El catalizador de los descensos fue el fuerte crecimiento del salario medio por hora en EE.UU., una estadística clave, ya que el pleno empleo debería tirar al alza de los salarios y por tanto elevar el consumo e iniciar la subida de la inflación. La vuelta de la inflación supondría un retorno a la “normalidad” y, a mi juicio, eso significa un tipo de interés del 3,25%, un rendimiento del 4% en la deuda pública a 10 años y un PER de 16 veces en el S&P 500 (es decir, rendimientos más altos en los bonos y precios más bajos en las acciones).
Aunque los fundamentales de los mercados han cambiado (más volatilidad), los fundamentales de las empresas no, así que los inversores de perfil value como yo podrían brindar cierto apoyo al mercado.
¿Qué se puede hacer?
Por si le sirve al lector, compré bolsa el martes 6 de febrero con mi propio dinero. Me debatí entre dos posibles lamentaciones:
1. Comprar acciones y que sus precios volvieran a caer, lo que me molestaría, pero no tanto como…
2. No comprar acciones y ver cómo las cotizaciones giraban de nuevo al alza. Hemos esperado bastante a que surgiera una oportunidad de compra y ahora que ha llegado una, me gustaría aprovecharla.
El martes 6 de febrero, la caída de los precios había borrado las ganancias de enero. Desde entonces, los precios han seguido cayendo, pero esas pérdidas no me alteran. Mi mentalidad conductual me sigue reportando una sensación de satisfacción por haber respondido proactivamente a los movimientos.
¿Qué cambios en los fundamentales podrían afectar a los acontecimientos a partir de ahora?
Siempre he pensado que el crecimiento salarial ha sido bajo, debido en parte a la falta de confianza del trabajador en la estabilidad de su empleo. Pero por primera vez desde la crisis, he tenido conocimiento de casos en los que los empleados solicitaban aumentos de sueldo o dejaban sus trabajos. Mi sensación es que estamos ante un crecimiento salarial verdadero.
No obstante, el salario medio es una serie estadística con un nivel increíblemente alto de ruido y nuestros economistas están señalando que el próximo mes podría dejarnos un dato más bajo, sobre todo a tenor de las señales que apuntan a que EE.UU. está acercándose al final de su ciclo económico. Incluso si los salarios suben, no estoy seguro de que eso signifique más consumo, ya que los niveles de deuda son muy elevados.
Comparto la opinión de nuestros expertos, que piensan que la inflación no será tan fuerte. En ese caso, la Fed podría tener dificultades para subir los tipos tres veces en 2018 y, por lo tanto, un rendimiento del 3% en los bonos me parece atractivo. Abogo por comprar bonos sobre esta base. Una persona con la que me solidarizo es con el nuevo presidente de la Reserva Federal, Jay Powell.
Si los mercados no se estabilizan durante las próximas semanas, se enfrentará a una primera conferencia de prensa muy complicada (el 21 de marzo, no hay reunión en febrero): ¿Debería abstenerse de subir los tipos en marzo, pese a que así se indicó en enero? Esta cita, junto con el próximo dato del IPC, son puntos de interés prioritarios para mí. El dato de crecimiento económico me resulta menos interesante. Para mí, todo gira en torno a la inflación.
David Buckle, director de diseño de soluciones de inversión de Fidelity International