Estamos ante un momento de mercado especialmente complejo para los ahorradores conservadores. Encontrar rentabilidades superiores a la inflación esperada para no perder poder adquisitivo en los próximos años –el objetivo de todo inversor – es hoy más difícil de lo habitual.
Es necesario buscar estrategias de gestión más flexibles que permitan encontrar ese plus de rentabilidad que los activos de renta fija tradicionales ya no ofrecen debido a una serie de factores coyunturales. Podemos decir que es momento para invertir en activos de renta fija que se puedan ver beneficiados de la retirada de estímulos y de futuras políticas monetarias restrictivas que se implementarán en el Viejo Continente en un futuro cercano.
Además, dado el momento del ciclo económico y monetario en el que nos encontramos, se hace especialmente importante seleccionar los activos de renta fija adecuados y gestionarlos de una manera activa. Dentro del mercado de bonos, se pueden encontrar emisiones con retornos positivos, que aportan valor a las carteras en cualquier situación de mercado. Como ejemplo, en los últimos seis meses, un bono senior de Telefónica ha caído cerca de un 3% (en línea con la deuda pública de España), mientras que la deuda subordinada del mismo emisor se ha revalorizado más de un 5%.
Por otro lado, las expectativas de tipos de interés en la eurozona son superiores a lo que marcan actualmente sus bonos de gobierno. Por tanto, el riesgo de depreciación en estos bonos es elevado. Actualmente, un gran porcentaje de la deuda pública de la eurozona ofrece rentabilidades negativas. Por ejemplo, invertir en este momento a un plazo de ocho años en bonos alemanes ofrece unos retornos cercanos al 0%. Por ello, vivimos una etapa en la que el activo considerado más seguro podría ser el que nos ofrece una menor rentabilidad a vencimiento (TIR) o, incluso, el que más retroceda en precio debido a la sobrevaloración impulsada por el potente programa de compra de activos llevado a cabo por el Banco Central Europeo en los últimos años.
Cartera diversificada
De esta manera, dentro de una cartera diversificada puede ser interesante buscar activos como bonos corporativos y financieros con vencimiento cercano y con cupones flotantes o variables referenciados a los tipos de interés; deuda subordinada y determinadas emisiones high yield que ofrezcan un óptimo binomio rentabilidad-riesgo, eso sí, siempre analizando los fundamentales de los emisores y el riesgo de insolvencia de las emisiones; bonos de entidades financieras con elevados niveles de capital, reducida tasa de fallidos, y con mayor exposición a banca comercial que a banca de inversión y, por último, renta fija denominada en dólares, que ofrece mayor rentabilidad que sus homólogos en euros, ya que el ciclo de retirada de estímulos está mucho más avanzado que en la eurozona.
Además, se debería evitar invertir en activos de renta fija objeto de las compras por parte de la autoridad monetaria –deuda de gobierno, cédulas hipotecarias, ABS, deuda corporativa de mayor calidad crediticia– en especial con vencimientos lejanos, ya que pueden sufrir importantes correcciones a medida que se anuncie la retirada de estímulos monetarios en las próximas reuniones del Banco Central Europeo.
El ciclo de subida de tipos iniciado por la Reserva Federal se trasladará a este lado del Atlántico más pronto que tarde, pero no debería situar los tipos de intervención en niveles especialmente elevados debido a la ausencia de presiones inflacionistas. Factores como los demográficos, digitalización de la economía con cambios en los patrones de consumo o el menor poder de fijación de precios de las empresas, nos indican una ausencia de riesgos al alza en indicadores de precios en un futuro, y por ello de unas políticas monetarias excesivamente restrictivas.
Vienen tiempos difíciles para la renta fija tradicional acostumbrada en los últimos años a importantes retornos, ayudada por las políticas monetarias expansivas llevadas a cabo por los bancos centrales a nivel global. Por tanto, es importante flexibilizar las inversiones en renta fija a través de la ampliación del universo de inversión y la aplicación de políticas de gestión activas. De esta manera será posible ganar la partida a la retirada de estímulos de los bancos centrales y aspirar a retornos superiores a la evolución del gran enemigo del ahorrador, es decir, la inflación.
Tribuna de Germán García Mellado, gestor de Merchbanc SICAV Renta Fija Flexible, en Merchbanc.