En un fondo de inversión libre, la forma a menudo es igual de importante que la función. Por terminar con la analogía, contarles a tus amigos que tienes un coche de lujo es divertido, pero que te vean conduciéndolo es todavía mucho más. Que pague demasiado o el coche se averíe, no cambia la vida de un multimillonario. Pero para el restante 99 % de la población, cada dólar es relevante. La funcionalidad se impone a la forma; lo que sirve de guía es la eficiencia, la fiabilidad y el rendimiento. Desde este punto de vista, los fondos de inversiones alternativas líquidas basados en la réplica podrían ser la manera más razonable de llevar las verdaderas ventajas de los fondos de inversión libre a los millones de inversores que más se beneficiarían, lo cual es la definición misma de democratización.
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