En los últimos años, hemos podido observar fuertes tendencias de crecimiento en los mercados europeos de deuda corporativa, lo que ha proporcionado una base sólida a la deuda europea high yield para crecer y estar cada vez más diversificada con una mejor calidad de crédito global. De manera no sorprendente, resulta más atractivo para los inversores. Superados dos ciclos completos de crédito desde finales de la década de los 90, el sector de deuda europea high yield es ahora una parte integral del mercado global de financiación apalancada. Puede que todavía sea percibido como el hermano menor del high yield estadounidense, lo que enmascara su rápido crecimiento y maduración.
Esta madurez se observa tanto en el tamaño –el mercado ha crecido de 41.000 millones de euros en enero de 2002 a 286.000 millones en enero de este año– como en la disminución de la volatilidad que se ha producido desde 2012 en relación con el high-yield estadounidense (según datos de Bloomberg), a pesar de que una proporción razonable de esta última tendencia se ha reducido por las tensiones en el mercado energético estadounidense.
En relación con los niveles históricos, las rentabilidades son bajas. Sin embargo, dada la dificultad de encontrar ingreso y buenas rentabilidades, un reparto del 5% no es nada despreciable. Y con los frecuentemente negativos rendimientos de los bonos gubernamentales, como es el caso de la deuda alemana a 5 años, el diferencial general del yield sobre los bonos públicos es aún mayor.
Aunque siempre es importante, con las rentabilidades en niveles relativamente bajos, el papel de los defaults se ha acentuado. El panorama general es alentador. Moody’s predice que los porcentajes serán del 2% en Europa, frente al 4% en Estados Unidos. Aun así, se requiere una selección rigurosa de valores para eliminar aquellas empresas con más probabilidades de default.
Las cualidades que comparte la deuda high yield con la renta variable son bien conocidas. Su correlación con los bonos estatales es baja. Para reforzar este punto, destacamos los casos en que los rendimientos del Tesoro estadounidense a 10 años aumentaron un 1% y comparamos la rentabilidad del high yield durante este período. Estos son los resultados, y son muy clarificadores:
Como podemos apreciar, la deuda high yield ofrece una buena diversificación durante estos períodos. Tener una asignación a este tipo de deuda tiene sentido como parte de una cartera ampliamente diversificada.
En momentos de incertidumbre, los inversores acuden a los activos que funcionan como activos refugio, como es la deuda pública y la deuda ‘investment grade’. En condiciones económicas normales, estos ofrecen un lugar relativamente seguro para guardar el capital. Pero el contexto que vivimos ahora no puede considerarse convencional. Los bancos centrales han agotado su armamento y, desde el 28 de febrero de 2017, el 45% de los bonos de los mercados desarrollados producen ahora menos del 1%, y el 20% de estos tienen rendimientos negativos, según datos de JP Morgan. El proceso del Brexit, las elecciones clave en distintos países de Europa y Donald Trump tampoco ayudan.
Es probable que el camino de la deuda europea high yield esté lleno de baches, como lo será para los mercados a nivel mundial, pero la combinación de rentabilidad y relativamente baja duración a cambio del riesgo de crédito que supone tener en cartera este activo sigue siendo convincente. La deuda high yield es testigo del creciente interés entre los inversores que buscan ingresos.
Ben Pakenham, es co-responsable de deuda high yield global.
Risk Warning
Fixed income securities are subject to certain risks including, but not limited to: interest rate (changes in interest rates may cause a decline in the market value of an investment), credit (changes in the financial condition of the issuer, borrower, counterparty, or underlying collateral), prepayment (debt issuers may repay or refinance their loans or obligations earlier than anticipated), and extension (principal repayments may not occur as quickly as anticipated, causing the expected maturity of a security to increase).
Foreign securities are more volatile, harder to price and less liquid than U.S. securities. They are subject to different accounting and regulatory standards, and political and economic risks. These risks may be enhanced in emerging markets countries.
For more on how Aberdeen can help meet the income needs of investors, visit http://international.aberdeen-asset.us/income.