La selección de un fondo de inversión se basa no sólo en su comportamiento histórico, tanto por rentabilidad como por volatilidad, sino también, en gran medida, en la identificación y selección del gestor adecuado, capaz de obtener los mejores resultados. Por otra parte, nos encontramos con que los profesionales de la inversión siguen una variedad de estilos.
Mientras que algunos están más orientados a utilizar información cuantitativa como base de análisis para sus decisiones de inversión, otros muestran una mayor preferencia por la cualitativa, asignando una mayor importancia a la información obtenida a partir de fuentes como los equipos directivos de las compañías, los informes de prensa o las recomendaciones de analistas. Adoptan, por ejemplo, criterios diferentes para la selección de valores bursátiles, bien identificando los infravalorados, o bien buscando compañías con potencial de crecimiento o tomando como referencia tendencias históricas de precios.
Tal variedad de opciones disponibles hace aún más complicado el poder valorar la evolución del comportamiento de los gestores de inversiones
Simplificando bastante todo este universo de complejidades de gestión de activos, podríamos identificar tres grandes grupos de estilos de inversión: gestión activa versus gestión pasiva; small caps, en oposición a empresas de gran capitalización, y crecimiento versus value. Entender cómo los gestores se apoyan en uno de estos tres grandes pilares, puede ayudar a conocer mejor el estilo de inversión que mejor se adapta a la personalidad de cada inversor. Conocer los principales estilos de inversión puede facilitar la difícil tarea de seleccionar el fondo adecuado a partir de la amplia oferta de productos existentes en el mercado.
Parece haber un claro consenso sobre la tendencia que los diferentes estilos de fondos de inversión tienen de agruparse en torno a un índice de referencia. Pero cuando la composición de la cartera de un fondo se desvía del índice, habitualmente se decantan por acciones de crecimiento que se han comportado bien en el pasado.
Puede también observarse que los fondos que han tenido un pobre comportamiento en el pasado suelen cambiar de estilo con más frecuencia
Al determinar un estilo de inversión, un inversor debería considerar en primer lugar hasta qué punto cree que un experto financiero puede lograr retornos superiores a la media. Los inversores que quieren recurrir a un gestor profesional para que seleccione los activos a incluir en su cartera están normalmente interesados en un estilo de gestión activa. Los fondos gestionados activamente tienen, por lo general, un equipo de gestores y analistas que buscan constantemente alcanzar retornos superiores para sus inversores. Puesto que esto tiene un coste, estos fondos con frecuencia aplican comisiones más elevadas que los fondos que siguen un estilo de gestión pasiva.
Otra pregunta que los inversores podrían hacerse es si preferirían invertir en compañías de rápido crecimiento o en líderes sectoriales infravalorados. Para determinar a qué categoría pertenece cada compañía, los analistas utilizan métricas financieras como base de su valoración.
El estilo crecimiento de inversión busca empresas que tengan una tasa elevada de crecimiento de ganancias, elevados márgenes de beneficio y bajos rendimientos por dividendo. La idea es que, si una empresa tiene todas estas características, con frecuencia se trata de un innovador en su campo y está generando elevados ingresos. Crece muy rápidamente y reinvierte la mayoría de sus ganancias para continuar creciendo en el futuro.
El estilo value de inversión, por su parte, se focaliza en adquirir acciones de empresas fuertes a buen precio. Para seleccionarlas, los analistas valoran datos como un bajo PER, o una ratio precio-beneficio reducida, una tasa también baja de precio-ventas y, por lo general, un elevado rendimiento por dividendo. Las principales ratios utilizados por los analistas value indican que este estilo pone su foco en el precio al que los inversores adquieren una acción.
Otra pregunta que pueden hacerse los inversores es sobre sus preferencias en cuanto a volumen de capitalización de mercado de las compañías en que invierten, si prefieren las small caps, de pequeña capitalización, o las de mayor tamaño. La capitalización de mercado es el número de acciones en circulación de una compañía multiplicada por el precio de cada acción.
Algunos inversores creen que las small caps deberían de ser capaces de genera mayores retornos porque son más ágiles y disponen de mayores oportunidades para crecer. Sin embargo, el potencial de mayores retornos de las small caps trae asociado un mayor riesgo. Entre otras razones porque, las empresas más pequeñas cuentan con menos recursos y con frecuencia con líneas de negocio menos diversificadas. Como consecuencia, sus cotizaciones pueden variar más, causando grandes ganancias, o grandes pérdidas. Por lo tanto, los inversores deben sentirse cómodos con este nivel de riesgo adicional si quieren obtener rentabilidades más altas.
Los inversores más aversos al riesgo pueden sentirse más cómodos con valores de gran capitalización. Globalmente pueden ser valores como Microsoft o Amazon, o como Telefónica y Repsol en el mercado español. Estas empresas cuentan con una larga historia de actividad empresarial y se han convertido en líderes en sus sectores. Sin embargo, puede que no sean capaces de crecer tan rápidamente, puesto que ya son muy grandes. Pero, al mismo tiempo, tampoco es probable que su negocio vaya mal repentinamente. Los inversores pueden esperar retornos algo inferiores de las grandes compañías, pero también un menor nivel de riesgo.
A los inversores les convendría pensar detenidamente cuál de estos estilos de inversión es más adecuado para ellos. La clara definición del estilo de inversión de cada uno le ayudará a seleccionar el fondo con el que se sentirá más cómodo a largo plazo.
Paula Mercado, directora de análisis de VDOS Stochastics y quefondos.com