El presidente Trump argumentó motivos económicos, particularmente de empleo, para sustentar su decisión de salirse del Acuerdo de París; sin embargo, las estadísticas no parecen darle la razón.
A pesar de que el Gobierno Federal de Estados Unidos decidió abandonar el Acuerdo de París, 13 estados, entre ellos California y Nueva York, y varias ciudades declararon continuar con los compromisos del Acuerdo. Ello significa que el 36% de la población de EUA, que generan en conjunto el 30% del PIB del país cumplirán la parte que les corresponde del Acuerdo, implicando que continuarán con medidas encaminadas a reducir la generación de contaminantes y a utilizar en forma creciente energías más amigables con el ambiente.
El objetivo del presidente Trump de fomentar con esta decisión la generación de empleos en la industria del carbón tampoco parece ser que se vaya a cumplir. El 91% de la producción de carbón se dedica a la generación de electricidad, 8% en la industria en general, particularmente en los hornos para la fabricación de acero y cemento y en la industria del papel y el restante 1% en el sector de servicios. Desde 2016 el carbón dejó de ser el principal insumo en la generación de electricidad, la generación mediante el uso de gas natural aumentó de 27% en 2014 a 33,8% en 2016 en tanto que el porcentaje generado vía el carbón disminuyó de 39% a 30,4% en el mismo periodo. La tendencia que muestra la generación de electricidad difícilmente va a modificarse, es resultado primordialmente de los precios relativos del gas y el carbón, los cuales no se van a revertir, sobre todo si la política de EUA es de incrementar la producción de gas y petróleo para que el precio internacional no se incrementé a los niveles que estuvo en la primera década de este siglo.
El Acuerdo de París se redactó a finales de 2015 y se firmó en abril de 2016 y la desaceleración de la industria del carbón proviene desde antes. En lo que va de este siglo el consumo de carbón en EUA disminuyó 13% y su producción 10%, por lo que no se puede considerar al Acuerdo como el causante de esa reducción.
Si el objetivo fuera generar empleo, no se debe hacer buscando resucitar una industria que está condenada, por el cambio tecnológico y los precios de las fuentes de energía, a desaparecer. Debería de fomentarse más el uso de energía solar, ya que dicha actividad es la que genera mayor número de empleos estables en el tiempo y de mayor nivel salarial.
La decisión del presidente Trump no va a generar los impactos económicos que tiene en mente e indica ser un grave error de estrategia geo-política. Abre la oportunidad para que China se ubique como el abanderado del cambio climático, aporte los recursos económicos que le correspondían a EUA y empiece a liderar temas de índole internacional que le permitan una posición hegemónica a nivel mundial.
Columna de Francisco Padilla Catalán