Alentada por el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro, la volatilidad ha regresado a los mercados bursátiles mundiales justo en un momento en el que los inversores se enfrentan a nuevas preocupaciones. Por un lado, han de lidiar con las pesiones sobre una política monetaria estadounidense más estricta, con una guerra comercial en ciernes y también con una desaceleración del crecimiento económico en China.
En las últimas semanas los índices de volatilidad han aumentado y la renta variable lo ha acusado con caídas. Una reacción que se ha debido sobre todo a los descensos de las compañías de tecnología, entre las que se incluyen muchas de esas empresas que llevaron a los índices a nuevos máximos durante un mercado alcista que dura ya casi una década.
«El retroceso del mercado de valores no es tan sorprendente si se tiene en cuenta que los tipos están aumentando, el mercado laboral está ajustado y la Reserva Federal está eliminando algo de liquidez del sistema», apunta el economista de Capital Group Darrell Spence. “Las valoraciones de acciones también han crecido, y el mercado ha estado subestimando lo que la Reserva Federal dijo que iba a hacer en lo que se refiere al aumento de los tipos a corto plazo. Además, hay una disputa comercial con China que podría presionar más a la economía».
En este sentido, los inversores deberían esperar periodos de mayor volatilidad en el medio plazo, a medida que se van registrando eventos que potencialmente podrían mover el mercado: las elecciones de mitad de legislatura en Estados Unidos, un mayor ajuste monetario de la Reserva Federal, y la retirada de medidas de estímulo de la era de la crisis por parte del Banco Central Europeo. A continuación, explicamos cinco de ellos:
- Los tipos de interés están aumentando y la Reserva Federal está eliminando su política monetaria acomodaticia. Es posible que la renta variable necesite una corrección, pero parte de la respuesta a las caídas está en el mercado de bonos. El rápido aumento de los tipos en las últimas semanas fue el desencadenante principal. Al mercado no le ha sorprendido tanto la dirección de los tipos, sino el ritmo de reacción del mercado, ya que el rendimiento del bono estadounidense a 10 años alcanzó un máximo de siete años en 3,23% y el rendimiento del bono a 30 años se colocó en máximos de cuatro años, en 3,4%. Eso está provocando la volatilidad del mercado debido a una combinación de tipos en aumento y el fin de la flexibilización cuantitativa. El endurecimiento de la política monetaria continuará mientras el ritmo de la actividad económica siga siendo elevado y las expectativas de inflación aumenten. «A medida que la Fed pasa de la flexibilización cuantitativa a una política de ajuste, sus decisiones dependerán más de los datos», señala Mike Gitlin, jefe de renta fija de Capital Group. Nuestro equipo de renta fija espera otro aumento del precio del dinero en diciembre hasta 2.5%, así como dos o tres aumentos adicionales en 2019.
- El retroceso en la tecnología no debería ser una sorpresa. El peso de la tecnología se ha elevado hasta acumular un 26% del índice S&P 500 y si se añaden Netflix y Amazon, su peso estaría cercano al 30%. Estas compañías han tenido un gran efecto en los mercados, en ambas direcciones. El trading automático probablemente ha contribuido a movimientos más agudos en los mercados, generando una mayor volatilidad. Por otro lado, también es necesario tener en cuenta que el sector se ha disparado más de un 600% desde la última fase de mercado bajista. Además, las acciones de las tecnológicas normalmente se negocian con una primaen el mercado, debido a su potencial de crecimiento desmedido. Teniendo esto en cuenta, acciones como Facebook, Microsoft o Alphabet tienen ratios de precio-ganancias de alrededor de 20 veces según las ganancias estimadas por los datos de FactSet. Siendo esto así, incluso acciones con valoraciones muy altas como Amazon, parecen tener un valor mucho más razonable si se utiliza una métrica basada en los ingresos. En este sentido, en una relación precio/ventas, Amazon tiene la proporción más baja de todas las acciones de las FAANG (Facebook, Apple, Amazon, Netflix y Alphabet de Google), y que va más en línea con el mercado en general.
- Podríamos estar viendo algunas consecuencias tempranas de las escaramuzas comerciales. La temporada de resultados trimestrales ya ha evidenciado algunas decepciones para los mercados, aunque todavía no hay datos demasiado severos. Por citar un ejemplo, dos compañías industriales como PPG Industries y Fastenal, han hecho referencia a la desaceleración de la demanda en China. Si nos fijamos en la empresa francesa de artículos de lujo LVMH, la tendencia no cambia demasiado, ya que señalan que han notado más controles fronterizos, así como un consumidor chino más débil.
- Las comparaciones de ganancias serán más difíciles. De acuerdo con el economista Jared Franz, la rebaja fiscal en Estados Unidos provocó un crecimiento en el de las ganancias por extraordinarios que se irá desvaneciendo en 2019 a medida que este estímulo desaparezca. En este sentido, Franz señala que “según algunas estimaciones, los recortes de impuestos han aumentado el crecimiento de las ganancias por acción hasta en un 50% en 2018″, cuya consecuencia más directa es que “las ganancias podrían desacelerarse en 2019, y el mercado está comenzando a descontarlo”. Por otro lado, “la apreciación del dólar también ha sorprendido a muchos” señala Franz, y eso “puede ser otro obstáculo potencial para el próximo año, ya que las compañías S&P 500 obtienen una parte significativa de sus ventas de los mercados extranjeros».
- El crecimiento se está desacelerando más de lo esperado en China y Europa. La economía de China creció en el segundo trimestre al 6,7%, el ritmo más lento desde 2016, lo que llevó a nuevas medidas de estímulo de las autoridades chinas. Por su parte, la tasa de crecimiento económico de Europa se ha desacelerado por tercer trimestre consecutivo. A pesar de un ciclo económico tardío, persisten algunos factores positivos. China está inyectando nuevos estímulos monetarios en la economía a través de una flexibilización de las condiciones crediticias. En los últimos años, EE. UU. ha vivido un aumento constante de los márgenes de beneficios, unos tipos de interés relativamente bajos que conducen a un bajo coste del endeudamiento, una inflación muda en los salarios o materias primas y una reducción de los impuestos sobre la renta. Estos factores han creado un viento de cola positivo que disminuirá hacia 2019, pero es poco probable que se revierta. Sin embargo, sí apunta a expectativas de retorno más modestas. Todo indica que este entorno será propicio para la renta variable, pero habrá que acostumbrarse a un incremento de la volatilidad y preparar las carteras para ello.
Tribuna de Richard Carlyle, director de inversiones de renta variable de Capital Group.