Si bien se ha experimentado un notable aumento de interés en los bonos verdes, su volumen de emisiones sigue siendo bastante inferior a lo que se necesitaría para financiar la transición a una economía baja en carbono. Las emisiones han crecido de manera impresionante, pero hay espacio para más. Es necesario incrementar la transparencia para tranquilizar a los inversores y se necesitan incentivos para que el mercado de bonos verdes crezca.
Los bonos verdes se emiten específicamente para ser utilizados en proyectos relacionados con el clima y el medio ambiente. Suelen estar referenciados a otros activos y garantizados por el balance del emisor.
Durante 2018, la emisión de bonos verdes ascendió a más de 170.000 millones de dólares y el total de este año podría alcanzar unos 200.000 millones. Si ese ritmo de emisión puede mantenerse en los próximos cinco años, el stock mundial de bonos verdes ascendería a 1,5 billones de dólares para 2024. Si bien es un crecimiento impresionante, si se compara con el volumen total de valores de renta fija en todo el mundo, supone un modesto 1,50%.
Son varios los fondos que invierten su cartera en bonos verdes. De este grupo de fondos, NN (L) Green Bond es el más rentable en el año, con una revalorización del 8,21% en su clase I de capitalización en euros. Es el mayor fondo de bonos verdes del mercado, con más de 1.000 millones de euros en activos bajo gestión y el primer fondo de bonos verdes que vincula sus inversiones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)de las Naciones Unidas.
NN Investment Partners es pionera en invertir siguiendo los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Lanzaron su primer fondo ISR (inversión socialmente responsable) de renta variable en el año 2000 y de renta fija en 2007. Gestionan 18.700 millones de euros en estrategias específicas centradas en la inversión sostenible y de impacto.
La cartera de NN (L) Greeen Bond invierte en bonos verdes de elevada calidad crediticia (entre AAA y BBB-) principalmente denominados en euros. Puede invertir hasta el 10% en deuda con mayor nivel de riesgo (calificación inferior a BBB-). A fin de determinar que el universo de inversión cumple los requisitos definidos por el equipo gestor, comprueban que los bonos seleccionados reúnan los principios aplicables a bonos verdes que formula la International Capital Market Association.
La selección de empresas emisoras se lleva a cabo mediante un análisis excluyente, excluyéndose aquellos emisores con problemas graves y de tipo estructural, que sean controvertidos desde el punto de vista del medio ambiente. La gestión del fondo se propone como objetivo batir a su índice de referencia, Bloomberg Barclays MSCI Euro Green Bond Index.
El equipo gestor cuenta con el apoyo del equipo de renta fija y otros equipos de Inversión en crédito y de análisis macroeconómico, además de un gestor de carteras con dilatada experiencia y de otros equipos de diferentes estrategias de la gestora, incluyendo el equipo de impacto de renta variable.
El gestor principal de la estrategia de bonos verdes desde 2016 es Bram Bos, miembro del Comité de dirección de renta fija de los UN PRI (Principios de Inversión Responsable de las Naciones Unidas) desde 2014. Con anterioridad fue gestor senior de carteras de deuda soberana de NN Investment Partners. Fue también gestor senior de renta fija en Univest Company, director ejecutivo en Nomura Singapore, gestor senior en APG, gestor senior de divisas y estrategia en Fullerton Fund Management y gestor de divisas en ABP. Bram se encargó también de la integración de los criterios ASG en las carteras de renta fija. Cuenta con una licenciatura FBA y es Máster en Economía por la Universidad de Rotterdam.
Para la identificación del universo invertible se sigue un enfoque en tres pasos, partiendo inicialmente de las emisiones que cumplen con los Green Bond Principles de 2019 y con los requerimientos de transparencia y gobernanza, lo que les sirve de base para generar una valoración propia. En una segunda fase, se excluyen los sectores y proyectos con controversias, de acuerdo con la taxonomía del Climate Bond Initiative (CBI).
