La reciente escalada de tensiones comerciales a escala global, marcada por la imposición de nuevos aranceles entre grandes economías, ha desatado una oleada de incertidumbre en los mercados financieros. Por ello, desde Fidelity han decidido preguntar a algunos de sus principales gestores al frente de estrategias sectoriales cómo ven la actual situación macroeconómica y de mercado.
HyunHo Sohn, gestor del FF Global Technology Fund, es uno de los primeros en reconocer el impacto directo que este entorno hostil tiene sobre su sector. La tecnología, dependiente de complejas cadenas de suministro internacionales, se ve especialmente presionada por las restricciones al comercio entre Estados Unidos y Asia, dado que han sido especialmente castigados por los aranceles anunciados—los países que juegan un papel muy relevante en las cadenas de suministro en cuanto a tecnología se refiere (Taiwán, Corea del Sur, China, Japón, y las naciones del sudeste asiático). Aunque las decisiones de inversión empresarial están paralizadas, y eso afecta al conjunto del ecosistema tecnológico, la estrategia es abogar por una respuesta basada en la prudencia y la gestión activa, enfocándose en compañías con capacidad de fijación de precios, robustez operativa y cadenas de suministro resilientes. En un contexto de volatilidad, insiste en que la disciplina de valoración se convierte en una herramienta aún más valiosa.
Mac Elatab y Lee Sotos, al frente del FF Global Financial Services Fund, ofrecen una visión más matizada sobre el impacto de los aranceles en Estados Unidos. Aunque el mercado ha interpretado que estas medidas están convirtiendo a EE.UU. en la región con peores condiciones para invertir, los gestores no están tan convencidos; recuerdan que EE. UU. es menos dependiente de las exportaciones que otras economías desarrolladas, como por ejemplo Alemania, y que además los sectores cíclicos tienen menor peso en la bolsa estadounidense, por lo que, en caso de una recesión global, “el mercado bursátil estadounidense podría servir como un refugio relativamente seguro”.
Así, han optado por mantener un enfoque equilibrado, con valores que pueden beneficiarse tanto de un escenario de tipos más altos y otros que puedan verse favorecidos por un entorno de tipos bajos, así como una exposición moderada al crédito al consumo. Aunque lo que más preocupa son efectos indirectos, como la ralentización en las salidas a bolsa o en la captación de activos, por ahora no consideran necesario modificar de forma drástica la composición de su cartera.
Esa misma filosofía de contención parece guiar también al equipo de gestores del FF Global Dividend Fund. Aunque reconocen que los efectos secundarios de la guerra comercial pueden ser difíciles de anticipar, mantienen su apuesta por empresas con fuertes flujos de caja, capacidad de trasladar costes y ventajas competitivas sostenibles. Esperan que su enfoque permanente en negocios con capacidad de trasladar una mayor proporción de costes a los clientes finales proporcione protección relativa, como sería el caso en períodos de mayor inflación.
De hecho, el dúo de expertos está buscando oportunidades en este contexto volátil, aunque siendo conscientes de que el entorno está cambiando rápidamente y se producirán impactos de segundo orden no inmediatamente obvios, como por ejemplo que el dólar no haya actuado como refugio: “Esta es la primera vez en al menos 15 años que el USD se ha depreciado al mismo tiempo que los mercados de renta variable han caído más del 10%”.
Su fondo está particularmente expuesto a compañías extranjeras de servicios que operan en EE. UU., como RELX: “Es poco probable que los servicios estén sujetos a aranceles además de los productos”. Además, muchas de las empresas no estadounidenses presentes en cartera suelen tener operaciones locales en lugar de importar,
Esta reconfiguración de las dinámicas globales también está siendo observada con atención desde el FF Global Industrials Fund, donde su gestor Ashish Bhardwaj interpreta los aranceles como catalizadores de una transformación estructural en las cadenas de suministro. Considera que las empresas deberán hacer una pausa y reevaluar su presencia global para determinar la mejor manera de adaptarse al nuevo entorno y prepararse para cualquier posible desaceleración de la demanda final. Si bien prevé una desaceleración a corto plazo, desde una perspectiva a medio y largo plazo considera estos nuevos aranceles como otro recordatorio de que la cadena de suministro actual no es adecuada para su propósito, por lo que probablemente acelerará la necesidad de relocalizar y reconfigurar la cadena de suministro global para contar con capacidad local.
Como resultado, el equipo de gestión anticipa un mayor crecimiento de la inversión en activos fijos a medio y largo plazo, una vez que se superen los obstáculos arancelarios a corto. Por lo tanto, aprovecharán los obstáculos actuales como una oportunidad para invertir en empresas que estén preparadas para beneficiarse de estas nuevas tendencias.
Visión por regiones
Fidelity también ha consultado la visión de los gestores al frente de sus estrategias principales de renta variable americana y europea. En un enfoque más ofensivo se encuentran Rosanna Burcheri y Ashish Bhardwaj, gestores del FF America Fund, quienes ven en este giro proteccionista una oportunidad histórica para reindustrializar Estados Unidos en el largo plazo.
Los gestores matizan que prevén “interrupciones significativas en la cadena de suministro, presiones inflacionarias e incertidumbre para las empresas” en el corto plazo y, en consecuencia, han limitado la exposición a industrias dependientes de la importación en su cadena de suministro, como ropa, computadores, electrónica y equipos eléctricos. Sin embargo, también están aprovechando para invertir en empresas que consideran futuras beneficiarias de esa relocalización industrial, como Jacobs Solutions o Norfolk Southern, ambas con exposición directa a sectores como la ingeniería, la construcción y el transporte ferroviario. El dúo de expertos afirma encontrar oportunidades de inversión crecientes en “Middle America”, es decir, empresas de mediana capitalización con exposición a la economía doméstica.
La mirada desde Europa es algo más contenida. Tanto el FF European Dividend Fund, como el FF European Growth Fund, ambos gestionados por Fred Sykes, están expuestos a la incertidumbre que suponen las tensiones comerciales para una región más abierta al comercio exterior y con menos capacidad de maniobra fiscal. “Se espera que el impacto en las economías sea grave”, afirma. Sin embargo, añade el experto, hay señales alentadoras que van apareciendo conforme Europa adopta medidas de autoayuda, que incluyen iniciativas de estímulo fiscal. También recuerda que el Banco Central Europeo (BCE) mantiene la capacidad de seguir recortando los tipos de interés, dado que la inflación en la eurozona se encuentra cerca de su objetivo del 2%.
El gestor indica que ha revisado las acciones con una proporción significativa de ventas en EE. UU., evaluando cómo los aranceles podrían afectarlas y hasta qué punto sus fortalezas competitivas —especialmente su posición en la cadena de suministro— les permitirían trasladar dichos costes a los consumidores. También ha valorado los posibles efectos de una recesión en EE. UU. y a nivel mundial, identificando las acciones más vulnerables en función de sus fundamentales y posibles debilidades en sus balances, y analizando el riesgo de una caída en sus precios. Dicho esto, Sykes aclara que, dada la monitorización constante de los riesgos de caída que hace sobre sus estrategias, “no prevemos una reevaluación sustancial de estos riesgos”, por lo que los ajustes realizados sobre las carteras han sido menores.