La industria es un sector del mercado que se está desarrollando a un ritmo cada vez mayor gracias a la inteligencia artificial (IA), la robótica avanzada y el Internet de las Cosas (IoT). Creemos desde hace tiempo que los efectos de esta evolución se manifestarán en muchos sectores que no están sometidos a los niveles de disrupción observados en ámbitos como el comercio minorista, la publicidad o el entretenimiento. Un estudio reciente de McKinsey estimó que el valor económico creado en el sector manufacturero podría oscilar entre 1,7 y 3,7 billones de dólares hasta el año 2025.
Accenture calcula que los beneficios son aún mayores y estima que la inversión en IoT industrial podría generar un valor de 15 billones de dólares en el PIB mundial hasta el año 2030. Se trata de una oportunidad considerable que amplía el alcance de la disrupción digital a otros sectores del mercado, como la industria, la sanidad y el transporte. Además, respalda nuestra afirmación de que la tecnología ha dejado de ser un sector vertical para convertirse en un sector económico horizontal, es decir, se trata de una necesidad absoluta. En nuestra opinión, abre también nuevas oportunidades de inversión, atractivas y diferenciadas, en estos sectores.
Creemos firmemente que la magnitud y el alcance de la oportunidad que se presenta son tales que en los próximos 10-15 años asistiremos a una inversión de la tendencia a la globalización de la fabricación. La tecnología puede proporcionar los componentes necesarios para alterar el orden tradicional de la ventaja competitiva. Los países en desarrollo que operan con mano de obra poco cualificada y producción de bajo coste laboral correrán un riesgo añadido con la automatización creciente de las tareas rutinarias que requieren poca cualificación. Las nuevas formas de fabricación estarán lideradas por la innovación, los nuevos ecosistemas, y requerirán fuertes aportaciones digitales. Los ecosistemas implicarán múltiples módulos en un proceso holístico ampliado y mejor gestionado.
La empresa Enlightened, con sede en Silicon Valley, calcula que los clientes podrían reducir sus facturas de iluminación en aproximadamente un 60-70% y las de aire acondicionado en un 20-30% utilizando sistemas basados en sensores de IoT. PTC, una empresa estadounidense de software y servicios informáticos, estima que los sistemas basados en la IA pueden ahorrar hasta un 50% de las pérdidas por costes de rechazos, una reducción del 12% de los costes operativos y un aumento del 60% de la productividad del operador.
Estas cifras son significativas teniendo en cuenta los parámetros tradicionales de la competencia. Sin embargo, un área del que esperamos un cambio es la intensidad de capital en la fabricación, con el desarrollo de microfábricas capaces de realizar tareas que hubieran requerido inversiones multimillonarias. Como ejemplo, los ejecutivos de E.go en Alemania, una empresa de vehículos eléctricos, se refieren al negocio de la empresa en primer lugar como el Internet de la fabricación, lo que promueve la ventaja competitiva de la empresa y le permite gestionar una fábrica de 30.000 unidades con una inversión de unos 100 millones de dólares. Se trata de algo realmente innovador con el potencial de revolucionar la fabricación tradicional.
Tribuna de Mark Hawtin, responsable de inversión y especialista en estrategias disruptivas en GAM Investments.
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