El pasado mes de junio, el MSCI decidió seguir sometiendo a examen al mercado de renta variable argentino para su posible reclasificación como mercado emergente (desde su estatus actual de mercado frontera) durante otro año más. En la práctica, esto significa que Argentina no se incorporará oficialmente en el índice MSCI Emerging Markets antes de 2019, como pronto.
Los inversores que habían especulado sobre la subida de categoría del mercado argentino hasta mercado emergente recibieron la noticia como un jarro de agua fría. Aunque esto causó decepción a corto plazo, no altera las positivas perspectivas sobre Argentina, que reposan en la mejora de los fundamentales macroeconómicos, gracias al programa económico y de reformas del presidente Mauricio Macri y su partido Cambiemos.
Desde que Macri ganó las elecciones en 2015, los activos de deuda y renta variable han registrado una fuerte demanda y recientemente se procedió incluso a la exitosa colocación de un bono a 100 años. Cabe destacar que unas perspectivas económicas más alentadoras se basarán en la mejora y sostenibilidad de las políticas económicas, y no en un aumento continuo de los precios de las commodities como ocurrió en el pasado.
Mientras que las oportunidades actuales vinculadas al índice de referencia son limitadas el mercado está abriendo sus puertas a una considerable cartera de productos de compañías nuevas y se detectan numerosas oportunidades fuera del índice de referencia procedentes de compañías con una significativa exposición a Argentina. Dada la robusta rentabilidad registrada recientemente por las acciones argentinas, muchas empresas han alcanzado su techo de valoración, aunque siguen existiendo oportunidades selectivas para los inversores activos.
Los valores de los sectores de servicios públicos y energía presentan un gran atractivo, puesto que el programa de reformas de Argentina depende del recorte de subsidios y el aumento de las tarifas. Por consiguiente, las empresas de estos ámbitos se verán favorecidas por la normalización de sus sectores. El sector agrícola se beneficia de la eliminación de los controles de capitales y la depreciación del peso que tuvieron lugar tras la liberalización del mercado de divisas (ya que a estas empresas les resulta más barato exportar sus productos).
Los bancos representan otra esfera de interés. Pese a que algunos argumentan que las valoraciones actuales parecen un tanto exigentes, las entidades bancarias encierran un elevado potencial de crecimiento debido a la insignificante penetración crediticia en la economía. Asimismo, el sector se halla muy fragmentado, lo que genera algunas oportunidades interesantes en el frente de fusiones y adquisiciones.
Si el actual plan culmina con éxito y Argentina consigue sus objetivos de inflación y déficit fiscal, creemos que existe margen para que asistamos a un prolongado ciclo de crecimiento. Esta previsión también toma en consideración el bajo punto de partida, debido a los 15 años de infrainversión en el país y su exclusión de los mercados de capitales de todo el mundo. Habida cuenta de este entorno macroeconómico más alentador, consideramos que el mercado de renta variable sigue presentando potencial de crecimiento. Los comicios de octubre podrían suponer un revés, lo que significa que los inversores todavía deben ejercitar la prudencia. No obstante, existen motivos para ser optimistas a largo plazo.
Ilan Furman es portfolio manager del equipo de renta variable de mercados emergentes de Columbia Threadneedle.