El value ha sufrido más de lo habitual durante este ciclo económico. Los gráficos muestran cómo se está negociando a niveles muy bajos en relación al quality, estando algunos indicadores económicos en máximos históricos. Las valoraciones de renta variable pueden estar muy ajustadas en los mercados desarrollados, pero el value no ha estado tan barato desde la última crisis.
Las valoraciones son un claro driver de los retornos de esta estrategia, por lo que el catalizador es más que evidente. El único riesgo podría surgir si las condiciones económicas empeoran. Sin embargo, una recaída no es tan probable, por lo que podría presenciarse un rally del value en los próximos meses.
La inversión en value tiene sentido desde una perspectiva táctica y a corto plazo, pero también desde una perspectiva más estratégica. El bajo rendimiento de los bonos de los últimos años ha impulsado la subida de los mercados de renta variable y los ha llevado a estar dominados por valores de quality y aquellos sustitutivos de los bonos. Si el rendimiento de los bonos aumentara considerablemente, la correlación renta variable-bonos podría pasar de negativa a positiva, lo que significaría que los beneficios de la diversificación de la inversión en las dos clases de activos desaparecerían.
En estas condiciones, las acciones value podrían tener más atractivo al estar consideradas como una gran estrategia de cobertura frente al aumento del rendimiento de los bonos. Este hecho se ve reflejado en el siguiente gráfico mostrando cómo durante el mes de septiembre, mientras el rendimiento de los bonos de 10 años en Estados Unidos creció notoriamente, las acciones value cosecharon importantes ganancias.
Pero un mayor rendimiento de los bonos no es la única razón para centrarse en el factor value. La verdadera atracción del value es que es barato, no sólo en relación con el mercado, como debería ser siempre, o en comparación con el factor de calidad de los bonos, sino que es barato en términos absolutos. La curva de rendimiento de Estados Unidos se ha aplanado, lo que implica un riesgo de recesión.
Mientras tanto, las subidas de tipos están presionando los balances corporativos, y las empresas con los peores balances tienden a estar en el universo del value. Las tensiones comerciales, y la forma en que los tipos de interés tan bajos en Europa y Japón han erosionado los márgenes financieros (factor clave para el value), también están en contra. El resultado es que las acciones globales de value se están negociando en niveles similares a los de la recesión, a pesar de que los mercados de valores en general están funcionando bien.
Normalmente, para que el value se negocie de forma tan barata, implicaría unos mercados de renta variable mucho más débiles y una mayor volatilidad general de los precios, pero no es el caso actual. La última vez que tuvo lugar esta situación fue en la cúspide de la burbuja TMT, es decir, justo antes de uno de los períodos de mayor outperformance del factor value.
A continuación vemos un gráfico que refleja cómo el PE en comparación con su volatilidad implícita es bajo.
Las valoraciones baratas junto con la baja volatilidad prevaleciente dejan un escenario muy favorable para la inversión en acciones value o en el propio factor. Históricamente, esto ha proporcionado una exposición al alza y, al mismo tiempo, protección en caso de que los altos rendimientos de los bonos condujeran a una desaceleración económica.
Para acceder a una estrategia value vía ETFs
El SG Global Value Beta Net Total Return es un índice que contiene menos beta de mercado frente a índices value similares, y más ‘beta de value’, lo que le da al SGVB menor correlación frente al mercado cuando se utiliza como factor añadido en una cartera. Además tiene mayor exposición a Europa y Japón frente a otros índices similares, ámbitos donde el value es mucho más atractivo.
Tribuna de Chanchal Samadder, responsable de Lyxor Equity ETFs.