China mostró en 2023 una postura cada vez más favorable a la economía, lo que indica que los dirigentes son conscientes de los problemas de fondo y están dispuestos a abordarlos. Todo ello pinta un panorama positivo para 2024. Las medidas de estímulo han estado bien coordinadas entre el gobierno central y las administraciones locales, lo que pone de relieve que China tiene la clara intención de sostener la economía. Las medidas de relajación en el sector inmobiliario han ayudado, ya que esta área es un importante motor de los mercados chinos (sobre todo para los sectores expuestos al consumo).
El atribulado sector inmobiliario ha sido una de las grandes causas de la escasa confianza de los consumidores. Sin embargo, un aspecto positivo que se produce por primera vez desde que comenzó la ralentización es que la estructura de la oferta y la demanda del mercado inmobiliario chino ha cambiado, lo que indica que habrá más estímulos en las ciudades de primer nivel, donde la demanda es especialmente fuerte.
Los esfuerzos de dinamización del gobierno comprenden tipos hipotecarios más bajos y requisitos menos estrictos para la compra de viviendas. Otras ayudas directas a los hogares, como los ajustes de los tipos hipotecarios, podrían estimular considerablemente una recuperación impulsada por el consumo este año. Este hecho es importante, ya que las ciudades de primer nivel representan una parte importante del PIB y el consumo de China.
En octubre de 2023, el gobierno chino anunció la emisión adicional de deuda del estado por valor de 1 billón de yuanes, lo que elevó de forma efectiva el objetivo de déficit para 2023 del 3,0% al 3,8%. He ahí una señal clara de que China no quiere que el crecimiento se frene más. Creemos que la recuperación del consumo este año podría subir de marcha si la confianza de los consumidores rebota.
¿Qué podría sorprender a los mercados en 2024, tanto para bien como para mal? En el plano negativo, las tensiones geopolíticas en Oriente Medio podrían elevar considerablemente los precios del petróleo, lo que podría solaparse con las alteraciones de los mercados de la energía que ya provoca la guerra de Rusia con Ucrania. Como muchos otros países asiáticos, China se vería afectada por unos cambios profundos en los precios internacionales del petróleo. Aunque hasta ahora los precios de la energía han mostrado contención desde que estalló el conflicto en Oriente Medio, tendremos que seguir muy atentos a la situación.
En un plano positivo, como hemos indicado antes, podríamos ver un impacto más fuerte de lo previsto de los estímulos monetarios y presupuestarios en China. En conjunto, los factores que influyen en los mercados han ido cambiando a mejor, por ejemplo, las tensiones geopolíticas están ampliamente descontadas por el mercado, los riesgos normativos están remitiendo y dejando sitio a tendencias más favorables y lo más probable es que la postura moderadamente expansiva continúe.
La bolsa china ha registrado una volatilidad anormal a lo largo de 2023. Por ejemplo, durante los dos primeros meses de 2023, vimos cómo las cotizaciones subían más de un 15% en un contexto de rebote tras la reapertura propiciado por el repentino cambio en la política anti-COVID del país. Sin embargo, en los tres meses posteriores, el mercado borró la mayor parte de estas ganancias y a los inversores les decepcionó el desigual ritmo de la recuperación de China. A lo largo de este volátil periodo, mantuvimos una gran sobreponderación en consumo discrecional y consumo básico. Esta posición la equilibramos infraponderando energía, materiales y bancos. Por lo tanto, la cartera se comportó peor que el conjunto del mercado, dado que el tirón económico propiciado por el consumo fue más débil de lo previsto debido a la alicaída confianza de los consumidores. Además, se reavivaron las tensiones geopolíticas entre China y EE.UU.
No obstante, algunos valores de alta convicción generaron contribuciones específicas. A este respecto, cabe citar empresas de consumo discrecional como PDD Holdings, que mostró un buen comportamiento gracias a unos ingresos sólidos y a su plataforma internacional Temu, que siguió registrando elevadas tasas de crecimiento en sus usuarios activos mensuales. Otros valores fueron Netease, en servicios de comunicación, cuyos juegos para PC y móviles dieron muestras de una gran resistencia después de que la población regresara a sus puestos de trabajo y a los colegios y también se benefició de que sus juegos en línea entraron en el grupo de los diez juegos para IOS que más facturan en China.
A pesar de la debilidad que ha mostrado el consumo este año, seguimos apreciando un amplio margen de recuperación y, lo que es más importante, empresas muy prometedoras expuestas a temáticas estructurales, como las marcas nacionales y las tendencias de bipolarización que ofrecerán mejores oportunidades de crecimiento y rentabilidades más elevadas.
Estamos observando una “tendencia de bipolarización” dentro de esta recuperación económica a la que a menudo se alude como “recuperación en K”, donde diferentes áreas de la economía se recuperan a ritmos diferentes. Los segmentos superior e inferior marchan bien, mientras que el segmento medio sigue renqueante en un momento en el que los consumidores canalizan sus ahorros hacia segmentos más aspiracionales y de primera calidad. Por lo tanto, la coexistencia de una tendencia de premiumización y patrones de consumo centrados en la relación calidad-precio ha llegado para quedarse, con independencia de los altibajos de la economía, y ofrece mejores oportunidades de crecimiento y rentabilidades más elevadas.
Otra área importante de oportunidades es el auge continuo de las marcas nacionales en China. En primer lugar, están las marcas nacionales que están aumentando su cuota de mercado a expensas de las multinacionales, por ejemplo, en las bebidas, la electrónica, la ropa deportiva, los segmentos del cuidado del hogar, etc. En segundo lugar, estamos viendo una “sustitución de las importaciones” a medida que las empresas nacionales reemplazan a las importadoras en fabricación de gama alta y materias primas.
Por último, estamos encontrando empresas con marcas nacionales que son capaces de incrementar su “cuota de mercado mundial”. Esto es importante a medida que el PIB per cápita de China sigue creciendo por encima de los 10.000 dólares y el crecimiento de las ciudades de primer nivel de China se hace más maduro (como Japón, Europa y Corea), y también porque, a medida que el mercado nacional se sofistica, la capacidad de las empresas para crecer en el extranjero adquiere mayor importancia. En cuanto a los riesgos potenciales, los estímulos presupuestarios/monetarios podrían seguir tirando a la baja del yuan en el caso de que el cambio de orientación en los tipos de interés de EE.UU. se retrase más. Eso provocaría un encarecimiento de las importaciones de materias primas para algunas empresas de productos de consumo que compran materiales fuera de China y venden productos terminados a los consumidores chinos.
Tribuna de opinión de Hyomi Jie, gestora de renta variable china de Fidelity International.