En el primer trimestre de 2021, el mercado de SPACs alcanzó un pico frenético en los Estados Unidos, con emisiones en el primer trimestre que igualaron a las de todo el año 2020. Las SPACs existen desde principios de la década de 2000, cuando, la primera SPAC, Millstream Acquisition Corporation, lanzó su oferta pública inicial (IPO) en 2003. Con los mercados en alza, no es de extrañar que algunos hayan calificado las SPACs como una moda. La historia está plagada de casos de manías o burbujas financieras explotadas; por ejemplo, durante la South Sea Bubble, a principios del siglo XVIII, se promocionaron todo tipo de inversiones reales e imaginarias. En este caso, una de las empresas lanzadas a bolsa pretendía comprar los pantanos irlandeses, otra fabricar un fusil para disparar balas de cañón cuadradas y la tercera tenía “el fin de desarrollar una empresa muy ventajosa, ¡sin que nadie supiese su finalidad!». Sorprendentemente, en esta empresa se invirtieron 2.000 libras esterlinas (el equivalente a unas 400.000 libras esterlinas de hoy en día).
Las SPACs recaudan recursos sin tener un plan de negocio concreto, sólo con la intención de adquirir una empresa aún no identificada en un sector concreto. De hecho, en EE.UU., es ilegal dirigirse a una posible empresa objetivo antes de la salida a bolsa de la SPAC. Pero aquí termina la falta de visibilidad; de hecho, para los inversores de la IPO original de la SPAC, el riesgo suele ser limitado y, por lo tanto, ha atraído a importantes inversores de bonos, ávidos de mayores rendimientos. Una vez lanzada, la SPAC dispone de 24 meses para encontrar un candidato para la fusión o para deshacerse de la SPAC. En caso contrario, la SPAC se disuelve y el capital se devuelve a los inversores.
Las SPACs están sometidas a un menor nivel de vigilancia que las IPOs y las dificultades de cumplimiento de los requisitos de cotización por parte de las empresas son menores, razón por la cual éstas representan una alternativa popular de acceso al mercado para las empresas en fase de desarrollo. Evidentemente, esto conlleva la preocupación por la idoneidad de los inversores en el mercado público, por lo que se espera una regulación más estricta en este ámbito. Sin embargo, fundamentalmente se trata de una forma juiciosa de introducir empresas en el mercado con la gran ventaja de que se evitan los grandes movimientos de precios de las IPO del primer día bursátil; los precios están fijados en los términos de la fusión.
En realidad, el verdadero problema con las SPAC, y en particular el que se produjo en el primer trimestre de 2021, son los frenesíes de compra en el vehículo cotizado de la SPAC que, en algunos casos, multiplicaron los precios de las acciones sin ningún objetivo identificado. Por ejemplo, el simple anuncio sobre la intención de la fusión de una SPAC con una empresa del sector de vehículos eléctricos sería capaz de provocar tal subida en la cotización. Las SPACs se emiten a 10 dólares por acción en EE.UU. y teniendo en cuenta los gastos del patrocinador, el efectivo real por acción se acerca a los 8-8,5 dólares. En el momento de la cotización, el valor tangible de la SPAC se limita a este valor. Puede que cuente con un equipo de gestión de gran prestigio y, en algunos casos, con algunas celebridades de alto nivel como inversores, pero el valor tangible no alcanza los 10 dólares por acción.
Estamos convencidos del gran número de operaciones interesantes que se producirán en el sector de las SPAC y que podrían generar atractivas oportunidades de inversión. Sin embargo, creemos que es fundamental esperar la identificación y publicación del candidato a la fusión, e incluso la consumación de la operación, ya que entonces el inversor estará realizando una propuesta de negocio tangible y valorable según los parámetros tradicionales. De hecho, las de-SPACs pueden ofrecer oportunidades de inversión en los próximos tres a cinco años, a medida que las entidades fusionadas todavía poco investigadas crean un entorno que recuerda al arte de la selección de valores de los años ochenta, cuando inversores legendarios, como Peter Lynch y Warren Buffett, encontraban joyas ocultas capaces de producir rendimientos mágicos multibagger.
Tribuna de Mark Hawtin, responsable de inversión en GAM Investments.
Haga clic aquí para descargar el informe completo «The Disruptive Strategist Q1 2021«
Información legal importante
La información contenida en este documento se ofrece únicamente a título informativo y no constituye un asesoramiento en materia de inversión. Las opiniones y valoraciones contenidas en este documento pueden cambiar y reflejar el punto de vista de GAM en el entorno económico actual. No se acepta ninguna responsabilidad por la exactitud e integridad de la información. El rendimiento pasado no es un indicador de las tendencias actuales o futuras. Los instrumentos financieros mencionados se facilitan únicamente con fines ilustrativos y no deben considerarse como una oferta directa, una recomendación de inversión o un consejo de inversión. La referencia a un valor no es una recomendación de compra o venta de dicho valor. Los valores enumerados fueron seleccionados del universo de valores cubiertos por los gestores de la cartera para ayudar al lector a comprender mejor los temas presentados. Los valores incluidos no son necesariamente mantenidos por ninguna cartera ni representan ninguna recomendación de los gestores de carteras. No se garantiza que las previsiones se cumplan.