Las ventas minoristas reales, un proxy de la demanda económica, han caído significativamente desde 2021. Históricamente, la inflación subyacente tiende a seguir los movimientos en las ventas minoristas, lo que sugiere que la inflación podría empezar a relajarse pronto, y que con casi toda seguridad ya ha tocado techo.
Los precios al consumo tienden a seguir la dirección de las ventas minoristas. Y, con esa lógica, el gráfico de esta semana ofrece argumentos para pensar que ya hemos visto el techo de la inflación en Estados Unidos.
El gráfico muestra los valores reales de las ventas al por menor deflactados por la inflación subyacente de los precios al consumo (esta medida del IPC subyacente excluye los precios de los alimentos, la energía y el tabaco) y adelantados 12 meses para destacar más claramente cómo este indicador de la demanda económica agregada tiende a liderar las variaciones de los precios.
Sobre esta base, la ralentización en las ventas minoristas reales desde 2021 sugiere que el IPC subyacente podría caer desde el 6,3% en octubre (último dato disponible en el momento de elaborar el gráfico) a cerca del 2% para finales de 2023, de mantenerse normal la relación entre indicadores adelantados y atrasados. Aunque nos tomamos con precaución esta lectura literal, la dirección de crucero en el corto a medio plazo está clara. En el largo plazo, esperamos que la inflación se mantenga cerca del 3%, excediendo notablemente el objetivo del 2% de la Fed, al estar impulsada por factores estructurales como la descarbonización, la desglobalización y la deuda.
Este es uno de los varios indicadores que sugieren que la inflación en Estados Unidos ha alcanzado máximos. Entre otras medidas se incluyen los componentes de precio en encuestas como los PMI, así como las medidas que indican el nivel de estrés de la cadena de suministro, como las tarifas de envío de China a Estados Unidos. Todos estos indicadores muestran ahora un movimiento sustancial de la inflación de vuelta a niveles pre Covid. Entre las muchas implicaciones que tiene esto para la inversión, sería ciertamente buenas noticias para la renta fija, y es parte de las razones por las que pensamos que los bonos finalmente vuelven a parecer atractivos otra vez.
Sin embargo, el punto en el que la Reserva Federal empiece a recortar los tipos de interés (el denominado “viraje”) puede que todavía tome algún tiempo. Por ahora, todos los indicios apuntan a una fase del ciclo mucho más matizada, con una inflación que se suaviza pero que sigue siendo elevada. La rapidez con la que retroceda determinará el momento en que la Fed cambie de rumbo. Para obtener una pista sobre el momento, siga de cerca las ventas minoristas en EE.UU.
Tribuna de Max Stainton, estratega global macro de Fidelity International