Según estimaciones de la consultora McKinsey & Co. la cantidad de financiación que será necesaria dedicar a proyectos globales de infraestructuras es de 3,7 billones de dólares (aproximadamente 3,13 billones de euros) anuales hasta 2035. Una cifra que sugiere que puede haber importantes oportunidades para los inversores en este sector.
Se espera asimismo que el sector continúe creciendo dadas las considerables necesidades globales en una amplia variedad de proyectos. Al segmento tradicional de este sector, con infraestructuras como carreteras, puentes, aeropuertos y servicios públicos de generación de energía, hay que añadir ahora infraestructuras del ‘nuevo mundo’, como datos y comunicaciones y fuentes de energía renovables.
La pandemia del COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión a este respecto, particularmente porque el teletrabajo ha hecho que los datos y el acceso a una comunicación fiable fueran esenciales. Sirvió también para hacernos ver el valor de otras nuevas formas mundiales de infraestructura, como la educación y las instalaciones de atención médica.
Con el foco de su inversión en el sector de infraestructuras, la gestora Credit Suisse Asset Management percibió ya una oportunidad de inversión en 2017 con su fondo Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity, uno de los más rentables en el año de la categoría sectorial VDOS de Construcción con una revalorización del 11,08% en su clase IB en dólares.
Invierte su cartera a lo largo de la cadena de valor del conjunto de oportunidades de infraestructura global. Su universo de inversión abarca empresas que proporcionan las instalaciones y servicios necesarios para mantener y desarrollar infraestructuras modernas y también incluye empresas que suministran productos y servicios relacionados con la infraestructura.
Se propone como objetivo maximizar el rendimiento total a partir de la apreciación del capital y los dividendos durante largos períodos de tiempo. Sigue un enfoque sin restricciones y no orientado a puntos de referencia, para identificar empresas de valor atractivo posicionadas para beneficiarse del tema de la infraestructura. Su filosofía de inversión es una combinación de top-down y bottom-up, basada sobre todo en el análisis fundamental.
La inversión del fondo se centra en los concesionarios de infraestructura en los siguientes cuatro temas: 1) utilities o servicios públicos (aproximadamente el 40% de los activos del fondo; +/-20%); 2) infraestructura de transporte (aproximadamente el 30% de los activos del fondo; +/-20%); 3) infraestructura sector energía (aproximadamente el 10% de los activos del fondo; +/-10%); y 4) Infraestructura de telecomunicaciones (aproximadamente 20% de los activos del fondo; +/-20%).
El equipo gestor de Credit Suisse Equity está formado por 51 miembros que se centran en la gestión de productos activos (fondos y mandatos). El Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity Fund forma parte de la oferta de inmobiliario indirecto. Los principales gestores son Werner Richli y Heinz Tschabold, quienes gestionan fondo desde mayo de 2013. Las decisiones de inversión se toman en equipo y también se basan en la información recibida de contactos con empresas y especialistas del sector. La responsabilidad última recae en los dos gestores de cartera principales.
Werner Richli es Senior Portfolio Manager para valores inmobiliarios globales. Se unió a Credit Suisse en 1987. Werner fue analista de renta variable en la división de banca de inversión de Credit Suisse (Credit Suisse First Boston), cubriendo acciones inmobiliarias europeas. Con anterioridad, fue analista de renta variable de materiales de construcción, construcción y servicios públicos y participó en varias salidas a cotización en bolsa. Es Analista Financiero Europeo Certificado (CEFA) y Máster en Administración de Empresas por la Universidad de Zúrich, Suiza.
En Credit Suisse, creen que el análisis propietario riguroso y disciplinado es esencial para identificar oportunidades de inversión por delante del resto del mercado. El fondo busca generar la mayor parte de su alfa a partir de la selección individualizada de acciones y la gestión eficiente de riesgos. Para maximizar la captura de alfa, centran su análisis propietario patentado principalmente en el análisis fundamental de valores individuales de abajo hacia arriba. El estilo del fondo siempre debe reflejar disciplina en su valoración, alta convicción y amplia diversificación.
El objetivo general del fondo es identificar las entre 40 y 60 acciones principales de un universo potencial de casi 500 acciones y luego combinarlas de la manera óptima. El proceso de inversión para el Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity combina la aplicación consistente y disciplinada de, por una parte, clasificar el universo de acuerdo con las perspectivas de cada subtema individual y, por otra, un proceso de selección de acciones de abajo hacia arriba, basado en el análisis fundamental.
A través de una cuidadosa construcción de la cartera, posicionan al fondo para que incorpore adecuadamente el análisis cualitativo y de valoración. Sus decisiones se basan en la evaluación macroeconómica de su banco, por un lado, y en las conclusiones extraídas de sus propios análisis, por otro. Sus decisiones de inversión se toman solo después de un análisis cuidadoso de estos criterios, respaldado por análisis interno y externo, discusiones con analistas y expertos de la industria, y llamadas o visitas regulares a las empresas.
El primer paso en el proceso de inversión, ajustado por ASG, es reducir el universo de inversión de 500 empresas a un universo de infraestructura pura de aproximadamente 220. Dentro de su enfoque de arriba hacia abajo, evalúan regularmente las perspectivas de cada subtema individual de acuerdo con los criterios de perspectiva económica, entorno político/regulatorio, tendencias de consumo e impulsores de la industria.
