México ha experimentado avances significativos en la cultura financiera y hábitos de inversión en la última década. Este crecimiento ha sido impulsado por una combinación de factores, entre ellos la digitalización del acceso a los mercados, un mayor entendimiento de la inversión como medio para la creación de patrimonio, y una sociedad más conectada con el mercado de capitales.
El crecimiento se ha dado en múltiples facetas. A diciembre de 2024, el país suma más de 15.5 millones de cuentas de inversión registradas de acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) . No solo eso, los activos en fondos de inversión sumaron un crecimiento del 27.53% de forma anual, llegando a 4.335 billones de pesos en gestión al cierre de enero de este año (aproximadamente 216.750 millones de dólares).
Dando un paso más hacia adelante en el análisis, otro dato importante es que la misma Asociación Mexicana de Instituciones Bursátiles (AMIB), señala que también se ha observado un crecimiento de 78,62% en cuanto a clientes que invierten en estos fondos.
Este dinamismo marca un hito importante en el desarrollo financiero del país. La facilidad para abrir cuentas de inversión, el creciente conocimiento sobre el funcionamiento del mercado de valores y la reducción de costos para acceder a distintos instrumentos han permitido que cada vez más mexicanos se involucren en el mundo de las inversiones.
A pesar de estos avances, aún queda un camino importante por recorrer para lograr una madurez financiera proporcional al tamaño y características de la economía mexicana.
Uno de los principales desafíos es incrementar los montos invertidos en las cuentas existentes. No basta con abrir una cuenta y firmar un contrato: muchas de estas cuentas permanecen inactivas o con un nivel de operación muy bajo. Para fortalecer el mercado, es fundamental fomentar una mayor participación y continuidad en las inversiones.
Otro punto clave es la preferencia de los mexicanos por la renta fija. Aunque esta opción brinda estabilidad, su potencial de crecimiento a largo plazo es limitado en comparación con la renta variable. La historia demuestra que, pese a la volatilidad, los mercados bursátiles tienden a generar mayores rendimientos en el largo plazo.
Esta aversión al riesgo ha sido una constante en el perfil del inversionista mexicano. Por ello, un esfuerzo esencial de la industria debe ser educar y sensibilizar a los nuevos inversionistas sobre la naturaleza de los diferentes activos y estrategias de inversión. Una mayor diversificación puede ayudar a optimizar los rendimientos sin asumir riesgos innecesarios.
En pocas palabras, una vez que se ha “democratizado” el acceso, se requieren realizar esfuerzos por educar a un segmento importante de actuales y nuevos inversionistas, con el objetivo de que saquen el máximo potencial de las distintas alternativas disponibles en el mercado bursátil.
Esto cobra aún más importancia en un contexto como el actual, en el que la alta volatilidad que ha provocado el contexto social y político de América del Norte ha causado movimientos bruscos en el sistema bursátil. Una prueba importante de la madurez y perspectiva a futuro de muchos inversionistas va a ser cómo reaccionan ante las inminentes subidas y bajadas que muy probablemente veremos en los próximos meses.
El año 2025 representa una prueba crucial para la cultura financiera del país. El crecimiento en el número de inversionistas es un paso positivo, pero aún falta consolidar una mentalidad de inversión más robusta, diversificada y a largo plazo.
Es responsabilidad de todos los actores del sector —autoridades, asesores financieros e instituciones— trabajar en conjunto para fortalecer la educación financiera y fomentar una participación más activa en el mercado de capitales. La clave será desarrollar estrategias que permitan aprovechar las oportunidades del sistema financiero global.
México ha dado grandes pasos, pero aún queda la pregunta clave: ¿estamos listos para el siguiente nivel en cultura de inversión?
Moisés Saad, VP Director Advisory and Investment Solutions en GBM