Las infraestructuras siguen siendo de gran interés para los inversores en un contexto de alta inflación, ralentización del crecimiento y fortalecimiento de las perspectivas de gasto en infraestructuras tras la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación de Estados Unidos. ¿Qué oportunidades presenta a largo plazo el sector?
El crecimiento se está ralentizando, la inflación es persistentemente alta y los tipos están subiendo en todo el mundo. ¿Es demasiado tarde para que los inversores se planteen invertir en infraestructuras cotizadas? La respuesta es que no es demasiado tarde y por varias razones. En primer lugar, las políticas públicas: siempre hay que invertir de manera coherente con las políticas públicas. En este momento, la seguridad energética está impulsando las políticas, y será necesario construir una cantidad significativa de infraestructuras para alcanzar la seguridad energética. Los altos precios del gas y las limitaciones de suministro provocadas por la guerra entre Rusia y Ucrania han puesto de manifiesto la importancia de la inversión en energía y la seguridad energética.
En segundo lugar, las políticas fiscales. Nunca hay que luchar contra las políticas fiscales. Hay que invertir allí donde va el dinero del Gobierno. La Ley de Reducción de la Inflación de EE. UU., promulgada el 16 de agosto de 2022, es la legislación climática más importante de la historia de EE. UU. y creemos que va a ser transformadora para el sector. A partir de ahora, desde el punto de vista económico, no hay ninguna razón para construir otra cosa que no sean las energías renovables. Gran parte de esto se debe a los créditos fiscales. Los créditos fiscales para la producción de energía solar y eólica están disponibles hasta 2032 o hasta que se logre una reducción del 75 % de los gases de efecto invernadero (según las cifras de 2022). En cualquier caso, se espera que durante más de una década esto sea un viento a favor para la inversión.
En tercer lugar, por el crecimiento secular. La imperiosa necesidad de gasto en infraestructuras sustenta el crecimiento de la próxima década y más allá. El presidente Joe Biden quiere reducir las emisiones en Estados Unidos en un 50 % para 2030, y que aproximadamente la mitad de la energía estadounidense proceda de plantas solares para 2050. Para alcanzar el objetivo de cero emisiones en 2050 se necesitarán casi 320.000 millones de dólares invertidos en infraestructuras de transmisión de electricidad para 2030.
¿Por qué hay que invertir tanto dinero en infraestructuras?
Hay varios motivos para invertir en infraestructuras, empezando por la electrificación. En 2050 generaremos al menos el doble de electricidad que en la actualidad, lo que significa que necesitaremos más fuentes de energía y una mayor transmisión. Añadir dos vehículos eléctricos a un territorio de servicio equivale a añadir otra casa. Así que, para 2030, EE. UU. necesitará ampliar la red de transmisión en un 60 % en términos de gigavatios/km y tendrá que triplicarla para 2050 con el fin de cumplir con la meta de cero emisiones netas.
En total, de aquí a 2030, será necesario desplegar al menos 2,5 billones de dólares adicionales para alcanzar el las cero emisiones netas en 2050.
¿Qué significa el aumento del rendimiento de los bonos para el sector de las infraestructuras?
En los mercados privados, los inversores están comprando infraestructuras a precios más altos, y se sienten cómodos haciéndolo porque el proceso de valoración según el modelo conduce a una menor volatilidad en el perfil de rendimiento, ya que los activos se revalorizan cada año aproximadamente.
Si en el futuro entramos en un entorno de mayores rendimientos de los bonos, el resultado sería un mayor coste del capital y una mayor tasa de descuento, y los activos no cotizados se verán rebajados con el tiempo. Esta constatación ha llevado a reconocer la devaluación en el espacio no cotizado a lo largo del tiempo.
Como resultado, los inversores pueden recurrir al mercado cotizado, que históricamente ha proporcionado una oferta de menor volatilidad, y debería seguir haciéndolo, en nuestra opinión, con valoraciones de mercado eficientes que podrían ser más atractivas en relación con sus pares no cotizados.
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Tribuna escrita por Nick codirector de todas las estrategias de infraestructuras globales en Franklin Templeton