A partir del universo resultante, tras aplicar los filtros anteriores, se analiza el emisor por su calificación en cuanto a sostenibilidad y en cuanto a controversias de sostenibilidad, así como el grado de compromiso del emisor. Los resultados obtenidos se confirman con los equipos de bonos verdes y de inversión responsable, además de con una verificación externa por parte de Novethic y su etiquetado GreenFin Label.
Una vez que el universo elegible queda determinado, tras una estricta identificación de bonos verdes, se combina el análisis sobre emisores específicos de bonos con un análisis de mercado más amplio para construir la cartera óptima. Su objetivo es aprovechar las diferencias en las valoraciones de los emisores de bonos verdes dentro de cada sector y las diferencias en las valoraciones entre sectores y diferentes segmentos de calidad. Dado que el riesgo específico del emisor es un importante impulsor del rendimiento, someten a todos los emisores en el universo invertible a un análisis en profundidad de riesgo financiero y empresarial.
Actualmente, tienen 154 bonos verdes de 94 emisores diferentes en tres divisas distintas. No tienen ningún bono que no sea verde en la cartera. Entre sus mayores posiciones se incluyen emisiones del Gobierno de Francia, 1.750%-2039/06/25 (9,72%); Reino de Bélgica, 1.250%-2033/04/22 (3,29%) ; Gobierno de Holanda 0.500%-2040/011/5 (2,37%); Tesoro de Irlanda, 1.35%-2031; Regs, 1.350%-2031/03/18 (1,87%); y Banco Bilbao Vizcaya Argentaria MTN Regs, 1.000%-2026/06/21 (1,49%). Por sector, las emisiones no garantizadas suponen un 24,56% de la cartera, un 17,25%, los títulos del Tesoro, un 17,15% las emisiones de banca, un 10,11% las eléctricas y un 6,73% las emisiones supranacionales. Por país, Francia (23,71%), Países Bajos (14,65%), España (12,26%), Alemania (9,97%) y supranacionales (6,73%) representan las mayores ponderaciones.
La historia de rentabilidades del fondo lo posiciona entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, durante 2017, 2018 y 2019. A tres años, registra un dato de volatilidad del 3,39% y del 4,28% a un año. También a un año, su Sharpe es de 2,15 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, del 1,95%. La suscripción de la clase I de capitalización en euros del fondo requiere una aportación mínima de 250.000 euros. Cuenta también con una clase R, sin requerimiento mínimo de aportación inicial, que aplica una comisión fija del 0,35%.
De acuerdo con el equipo gestor, las perspectivas futuras de crecimiento mundial siguen siendo inciertas. A principios de año los mercados esperaban un repunte de los datos económicos para el segundo semestre, pero las incertidumbres que han estado pesando sobre la economía, como el conflicto comercial entre Estados Unidos y China, continúan siendo una preocupación en el corto plazo. En Europa, hemos visto cierta estabilización en los datos macro recientemente, pero a un nivel muy tenue.
Los bancos centrales han suavizado su política monetaria, con la Fed estadounidense aplicando tres recortes de tipos durante los últimos 4 meses y el BCE recortando también los tipos de interés y poniendo en marcha un programa de compra de activos, en respuesta al deterioro de los datos económicos.
En términos de tendencias fundamentales, el actual entorno macro está llevando a un modesto aumento del apalancamiento en los sectores más cíclicos. Sin embargo, el equipo gestor mantiene su expectativa en cuanto a una tendencia de apalancamiento europea estable en general, especialmente en los sectores no cíclicos, donde la gestión financiera de las empresas ha continuado siendo conservadora.
Por su positiva evolución por rentabilidad, especialmente en el último periodo de tres años, respecto a la volatilidad incurrida, NN (L) Green Bond obtiene la calificación cinco estrellas de VDOS en su clase I de capitalización en euros.
Tribuna de Paula Mercado, directora de análisis de VDOS