La creación de bitcoin en 2009 representó la primera aplicación satisfactoria de la tecnología blockchain o cadena de bloques como moneda descentralizada con un número finito de unidades. Un aspecto significativo es que estaba abierto a todo el mundo. Bitcoin inspiró a los desarrolladores a descubrir herramientas y aplicaciones más amplias impulsadas por la seguridad, transparencia y escalabilidad de la tecnología blockchain. Aunque la red bitcoin proporcionaba la base para un medio de intercambio, un joven programador la consideró como un método capaz de desafiar a las entidades centralizadas en toda la economía.
En 2013, con tan solo 19 años, Vitalik Buterin publicó el documento técnico de Ethereum, en el que introducía una novedosa red de cadena de bloques de uso general que permite a los desarrolladores crear condiciones y aplicaciones programables. En esencia, Buterin creó un sistema de dinero programable que revolucionó la forma en que las personas conciben, crean e implementan la tecnología de cadena de bloques.
Ethereum: una cadena de bloques con funcionalidad de contrato inteligente
El lanzamiento de Ethereum en julio de 2015 introdujo una nueva cadena de bloques con un lenguaje Turing completo integrado, que es un lenguaje de programación que puede utilizarse para incorporar lógica y completar transacciones más avanzadas que los pagos simples. La introducción de este lenguaje ha permitido a los desarrolladores crear e integrar aplicaciones en Ethereum, que sirven como capa base de un ecosistema abierto capaz de alojar contratos inteligentes y aplicaciones descentralizadas (DApps).
Los contratos inteligentes engloban gran parte de la propuesta de valor de Ethereum. Un contrato inteligente tiene criterios predefinidos que ejecutan automáticamente una respuesta basada en condiciones programadas, y el acuerdo se registra en la cadena de bloques. Los contratos inteligentes eliminan la necesidad de un intermediario externo.
Las DApps son aplicaciones front-end y dirigidas al usuario creadas e implementadas a partir de la programabilidad de los contratos inteligentes. Estos contratos programables se utilizan para crear aplicaciones de servicio de finanzas descentralizadas (DeFi, decentralized financial) y tokens no fungibles (NFT), que representan la propiedad digital de activos únicos. Los contratos inteligentes también se utilizan para crear y coordinar entidades de gobernanza descentralizada llamadas organizaciones autónomas descentralizadas (DAO). El universo de las DApps dentro de la red representa el ecosistema Ethereum.
La red Ethereum utiliza tecnología de cadena de bloques totalmente transparente para registrar transacciones y hacer un seguimiento de los estados en el libro de contabilidad. Los participantes de la red pueden encontrar un estado de consenso, que es el acuerdo alcanzado sobre el libro de contabilidad distribuido de la cadena de bloques, mediante la validación independiente de las transacciones y los bloques conforme a las reglas del protocolo. Los bloques son estructuras de datos individuales creadas a partir de una lista de transacciones agregadas e incluyen una referencia a su bloque de origen, o anterior.
La Ethereum Virtual Machine (EVM), la máquina de estado distribuido de Ethereum, es responsable de mantener la estructura y los estándares de datos de la red. En esencia, la EVM define las reglas para calcular una transición de estado entre bloques. Una transición de estado puede ser desde un cambio simple en el saldo de una cuenta hasta el resultado de una interacción de contrato inteligente más compleja.
Ether (ETH): la criptomoneda nativa que impulsa la red Ethereum
El ether (ETH) se puede utilizar para enviar pagos simples, de forma similar al bitcoin, pero es más parecido a un producto básico que a una moneda porque se utiliza principalmente para pagar el trabajo computacional descentralizado en Ethereum. Todas las transacciones y la implementación de contratos inteligentes en Ethereum conllevan una comisión variable que se pagará en ETH. Un pago simple suele ser más barato que una interacción de contrato inteligente. Este esquema de pago crea una demanda natural de ETH, ya que los usuarios finales de una DApp Ethereum deben comprar ETH para interactuar con la plataforma.
El ETH no tiene representación física; es un activo al portador digital propiedad de quien posea la clave privada correspondiente. Al igual que Bitcoin, Ethereum utiliza criptografía de clave pública y firmas digitales para impedir que usuarios malintencionados gasten ETH de otra persona. Para profundizar en la criptografía de clave pública y las firmas digitales, consulte Bitcoin: aspectos básicos.
ETH salió a la venta por primera vez el 2 de septiembre de 2014, con un precio de 2000 ETH por bitcoin (BTC). Actualmente, ETH es la segunda criptomoneda más grande con una capitalización de mercado total de 356.000 millones de dólares.
Por qué apostar por Ethereum ahora: una cadena de bloques de contrato inteligente con mecanismos para crear valor y escalabilidad
Comprender el atractivo y valor crecientes de Ethereum es reconocer lo que Buterin articuló en su informe técnico: el potencial de expandir las propiedades descentralizadas de la cadena de bloques programáticamente. Para los inversores interesados en la exposición a Ethereum, la primera aplicación exitosa de una cadena de bloques programable, creemos que:
El valor bloqueado dentro de su ecosistema, la utilidad e interoperabilidad de tokens y contratos inteligentes, y el creciente número de transacciones y su efecto en la quema de ETH pueden seguir impulsando el valor.
Las actualizaciones como la transición al sistema de prueba de participación y los avances en la escalabilidad en cadena y fuera de cadena, incluida la implementación de la capa de consenso de Ethereum y la mejora en las aplicaciones Layer 2, proporcionan escalabilidad a Ethereum. Estas actualizaciones también atraerán a más desarrolladores a este ecosistema en crecimiento debido a su efecto de red, lo que aumentará aún más la demanda de la utilidad de ETH.
Las características adaptativas de Ethereum también lo sitúan en buena posición para desempeñar un papel central en movimientos disruptivos como la evolución de Internet a la Web 3.0, que en esencia es un ecosistema de cadena de bloques propiedad de los usuarios. Teniendo en cuenta desarrollos como estos y la demanda de ETH que podrían crear, consideramos que este activo digital y la red de cadena de bloques que impulsa tienen un potencial de crecimiento significativo.
Tribuna de Christian Hazim, analista de Investigación de Criptomonedas y Activos Digitales en Global X