En la siguiente etapa, se restringe aún más el universo, por medio del análisis fundamental, de abajo hacia arriba. Esta parte incluye reuniones con el equipo gestor y contactos con analistas del sector, expertos de la industria y pares del sector. Durante este análisis fundamental, se centran particularmente en los siguientes argumentos: sostenibilidad, posición en el mercado, riesgo de perturbaciones del mercado y salud financiera. Tal como confirma su clasificación por VDOS, la gestión del fondo incluye análisis extra financiero ASG, con enfoque ASG, que aplica las estrategias de exclusión e integración.
El paso final en la construcción de la cartera se centra en las perspectivas de crecimiento y la valoración. Es crucial decidir qué acciones tienen un precio atractivo en relación con su generación de efectivo y rendimientos de capital mediante la utilización de diferentes métricas de valoración. Las ponderaciones de cartera entre los diferentes subsectores (servicios públicos, telecomunicaciones, transporte e infraestructura energética) son el resultado de la visión a corto plazo de los gestores de carteras.
A nivel bursátil, las ponderaciones individuales suelen oscilar entre el 2% y el 6%, considerando tanto su capitalización de mercado de flotación libre, como el grado de su convicción. El tamaño de una sola participación está limitado al 10% y la suma de todas las posiciones que puedan suponer más del 5% se limita al 40% de la cartera total. Tienden a tener una cartera de alta convicción, lo que lleva a un fondo concentrado de entre 40 y 60 acciones.
La cartera final incluye entre sus mayores posiciones acciones de Oneok (4,11%), Cheniere (3,66%), Crown Castle (3,50%), Vinci (3,48%) y Kinder Morgan (3,36%). Por sector, transporte y almacenamiento de energía aporta un peso del 24,74% a la cartera, con energías renovables (12,73%), torres (11,35%), autopistas de peaje (10,58%) y servicios aeroportuarios (9,66%) representando el resto de mayores pesos.
En cuanto a rentabilidad, la evolución histórica de la clase IB en dólares de Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity se posiciona entre los mejores de su categoría por este concepto, en el primer quintil, durante 2019 y 2020. A tres años, su dato de volatilidad es del 17,74%, reduciéndose hasta y del 10,41% a un año, posicionándose en este último periodo en el mejor grupo de su categoría por este concepto, en el quintil cinco. En el último periodo anual, registra una ratio Sharpe de 2,50 y un tracking error, respecto al índice de su categoría, del 8,73%. La clase IB en dólares requiere una aportación mínima de 500.000 dólares, aplicando a sus partícipes una comisión fija de hasta el 0,90% y de depósito de hasta el 0,10%. Esta clase es eligible para clientes retail, profesional y contraparte eligible, así como para asesoramiento independiente (retail, profesional y contraparte eligible) y asesoramiento no independiente sin acuerdo de honorarios (retail, profesional y contraparte eligible).
Los grandes planes en infraestructuras y las campañas mundiales de transición energética proporcionan un entorno propicio para temas de infraestructura como el cambio climático, la nueva red 5G y la movilidad eléctrica. En Estados Unidos, el tan esperado marco de infraestructura bipartidista, de 1,2 billones de dólares (aproximadamente 1,2 billones de euros) parece que puede ser suficiente para ayudar a abordar parte del déficit de infraestructuras de transporte físico e invertir en fuentes de energía limpia.
Para lograr cero emisiones de carbono en el sector de generación de energía de los Estados Unidos para 2035, la proporción de energías renovables debe aumentar del 11% al 84%. La energía nuclear e hidroeléctrica seguirán siendo partes importantes en esta combinación de combustibles, representando en conjunto el 16%. En Europa, el nuevo paquete ‘Fit for 55’ para 2030, presentado por la Comisión Europea, contiene un amplio conjunto de propuestas que incluyen energías renovables, redes de transmisión eléctrica y un requerimiento para una reducción del 100 por ciento de las emisiones de los automóviles para 2035. Eleva además el objetivo de la cuota de renovables en el consumo total de energía al 40%, lo que implicará que Europa duplique la capacidad eólica y solar instalada para 2030.
Después de las recientes correcciones de precios, el equipo gestor está reconstruyendo posiciones en productores eólicos y fotovoltaicos. Han ampliado aún más las posiciones en redes eléctricas y de gas, medición inteligente y estaciones de carga. En el segmento de infraestructuras de transporte, favorecen los ferrocarriles y las carreteras de peaje sobre los aeropuertos, ya que el tráfico de carreteras mejora más rápidamente que el tráfico aéreo. En cuanto a la infraestructura de transporte de energía, siguen creyendo que la fuerte recuperación de la demanda debería mantener los precios del petróleo hasta el otoño. Además, mantienen su visión positiva sobre las torres y los centros de datos provocada por el nuevo estándar de redes 5G y la fuerte demanda de computación en la nube, juegos online y aplicaciones para celebrar conferencias.
Por su comportamiento durante los últimos tres años, tanto por rentabilidad como por volatilidad, la gestión de la clase IB en dólares de Credit Suisse (LUX) Infrastructure Equity obtiene la calificación de cinco estrellas de VDOS.
Tribuna de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS.