La inversión sostenible por fin está ganando impulso en el mercado. Seguramente se deba a que el mercado ha empezado a darse cuenta de que cuestiones como el cambio climático o la desigualdad pueden ejercer un efecto negativo sobre las economías y las empresas.
Para evitar que estos efectos lleguen a producirse, sin embargo, debemos empezar a plantearnos los resultados que generan nuestras estrategias de inversión en términos financieros, sociales y ecológicos.
Los acuerdos en las Juntas de Accionistas pueden utilizarse como herramienta para fomentar la interacción con las empresas, sobre todo cuando no se realizan progresos, o éstos son demasiado lentos. Pueden constituir una señal muy poderosa para las empresas.
Debido al creciente interés por la sostenibilidad que venían mostrando los grandes gestores (pasivos) en 2018, esperábamos que las propuestas de esta índole presentadas en las juntas generales de 2019 recibieran un amplio apoyo. De hecho, según un artículo publicado recientemente en Financial Times, BlackRock, Vanguard y SSGA aglutinan la cuarta parte de los votos en las juntas generales de todas las empresas del S&P 500. Además, esta proporción seguramente siga creciendo, según notables figuras académicas de Harvard Law School.
Así pues, la conducta de estos grandes inversores a la hora de ejercer su derecho a voto puede constituir una poderosa fuerza de cambio y creación de valor a largo plazo. Desafortunadamente, según un reciente informe de Majority Action, estos gestores votan en contra de las propuestas presentadas por otros accionistas en el 90-100% de los casos.
Los principales motivos que se aducen para ello en los informes de buen gobierno son que la interacción con las empresas en estas cuestiones estaba en proceso, o que las propuestas presentadas por los accionistas no incidían sobre cuestiones ASG realmente sustanciales.
No todas las propuestas funcionan
Es cierto que no todas las propuestas presentadas a las juntas por los accionistas son iguales. Incluso en un aspecto ASG de tanta relevancia financiera como el cambio climático, algunas propuestas pecan de ser demasiado específicas en cuanto a las medidas que se deben tomar, o solicitan información que en su mayor parte ya ha sido incluida en los informes corporativos. Eso no contribuye a la generación de valor a largo plazo para los accionistas.
En la primera mitad de esta década, la mayoría de los acuerdos ambientales propuestos por los accionistas a las juntas se enmarcaba en alguna de estas categorías.
Cuando las empresas no responden adecuadamente a los acuerdos en junta, los inversores con mentalidad ASG cierran filas en torno a las propuestas para mejorar la responsabilidad de los administradores. Éste fue el caso en ExxonMobil, que anteriormente había conseguido sacar del orden del día de su junta general de mayo de 2019 una importante propuesta de acuerdo ambiental.
En su lugar, otra propuesta sobre el nombramiento de un presidente independiente se consideró una buena ocasión para imponer al consejo de administración una mentalidad más a largo plazo, así como para mostrar el descontento de los accionistas con la falta de voluntad de interactuación mostrada por la empresa.
El voto a favor superó el 40% y dejó claro que cada vez son más los accionistas que perciben el cambio climático como una amenaza real para sus inversiones. Si los grandes gestores hubieran hecho lo mismo, habrían prosperado muchos más acuerdos en junta sobre cuestiones ambientales de gran importancia. Qué gran señal habría sido… ¡y podrían haberse logrado resultados positivos y verdaderos progresos!
Sin embargo, como ya mencionábamos, este año ha resultado ser una oportunidad perdida, sobre todo teniendo en cuenta lo acuciante que es el problema climático.
Distinguirse de los gestores pasivos
Sabemos que, para los gestores activos, las cuestiones ASG son una forma de diferenciarse de los gestores pasivos. Y estamos convencidos de que, ante el creciente número de gestores que interactúan sobre aspectos ASG, la acción coordinada es la única forma de avanzar; no sólo para propiciar el cambio sino para hacerlo abarcable para las empresas.
Así que invitamos cordialmente a los grandes inversores (con el apoyo de sus clientes) a unirse a nosotros y refrendar propuestas ASG, bien formuladas y con relevancia financiera, para instigar el cambio necesario para mantener los activos económicos, ecológicos y sociales.