La confianza en la zona euro está capeando bien, de momento, las incertidumbres políticas que generan el Brexit, la dificultad de gobernar España y el referéndum sobre la reforma constitucional italiana previsto para el 4 de diciembre. Tras haberse mantenido estable en torno a 53 desde comienzos de año, el índice PMI compuesto de la zona euro ha retrocedido de 52,9 a 52,6 en septiembre. Sin embargo, y al margen de la volatilidad mensual, su media para el conjunto del tercer trimestre está muy próxima a la del segundo trimestre, lo que permite augurar un crecimiento similar, del orden del 1,5% en ritmo anualizado.
Las estadísticas sobre la actividad han sido volátiles en los últimos meses aunque, en su conjunto, son positivas. De esta forma, en agosto, la producción industrial en la zona euro ha repuntado un 1,5%, marcando una mejoría en la mayoría de los países de la zona, tras registrar un descenso del 0,5% en julio. Las ventas minoristas se han estabilizado tras haber progresado un 0,3% el mes precedente, pero la tendencia se mantiene favorable, en un contexto en que la confianza de los consumidores continúa siendo muy elevada a la par que el mercado laboral se afianza.
La inflación total comienza a acelerarse: tocó su punto más bajo en el -0,2% anual en abril y se ha establecido en el +0,4% anual en septiembre, tras el +0,2% registrado en agosto. Por el contrario, la inflación subyacente apenas ha subido y se ha establecido en el +0,8% anual.
Al término de su reunión del 8 de septiembre de 2016, el Banco Central Europeo decidió apostar por el statu quo, al considerar que no procedía adoptar nuevas medidas pero sin descartar del todo la posibilidad de adoptar nuevas medidas de relajación. Mario Draghi ha afirmado que está previsto realizar las compras mensuales de 80.000 millones de euros hasta finales de marzo de 2017 o, incluso, más allá si fuera necesario. Ha anunciado además la puesta en marcha de una comisión de trabajo encargada de evaluar las opciones que permitan asegurar una aplicación fluida del programa de compras de activos, abriendo así la vía a una modificación de los parámetros de este programa.
En España, la constitución de un gobierno en minoría por parte del Partido Popular encabezado por Mariano Rajoy, ralentizará la puesta en marcha de nuevas medidas.
EE.UU.: hacia un alza de los tipos en diciembre
El crecimiento estadounidense ha decepcionado en el segundo trimestre: el PIB solo ha progresado un 1,4% en ritmo anualizado, tras un alza del 1,1% en el primer trimestre. El consumo de los hogares ha sido muy dinámico, pero la actividad se ha visto fuertemente penalizada por la disminución de inventarios y, en menor medida, por la bajada del gasto en bienes de inversión, dos factores que han lastrado la actividad a lo largo de los últimos trimestres.
Con todo, las estadísticas mensuales auguran un crecimiento más sostenido en el tercer trimestre. Cierto es que el consumo de los hogares está empezando a resentirse, pero la inversión no residencial se está recuperando a juzgar por el aumento de los pedidos de bienes de inversión en los dos últimos meses, en particular en los sectores petrolero y minero. Además, como el movimiento de reducción de inventarios ha sido particularmente violento en el segundo trimestre, su efecto debería lastrar menos el crecimiento durante el tercer trimestre.
El repunte de los índices ISM en el mes de septiembre ha sido muy tranquilizador, tras el deterioro brutal del mes de agosto que hacía temer un frenazo sobre la actividad. El índice ISM del sector manufacturero ha compensado parte de su caída, recuperando de 49,4 a 51,5, y el índice ISM no manufacturero ha aumentado de 51,4 a 57,1, alcanzando su nivel más alto desde octubre de 2015.
Las estadísticas del mercado laboral son contradictorias. La creación de empleo en el sector privado se mantiene bien, hasta 167.000 en septiembre, y el número de horas trabajadas ha repuntado. Por el contrario, la subida de la tasa de participación ha hecho que la tasa de desempleo aumente del 4,9% al 5,0%, al tiempo que la progresión mensual del salario horario ha sido más floja de lo esperado (+0,2%).
Tras su reunión del 20 y 21 de septiembre, la Reserva Federal optó por el statu quo, si bien ha dejado entrever con más fuerza una subida de tipos para este año, al tiempo que ha revisado de tres a dos las subidas para 2017. Las actas de la reunión revelan que parte de los siete miembros del FOMC que habían votado a favor del statu quo lo han hecho con poco convencimiento y consideran que sería conveniente acometer de forma más o menos rápida un alza de tipos.
De los tres miembros que votaron por una subida de tipos en septiembre, algunos han afirmado que una subida demasiado tardía de los tipos mermaría la credibilidad de la Reserva Federal. Los analistas del mercado consideran que una subida de los tipos por parte de la Reserva Federal en el mes de noviembre, a cinco días de las elecciones presidenciales, es poco probable, en torno a un 20%. Por el contrario, la probabilidad de un alza de tipos en diciembre está en torno al 66%.
Columna de Julien-Pierre Nouen, economista y estratega de Lazard Frères Gestion