Entre los ganadores y los perdedores de un mundo en el que precio del petróleo continúe en caída libre, encontramos un claro ganador: el consumidor de mercados desarrollados. La caída del precio del petróleo actúa como una rebaja fiscal para los consumidores gracias al menor coste del combustible.
Como se puede apreciar en el cuadro y gráfico de arriba (Fuente: www.datosmacro.org), desde junio de 2014 empezó una caída del precio del petróleo que ha continuado en durante enero de 2015, acumulando a 29 de enero de 2015 una variación en los últimos 12 meses de -58,04% y de -15,62% en el año 2015. Según estimaciones de los analistas, una caída de diez dólares por barril supone una transferencia de crecimiento del 0,5% de los exportadores de petróleo a los importadores. A su vez el impacto de una reducción del 10% del precio del petróleo sobre el crecimiento y la inflación mundiales, se traduce en una mejora del 0,2% del PIB de las economías desarrolladas.
Ahora bien, la parte negativa es que la caída de los precios del petróleo refuerza las presiones desinflacionistas en todo el mundo. Una reducción de los precios mundiales de la energía podría restarle hasta un 0,2% a las cifras de inflación anual, lo que se vería reflejado principalmente en el IPC general. El incremento de las presiones deflacionistas podría llevar a los bancos centrales de Estados Unidos y el Reino Unido a retrasar la fecha de la primera subida de los tipos de interés hasta finales de 2015.
Los movimientos en el precio del petróleo suelen tardar unos cuatro meses en trasladarse a la economía y a los precios, por lo que los inversores deberían ser conscientes de que es posible que la inflación europea caiga a principios de 2015. Por otro lado, la caída de los precios del petróleo podría contribuir al crecimiento y compensar a los sufridos consumidores con una rebaja en el precio del combustible. Mientras que los países importadores netos de energía, como Turquía, Corea del Sur y la India, se verán beneficiados, los exportadores de materias primas se enfrentan a un escenario más complejo. Si los precios se mantienen en niveles bajos, algunas economías emergentes como Venezuela podrían verse forzadas a recortar subsidios y programas sociales para ajustar sus balanzas fiscales, lo que podría provocar inestabilidad política y económica.
La duda para los inversores es si deben considerar la caída de los precios del petróleo como algo temporal o como una situación que perdurará en el tiempo. Los precios responden a las complejas dinámicas mundiales de oferta y demanda en un entorno de elevado riesgo geopolítico, lo que puede hacerlos oscilar con fuerza en un breve espacio de tiempo. En la década de los setenta, la OPEP producía el 52% del suministro mundial de petróleo, una cifra que en la actualidad se sitúa en el 39%. Países no pertenecientes a la OPEP han incrementado sustancialmente su producción, sobre todo Estados Unidos y Rusia, lo que ha debilitado la posición de la OPEP. Esta pérdida de control se ha visto acompañada, además, de la falta de disciplina de algunos miembros de la organización que han intentado aprovechar su posición privilegiada para sobrepasar sus cuotas de producción. Una OPEP más débil e indisciplinada podría llevar el precio del barril de petróleo hasta el rango de los 60-70 dólares.
A corto plazo, se espera que el precio del petróleo continúe cayendo por varios factores: el primer factor del lado de la oferta, porque la OPEP decidió mantener sus volúmenes de producción durante su última la reunión celebrada en Viena el 27 de noviembre y la próxima reunión formal de la OPEP no se producirá hasta junio de 2015. El segundo factor, del lado de la demanda, el lento crecimiento de la economía mundial.
Entre los sectores perjudicados, es probable que el sector del petróleo de esquisto (shale oil) se vea presionado por la caída de los precios del petróleo, puesto que resulta poco competitiva cuando el precio cae por debajo de 100 dólares el barril. Si el precio del petróleo se mantiene bajo durante un largo periodo de tiempo, esta situación podría traducirse en un repunte de los impagos del high yield estadounidense. Los beneficios de la mayoría de los sectores de la renta variable muestran una relación estadística no significativa con los precios del petróleo. Sin embargo, las empresas de consumo discrecional suelen verse beneficiadas por la recuperación del gasto en consumo. Las empresas de transporte, como las aerolíneas, también podrían verse beneficiadas por el menor coste del combustible. El impacto en la cuenta de resultados de las aerolíneas de la bajada del precio del petróleo no es inmediato, ya que suelen contratar el combustible con 6 meses de antelación y lo empezarán a notar ya en este año 2015.
Entre las petroleras extrajeras que se han visto afectadas negativamente en su cotización en bolsa (desde junio de 2014 hasta enero de 2015), por los descensos del precio del petróleo, podemos destacar la norteamericana Exxon Mobile que cotiza en el Dow Jones con un descenso aproximado del 15% y la francesa Total Fina, que cotiza en el Eurostoxx 50 con un descenso aproximado del 16%. Adjuntamos dos gráficos de empresas que cotizan en el Ibex 35 una beneficiada y otra perjudicada en su cotización, por el descenso tan grande del precio del petróleo de los últimos meses. Desde junio de 2014 hasta enero de 2015 mientras que la aerolínea IAG varía un +56%, la petrolera Repsol varía un -25%. (Fuente:Invertia.com)
Habrá que esperar unos meses más para saber en qué nivel se estabiliza el precio del petróleo y seguir entonces comprobando si hay nuevos ganadores y nuevos perdedores aparte de los ya analizados en este artículo. En EE.UU han calculado que con esta bajada del precio del petróleo si se mantiene hasta junio de 2015, aproximadamente supone de media 900 dólares al año por ciudadano de incremento de renta disponible, lo que se acabará trasladando a incrementos del consumo de los hogares. En España, comprobamos que llenar el depósito del coche nos cuesta 15-20 euros menos en cada ocasión, habrá que esperar unos meses para saber si eso se traslada al consumo de los hogares, dinamiza nuestra economía y logramos así más puestos de trabajo duraderos que es lo que necesitamos.
Luis Hernández Guijarro, asesor de Inversiones en Etica Patrimonios EAFI.