¿Recuerda el clásico bestseller de Deborah Tannen «You Just Don’t Understand», de los 90? Tannen, profesora de lingüística, sostenía que, en las sociedades occidentales, los niños y las niñas crecían en culturas muy distintas, lo que los llevaba a utilizar el lenguaje de manera diferente y con distintos objetivos en la edad adulta.
La conversación se convirtió así en una comunicación intercultural, a menudo llena de auténtica confusión. Treinta años después, es obvio que ocurre lo mismo cuando hablamos de un concepto tan fluido como el género a través de las brechas generacionales, incluso en temas tan vitales como las finanzas femeninas.
Sabiduría monetaria femenina y exceso de confianza masculina
En la actualidad, existen muchas buenas guías escritas específicamente por mujeres y para mujeres sobre cómo adquirir sabiduría monetaria. En los últimos años, la idea de que puede ser sensato desde el punto de vista financiero confiar el dinero a gestoras de fondos y a empresas de gestión de activos que se centran en la diversidad y el empoderamiento de la mujer se ha convertido en una opinión generalizada en gran parte del sector.
A los lectores más jóvenes -especialmente a los que tienen formación en finanzas conductuales- puede parecerles extraño que esto haya sido siquiera controvertido. Sin duda, ninguno de los dos sexos tiene el monopolio de los sesgos cognitivos que pueden resultar costosos. Sin embargo, el exceso de confianza parece ser un rasgo particularmente masculino, no sólo en los humanos modernos.
Esto tiene importantes implicaciones para las estrategias de inversión y la gestión de fondos. Hace más de 20 años, un estudio ya clásico sobre una amplia muestra de inversores particulares llegó a la conclusión de que el rendimiento neto anual ajustado al riesgo de las mujeres superaba al de los hombres en aproximadamente un 1,4%, en gran parte porque los hombres negociaban demasiado, lo que presumiblemente reflejaba un exceso de confianza.
Estudios posteriores realizados a lo largo del tiempo y en varios países ofrecen una imagen más matizada. Como ocurre con muchos rasgos de comportamiento, existe una gran variación entre ambos sexos, que refleja tanto el aprendizaje como los entornos culturales.
El cambio lleva su tiempo, ya que las personas, las empresas y otras instituciones tratan de reproducir los ejemplos de éxito del pasado mediante la imitación de patrones.
Cómo lograr un cambio cultural
Por ejemplo, la incongruencia percibida entre los roles de género femeninos tradicionales y un rol ocupacional que tradicional e «idealmente» ha sido masculino, como el de los inversores estrella conocidos, tendía a generar opiniones menos favorables de las mujeres en dichos roles. Cómo cambiar la cultura en materia de género es un tema delicado en muchos ámbitos de la vida, no sólo en las finanzas.
«Incluso en nuestra década, seguimos teniendo experiencias vitales y perspectivas diferentes. Para invertir, eso se traduce en necesidades, horizontes de inversión y hábitos diferentes», argumenta Katharina Seller, gestora de carteras de DWS, que añade que «incluir a más mujeres inversoras beneficia a nuestro negocio. Y lo que es más importante, tiene un efecto dominó beneficioso para la economía y los mercados financieros en general».
Reducir el potencial de pensamiento de grupo
Numerosos estudios han demostrado que la diversidad puede conducir a procesos de toma de decisiones más sólidos, reduciendo el potencial de pensamiento de grupo y mejorando la gestión del riesgo, lo que potencialmente impulsa los rendimientos y reduce los riesgos de ingresos. Los inversores pueden desempeñar un papel clave en este sentido, fomentando el empoderamiento femenino a todos los niveles. A su vez, esperamos que estos avances ayuden también a superar los prejuicios inconscientes contra otros grupos, en el sector financiero y fuera de él.
La clave está en que todos los miembros de un grupo que decide, por ejemplo, una estrategia de inversión, se sientan escuchados y seguros para expresar respetuosamente una opinión discrepante. Esto ayuda a resolver con éxito los conflictos, en lugar de suprimirlos. La diversidad, bien gestionada y fomentada, también abre el camino a soluciones nuevas y creativas. En pocas palabras, superar los prejuicios inconscientes puede ayudarnos a comprender mejor los mercados financieros y aumentar el éxito de los gestores de activos.
Tribuna de Björn Jesch, Global Chief Investment Officer de DWS.