A finales de 2009, los bonos corporativos no sólo se habían mantenido fuera del estancamiento de la crisis crediticia que había golpeado a los mercados desde julio de 2007, sino que habían experimentado un repunte impresionante.
Por consiguiente, desde el punto de vista del valor, parecía que podía extraerse mucho menos de la clase de activo. El lanzamiento del Henderson Horizon Euro Corporate Bond Fund en ese momento pudo sorprender a algunos; sin embargo, tres años más tarde, el fondo ha alcanzado un volumen superior a 1.000 millones de euros. ¿Cómo ha sido posible?
El panorama financiero actual es distinto a cualquier otro de la historia reciente. Estamos en una era de política no convencional de los bancos centrales y los gobiernos, cuyas acciones han contribuido a mantener a flote algunas economías, pero que han generado una volatilidad y una incertidumbre continuadas. Los vencedores de este juego son los que aprovechan la volatilidad y gestionan el riesgo bajista que provoca la incertidumbre.
«El mercado de los bonos corporativos aún ofrece potencial»
A pesar de su tardanza en llegar al mercado, el Henderson Horizon Euro Corporate Bond Fund consiguió resultados gracias a su enfoque de inversión flexible: una asignación de activos inteligente entre sectores mediante una cuidadosa selección de empresas, provista de herramientas para aprovechar las anomalías del mercado y reducir los riesgos.
Los bonos corporativos están de moda
La pobre rentabilidad de los activos percibidos como seguros, como la deuda pública de los países centrales, ha llamado la atención de los que buscan rendimientos sobre los mercados de crédito. Dado el lento crecimiento económico y la poco amenazante inflación, los bonos corporativos se han convertido en la clase de activo de moda de los últimos años, y por buenas razones.
Desde 2007, la calidad crediticia de muchas empresas ha mejorado y muchas exhiben mejor forma que los balances soberanos. Las tasas de impago de las empresas son bajas en términos históricos y cabe prever que se mantengan así, mientras que existe una amplia gama de activos para invertir: alta rentabilidad, grado de inversión, títulos respaldados por activos, etc. Además, los mercados de crédito están impulsados por factores como el descenso de las nuevas emisiones netas (menos prestatarios en el mercado) y el gran flujo de entradas en fondos de bonos, que probablemente continúe en el actual entorno mundial.
El ascenso de la alta rentabilidad europea
Sin embargo, el universo de inversión situado en un rincón del mercado de crédito, la alta rentabilidad europea, está creciendo debido a las revisiones a la baja de las calificaciones de bancos y títulos cíclicos y de la periferia. Con el tipo de la deuda pública de los países centrales en torno al 2%, los de los bonos corporativos con grado de inversión no mucho más altos, y la rentabilidad de la deuda de mercados emergentes (EM) cerca del 4%, los actuales rendimientos del 6-7% de los bonos de alta rentabilidad europeos, unidos a su menor sensibilidad a los tipos de interés con respecto a otros títulos de renta fija, son muy atractivos (véase el gráfico).
El lanzamiento de un fondo de bonos de alta rentabilidad europeos a finales del 2012 puede haber sorprendido de nuevo pero, como la volatilidad y la incertidumbre probablemente persistirán, las mismas características de enfoque ágil y gestión activa volverán a dar fruto. ¿Demasiado tarde para la fiesta? No lo creemos.