El reciente descalabro de los precios de la renta fija, que vio cómo subía la rentabilidad del bono alemán a un máximo semestral del 0,72% el 13 de mayo de 2015, provocó la consolidación que desde hace tiempo se preveía en la renta variable europea. También ha ayudado a que se refuerce el euro, frenando la recuperación del dólar estadounidense en su terreno, a pesar del nerviosismo que sigue provocando Grecia.
A estos acontecimientos se unió la recuperación del precio del petróleo y que muchos valores, que habían superado las rentabilidades de los índices en la primera parte del año, invirtieron su tendencia. Esto hizo saltar las alarmas del posible fin de la recuperación. No estoy de acuerdo: creo que ha sido un respiro necesario antes de que veamos cómo continúan las noticias de mejora económica y de beneficios en los próximos meses.
La vuelta de la fijación de los precios
Hay signos de un retorno de la inflación. El Presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, señaló en el Consejo de Gobierno del BCE del 15 de abril que se espera que las tasas de inflación “aumenten más adelante en 2015 y sigan recuperándose durante 2016 y 2017”. Son buenas noticias para la renta variable, al sugerir un retorno de la fijación de precios. También es positivo para las economías, dado que un nivel moderado de inflación es probablemente el modo más aceptable de comenzar a disminuir la enorme cantidad de deuda pública emitida a nivel mundial en los últimos 25 años, más o menos.
Sin embargo, la inflación no es una buena noticia para quienes, presas del miedo a la deflación, compraron cualquiera de los numerosos títulos de renta fija que han comenzado a registrar rentabilidades negativas. Las denominadas “crowded trades” (operaciones multitudinarias en las que un gran número de inversores tienen una posición, ya sea larga o corta) pintan bien hasta que comienza la estampida en busca de la salida. Así que puede que haya sucedido algo de esto en los últimos movimientos del mercado.
Los indicadores económicos siguen mostrando su apoyo
Para el inversor a medio y largo plazo, quizá sea más importante mirar más allá del ruido cortoplacista y considerar si la mejora gradual de las economías continuará. Datos recientes muestran que las economías europeas están mejorando, aunque poco a poco, y que la esperada subida de los tipos de interés en EE.UU. podría verse pospuesta a causa del mal comienzo que ha tenido el país este año, que se ha visto afectado por huelgas portuarias y condiciones climáticas adversas. Esto debería servir para tranquilizar a los inversores dado que, probablemente, la política monetaria estadounidense se mantendrá acomodaticia.
Está claro, en cambio, que los mercados europeos han pasado página. El ratio precio/beneficio del forward referenciado al índice MSCI Europe Index a 12 meses sitúa en torno a 16x los beneficios, por encima de la media, aunque esto no es necesariamente un motivo de preocupación mientras el P/B estadounidense se mantenga más alto. Asimismo, las sociedades europeas se encuentran al inicio de un periodo de recuperación de beneficios. Aunque la inflación alcance un 2% en los próximos años, si se cumple la “regla del 20” (una postura que sostiene que el mercado bursátil está correctamente valorado cuando el P/B medio más la tasa de inflación son iguales a 20), los mercados europeos pueden encarecerse en términos de ratio P/B. Desde la perspectiva de los dividendos, las rentabilidades de la renta variable europea también siguen muy por delante de la del bono del estado alemán a 10 años (3,1% de media para el índice MSCI Europe Index, al 30 de abril de 2015, frente al 0,6% de los bonos, al 15 de mayo de 2015).
Política europea: certidumbres e incertidumbres
En el plano político, la elección de un gobierno conservador en Reino Unido mantiene el status quo. Existe riesgo de que el nuevo gobierno se vea arrastrado hacia la derecha por los miembros que defienden un mandato antieuropeo y anti estado del bienestar, pero sospecho que David Cameron y sus aliados saben que las elecciones británicas se ganan y se pierden en el centro. Hay una posibilidad de que el referéndum del “sí/no” a seguir en Europa, programado para 2017, salga mal para los mercados (es decir, que Reino Unido decida salir de Europa), pero sigo pensando que el país está mejor en una Unión Europea que funciona de forma adecuda. También admito, como la mayoría de los líderes europeos, que Europa necesita emprender reformas importantes y exitosas.
Grecia, como siempre, sigue siendo un problema. El punto muerto en el que se encuentran el Primer Ministro Alexis Tsipras, que se niega a aceptar la necesidad de emprender reformas fundamentales, y el Fondo Monetario Internacional y el BCE, que se han negado a seguir prestando apoyo financiero hasta que comiencen las reformas, parece destinado a continuar. Si Grecia quiere permanecer en el euro, debe adoptar reformas y demostrar que va en la dirección acertada, en lo que a estabilidad presupuestaria se refiere. Por desgracia, el gobierno griego actual ha retrocedido en el avance logrado por gobiernos anteriores, empeorando más si cabe la situación queel pueblo griego sufre desde hace tiempo.
La historia europea continúa
Si juntamos todos estos factores, los recientes signos de fortalecimiento de las economías europeas coinciden con un crecimiento en China y EE.UU. más débil de lo esperado, lo que ha provocado un cambio lógico en las sensaciones. La renta variable europea todavía debería darnos más buenas noticias, entre ellas un aumento de la actividad de fusiones y adquisiciones, mientras el BCE sigue ejerciendo presión para sacar adelante su programa de estímulo monetario.
Además, debería mantenerse la tendencia actual de trasvase de dinero de la renta fija a la variable. Algo que no nos pilla por sorpresa si observamos las diferentes expectativas para cada clase de activo para los próximos 12-18 meses.
En mi opinión, es demasiado pronto para temer la vuelta a un entorno económico ligeramente más normal. Pero seguimos observando con cautela el efecto de las “crowded trades” u “operaciones multitudinarias”, que es probable que de vez en cuando provoquen episodios de mayor volatilidad en los mercados.
Tim Stevenson es director de renta variable europea en Henderson Global Investors.