La mejora de los indicadores económicos en el comienzo del año, el compromiso del Banco Central Europeo de seguir aprobando medidas que sirvan de apoyo a la economía, la subida de las bolsas en el mes de mayo… ¿y ahora? Parece que el Brexit ha cambiado las reglas del juego para los mercados europeos. ¿Es motivo suficiente para dejarse llevar por el pesimismo y perder la confianza en los mercados europeos?
La victoria del Brexit ha provocado una reacción inmediata muy negativa en los mercados por lo inesperado del resultado. En parte, la decepción procedió de la importancia que se dio a las encuestas telefónicas y online sobre la votación, utilizándolas para calibrar las probabilidades de Brexit. Pasado este primer momento de confusión, las reacciones a partir de ahora dependerán más de qué camino siga el proceso para abandonar la UE: a medio plazo, la clave será cómo de amables u hostiles sean las negociaciones, mientras que en el largo plazo el factor crítico es si este acontecimiento servirá como toque de atención a los Estados miembros y los impulsará a buscar una mayor cohesión.
A pesar de este revés, que ha ensombrecido el optimismo después del buen comienzo de año que tuvo la economía del viejo continente, seguimos confiando en la renta variable de la zona euro. Las valoraciones son más atractivas en esta región que en Estados Unidos y el ciclo de ganancias de las compañías de la eurozona está menos maduro que al otro lado del Atlántico, donde los márgenes han alcanzado niveles máximos. En ausencia de condicionantes fiscales y monetarios visibles, seguimos prefiriendo las compañías que presentan un crecimiento estructural sobre aquellas que presentan un crecimiento cíclico. Así, valoramos las compañías capaces de mantener un crecimiento ‘auto-financiado’.
Además, el Banco Central Europeo seguirá sirviendo de apoyo a la economía. Tras la victoria del Brexit, el organismo monetario aseguró que está preparado para inyectar más liquidez si fuera necesario, para apuntalar la confianza de los inversores. De momento, el programa de flexibilización cuantitativa (QE) continuará hasta 2017. En contraste con la determinación de Mario Draghi, la Fed parece haber perdido el sentido de la orientación, manteniendo la incertidumbre en torno a las subidas de tipos de interés que pretende llevar a cabo este año. Durante el último año, la Reserva Federal que preside Janet Yellen se ha vuelto muy sensible a los cambios a corto plazo en los indicadores económicos.
Columna de Guy Lerminiaux, CIO Fundamental Equity y gestor del fondo Petercam Equities Euroland