Los fondos monetarios vuelven a desempeñar un papel protagonista en las carteras de inversión. Su condición de casi efectivo les permite actuar como uno de los refugios predilectos de los inversores en un entorno de fuerte volatilidad como el actual. Los inversores profesionales y minoristas vuelven a apostar por ellos después de años de travesía por el desierto y de rentabilidades nulas o incluso negativas.
Las últimas subidas de tipos en EE.UU. y en Europa han devuelto el atractivo a los fondos monetarios que vuelven a tener un papel protagonista en las carteras de todo tipo de inversor.
Todavía se dejan un 0,75% este año, según Inverco, y aunque su rentabilidad puede parecer poco atractiva, sobre todo con las tasas de inflación moviéndose cerca del doble dígito, son la categoría que mejor aguanta entre todo el abanico de fondos de inversión, que presentan pérdidas de dos dígitos de media.
Los inversores a nivel internacional están acudiendo en masa a refugiarse en estos productos. Los fondos monetarios sirven para cubrir parte de las carteras y salir de los activos de riesgo más amenazados por la actual volatilidad, sin necesidad de abandonar el mercado.
En lo que va de año, los fondos de este tipo reciben suscripciones netas, mientras que en el mismo periodo los reembolsos de los fondos de bolsa de mercados desarrollados se sitúan en 248.074 millones de dólares de flujo negativo, según el último informe elaborado por Bank of America.
Los fondos monetarios invierten en renta fija a muy corto plazo, lo que permite absorber las subidas de tipos de interés en un breve período de tiempo. Su duración es inferior a seis meses. La cartera está compuesta por bonos de alta calidad crediticia, y un gran porcentaje está invertido en deuda gubernamental de primer nivel, lo que limita las posibilidades de impago a su mínima expresión. Son productos muy líquidos y diversificados, pudiendo convertirse en efectivo muy rápidamente. Estos productos son menos sensibles a subidas de tipos de interés por la baja duración de su cartera, pero se benefician de estas de forma más rápida que un cuenta corriente o depósito.
Además, tienen varias ventajas frente a los depósitos y cuentas que comienzan a ofrecer remuneraciones a los clientes después de años de sequía.
Son productos muy diversificados y flexibles, a diferencia de un depósito en el que el riesgo está concentrado en un solo emisor y es totalmente estático. Tienen liquidez diaria sin penalización de intereses. Son productos fuera de balance y permiten reducir la exposición al riesgo en un momento de elevada volatilidad, tanto en renta fija como en Bolsa, sin recurrir al efectivo, hasta que se decida volver a apostar por los activos de riesgo, la cual algo les libera del peaje fiscal que sí paga el partícipe cuando decide reembolsar un fondo de inversión.
Los fondos monetarios son el producto indicado en un mercado que descuenta más movimientos por parte de los bancos centrales. Podría decirse que las subidas de tipos no han hecho más que empezar.
El perfil de inversor que más utiliza estos productos es un inversor particular de carácter muy conservador que no quiere perder dinero, pero a la vez desea obtener una rentabilidad positiva por sus ahorros. También son productos muy utilizados por inversores institucionales como otros fondos de inversión, aseguradoras y empresas, que los utilizan para gestionar su excedente de tesorería.
Frente a las bondades de estos fondos, debe tenerse en cuenta que la oferta es bastante limitada. Son productos con comisiones mínimas y muchas entidades prefieren dedicar recursos a productos con mejores márgenes. No existen muchos fondos disponibles con plazos tan cortos. Sobre todo, si se compara con el número de productos UCITS de bolsa o de renta fija. Conviene saber que pocos de ellos están disponibles para pequeños inversores. A pesar de todo, les recomiendo que pregunten a su asesor, seguro que se llevarán una sorpresa positiva.
Tribuna elaborada por Josep Nin, gestor senior de renta fija y activos monetarios en Crèdit Andorrà AM.