Dentro de los temas que están marcando el devenir de los mercados en este 2024, la discusión sobre el futuro de los tipos de interés es, junto a la inteligencia artificial, el más destacado en esta primera parte del año.
A lo largo de estos primeros cinco meses de ejercicio, los inversores se han posicionado entre los que esperan que los bancos centrales mantengan su hoja de ruta y bajen los tipos en este 2024 y los que piensan que la relativa fortaleza de la economía (con su consiguiente efecto sobre la inflación) no justificaría aún el inicio de un ciclo de bajadas de tipos.
Este debate no es sólo potestad de los inversores, y dentro de los órganos de gobierno de los bancos centrales también hay posiciones contrapuestas, tal y como han venido manifestándose en diversas comparecencias públicas. Igualmente, estas discusiones podrían estar más justificadas en Estados Unidos que en Europa, donde las condiciones son mucho más proclives para esa bajada de tipos.
El crecimiento de la economía europea va a ser débil en la mayoría de sus países y el ritmo de descenso de la inflación (a diferencia de Estados Unidos) dibuja un panorama en el que una bajada de tipos por parte del Banco Central Europeo sería perfectamente factible.
Esto supone que la discusión sobre los tipos se centre en Estados Unidos, donde el mercado apunta que la Fed todavía no se animará a dar los primeros pasos. La primera economía del mundo sigue mostrando una cierta fortaleza, apoyada en una política fiscal extraordinariamente expansiva incluso en los momentos más maduros del ciclo. Esto ha prolongado el crecimiento de la economía norteamericana, aunque se empiezan a ver síntomas de debilidad que podrían cambiar rápidamente la visión que el mercado mantiene sobre las acciones futuras de la Fed.
Dentro de los objetivos de la Fed (máximo empleo, estabilidad de precios y tipos moderados a largo plazo) el primero ya empieza a mostrar síntomas de debilidad (la tasa de desempleo ha subido un 0,5% en el último año) y la caída de la inflación se antoja como la variable clave para que la Fed apriete el botón de la bajada de tipos. Aun así, todavía podemos tardar unos meses en llegar a ese momento y esto, indudablemente, tendrá su traslación al otro lado del Atlántico.
Todo apunta a que el próximo 6 de junio veremos la primera bajada de tipos en Europa, pero para que esto tenga continuidad y se convierta en un ciclo de bajadas será necesario una mayor visibilidad sobre la política monetaria estadounidense. Aunque estemos hablando de bancos centrales diferentes, la Fed y el BCE, el liderazgo de la primera a la hora de afrontar los cambios en política monetaria es indiscutible. Es por esto por lo que el inicio prolongado de un nuevo ciclo de bajadas de tipos, incluso en Europa, todavía podría tomar algún tiempo antes de tener lugar.
Más allá de si las bajadas de tipos serán una realidad en septiembre o en noviembre, lo que no podemos negar es la ciclicidad de la economía. Históricamente, las fases de bajadas de tipos parten de momentos que cuentan con muchas similitudes con el que vivimos actualmente, y cuando eso tiene lugar son períodos que se prolongan en el tiempo. Recordemos que el promedio de los ciclos de bajadas de tipos (a lo largo de los últimos cincuenta años) se sitúa entre los dos años y los dos años y medio.
A la vista de esto, el momento óptimo para la inversión a vencimiento sería antes de iniciarse ese ciclo de bajadas de tipos prolongadas. Cerrar una rentabilidad a vencimiento hoy, antes de que se inicie el ciclo de bajadas de tipos, es una opción muy interesante para que el inversor conservador no vea cómo la remuneración de sus ahorros disminuye cada día con el ciclo de bajadas de tipos.
Columna de David Ardura, director de Inversiones en Finaccess Value