El dólar estadounidense se ha visto fuertemente revalorizado en los últimos nueve meses. Henderson estima que la divisa se mantendrá a niveles elevados y analiza lo que esto implica para los inversores.
En Estados Unidos, en términos de corto plazo, la solidez del dólar favorece a los mercados de tipos de interés, dados los bajos precios de las materias primas, la baja inflación y el menguante coste de las importaciones. Sin embargo, esta solidez del billete verde puede que esté perjudicando a los compradores de deuda pública insensibles a los precios al moderarse el crecimiento de las reservas de divisas. Hace tiempo que sostenemos que ahora existen menos compradores permanentes de bonos estadounidenses.
Mercados de renta fija privada: se precisa un análisis fundamental
Con la apreciación del dólar, los beneficios de las empresas radicadas en Estados Unidos podrían verse sometidos a presión. Sin embargo, un dólar fuerte también implica que el petróleo (valorado en dólares) se vuelve más barato y, por otro lado, las empresas deberían sacar partido a la mayor bonanza económica. Evidentemente algunos sectores, como el energético, se verán afectados por el descenso de precios del petróleo, mientras que otros, incluidos el sector minorista, automoción e industrial, se beneficiarán de una demanda más alta y del menor coste de los insumos.
En los mercados emergentes, la solidez del dólar debería beneficiar a las empresas que venden productos valorados en dólares pero que sufragan los costes, tales como salarios y rentas de alquiler, en la moneda local. Sin embargo, un catalizador más importante para estas empresas son las diferencias de cambio que existen entre regiones con respecto a los competidores locales, por ejemplo entre Japón y Asia. Dado el crecimiento exponencial del crédito en los emergentes en los últimos años, donde muchos adquieren préstamos en dólares estadounidenses, es difícil cuantificar la verdadera magnitud de la exposición a deuda de mercados emergentes denominada en dólares. Se precisa un análisis más selectivo, ya que a los emisores con pasivos denominados en dólares les puede resultar más difícil atender sus deudas con los ingresos que generen en la moneda local si el dólar continúa revalorizándose.
Mercados de divisas: prepárese para la volatilidad
De momento los movimientos registrados en los mercados de divisas, a pesar de su tamaño, han seguido un patrón relativamente ordenado. No obstante, a medida que avanzamos hacia la Fase 3, con el cierre forzoso de posiciones de “carry trade” con vistas a reducir el riesgo y el potencial de devaluación, los acontecimientos podrían volverse más erráticos, con un consiguiente repunte de la volatilidad de las divisas.
Conclusión: riesgos y oportunidades
La divergencia económica, que actúa como resorte de la solidez del dólar estadounidense, combinado con la divergencia de políticas monetarias de los bancos centrales, un menor crecimiento de las reservas de divisas y el cierre de posiciones “carry trade”, son factores que deberían continuar propulsando al dólar. Sin embargo, prevemos que la trayectoria del billete verde será más volátil de aquí en adelante; aunque la mayoría del reciente avance del dólar se ha logrado a costa del euro y el yen, en la siguiente fase podríamos ver cómo Asia se adentra en la línea de fuego. En el transcurso del año podría iniciarse realmente la tercera fase de recorrido alcista del dólar, actuando como un posible detonante el inicio de un ciclo de subidas de tipos estadounidenses. Esto creará un entorno que sin duda será complicado, pero a medida que repunta la volatilidad también se presentarán oportunidades para los inversores que examinen más de cerca los riesgos.
James McAlevey es co-gestor del fondo Henderson Horizon Total Return Bond.
Las rentabilidades pasadas no son promesa o garantía de rentabilidades futuras. Todas las cifras de rentabilidad incluyen tanto los aumentos de las rentas como las plusvalías y las pérdidas, pero no refleja las comisiones actuales ni otros gastos del fondo.