Estados Unidos enfrenta un complejo escenario económico marcado por un mercado laboral ajustado, similar al de 1966, en el cual es probable que la Fed no quiera dar un giro demasiado temprano, ya que esto podría dar lugar a una reaceleración de la inflación. Esta fue una de las conclusiones a la que llegó Jeff Schulze, experto de ClearBridge Investments, en el seminario web ‘Anatomy of a Recession’, organizado por Franklin Templeton Investments.
Durante el evento, conducido por el vicepresidente senior de ventas, Jim Vlahos, se repasó el tablero de riesgo de recesión de ClearBridge, que es un grupo de 12 indicadores que históricamente han presagiado una próxima recesión y se analizaron las perspectivas económicas de EE.UU. para lo que queda de año, incluida la política monetaria.
De acuerdo a Schulze, al observar distintas áreas de la economía estadounidense, está claro que se está frente a un punto de inflexión y algunos de los datos existentes sugieren que la desaceleración es inminente. “No hay más que ver el mercado de la vivienda. Sin embargo, hay otros datos que insinúan que se avecina un escenario de aterrizaje suave. El mercado laboral es bastante fuerte dada la publicación que vimos la semana pasada, y dependiendo de la predisposición de cada uno, un dato puede ser interpretado de manera muy diferente, como un test de Rorschach”, explicó el experto.
El test de Rorschach, es una prueba psicológica que se hace a un individuo y en la que se le muestra una imagen con manchas de tinta y, basándose en lo que ve en esas manchas de tinta, se utiliza para entender las características de la personalidad y el funcionamiento emocional de esa persona.
Según Schulze, hay una serie de manchas económicas diferentes y que dependiendo de cómo se interprete la economía estadounidense, se puede ver algo totalmente distinto. El primer ejemplo es la encuesta a los directores financieros estadounidenses.
“Está claro que los directores financieros son bastante constructivos sobre el bienestar financiero de sus propias empresas, pero son bastante pesimistas sobre la economía en general. De hecho, la brecha de percepción entre las propias perspectivas de las empresas y la economía se amplió recientemente hasta alcanzar un récord al final del segundo trimestre. Así que no puede ser que todo el mundo lo esté haciendo bien individualmente, pero que colectivamente la economía esté en una forma terrible”, detalló.
Es decir, la confianza de los directores financieros en la economía está en niveles cercanos a la recesión. No obstante, el nivel de confianza en sus propias empresas sigue siendo elevada, lo que podría indicar que se apretarán menos el cinturón.
La segunda mancha es el estímulo fiscal en los Estados Unidos y lo negativo está en la austeridad fiscal. Se espera que EE.UU. vea la tercera mayor reducción del déficit desde la Segunda Guerra Mundial, con un -8,2%. Esto supone un enorme viento en contra para el crecimiento económico. Pero lo positivo, destacó el experto, es que parte de ese estímulo sigue en el torrente sanguíneo de la economía estadounidense y esto se puede ver en el patrimonio neto de los hogares.
Específicamente, el patrimonio neto de los hogares ha subido 27 billones de dólares en comparación con la última parte del año 2019. Hay tres áreas que realmente impulsan esto. Una es el acceso al ahorro, que está realmente apoyado por ese estímulo fiscal en los últimos dos años. La segunda es la depreciación de los precios de la vivienda y la tercera es la solidez de los mercados financieros.
La última mancha corresponde a las condiciones financieras. Unas condiciones financieras más estrictas con un dólar más fuerte, unos tipos de interés a corto y largo plazo más altos, y también unos mercados financieros más débiles. “Ahora bien, al observar esto, uno puede interpretarlo como algo alcista. Las condiciones financieras sólo han superado recientemente el nivel 100”, agregó Schulze.
En resumen, lo malo es que Estados Unidos está experimentando la tercera mayor reducción del déficit desde la Segunda Guerra Mundial. Por el lado bueno, es que desde finales de 2019 (antes del COVID-19), el patrimonio neto de los hogares estadounidenses ha aumentado en 27 billones de dólares (23,1%).
Por lo tanto, el experto indicó que en períodos como el actual, en el que la economía está en constante cambio, es importante tener una brújula “que nos ayude a guiarnos hacia el camino más probable de la economía estadounidense y nuestra brújula en ClearBridge es el Tablero de Riesgo de Recesión”. El tablero es una analogía de semáforo donde el verde es expansión. El amarillo es precaución y el rojo es recesión y se puede ver que el tablero se ha deteriorado de una manera muy rápida en el transcurso del tercer trimestre.
En 2022 se ha producido un fuerte endurecimiento de las condiciones financieras, en consonancia con las recesiones anteriores. Las condiciones financieras sólo han entrado recientemente en territorio restrictivo y aún no están en los niveles asociados a recesiones pasadas.
Bajo este contexto, el experto señaló que este deterioro va a continuar “a medida que avancemos hacia 2023 (…) Hay una gran posibilidad de que la Fed se exceda y provoque una recesión en EE.UU. Así que el tablero se ha deteriorado y esperamos que siga deteriorándose a medida que avancemos en el cuarto trimestre”.
La inflación está forzando la mano de la Fed
Schulze indicó que al entrar en 2022, se esperaba que la inflación se moderará. Sin embargo, debido en parte a acontecimientos imprevistos (incluida una guerra), es probable que la inflación se mantenga durante más tiempo.
En este escenario, destacó el hecho de que la Reserva Federal ha cumplido plenamente la mitad de su mandato relativo al máximo empleo, lo que le ha llevado a centrarse exclusivamente en lograr la estabilidad de los precios. Mientras que con la inflación en niveles tan elevados, una moderación del ritmo en el futuro aún seguiría significando un largo camino de regreso al objetivo del 2% de la Fed.
Durante el seminario, los participantes realizaron preguntas, una de ellas fue ¿Cómo puede la Fed elevar los tipos de interés para combatir eficazmente la inflación cuando ésta es un fenómeno global, causado en parte por los problemas de la cadena de suministro y la guerra en Ucrania?
Schulze respondió que la Fed puede afectar a los cambios en la demanda agregada. “Puede subir los tipos hasta un punto en el que la demanda va a bajar. Incluso si se ven problemas de energía y de materias primas procedentes de Rusia y Ucrania, la demanda podría ser reducida como para crear menores precios”, explicó.
En cuanto a las perspectivas para el mercado estadounidense, Schulze indicó que los vientos en contra actuales incluyen un ciclo de endurecimiento enérgico de la Fed, la incertidumbre de las elecciones de medio término, el impulso fiscal negativo, la geopolítica y la alta inflación.
En ese sentido, destacó que siguen creyendo que los mercados experimentarán una mayor volatilidad hasta que se restablezca la visibilidad de la trayectoria de la economía y los beneficios.
“Históricamente, los mercados bajistas son poco frecuentes y suelen ofrecer buenas oportunidades a los inversores a largo plazo”, concluyó.