Tras el susto experimentado el pasado mes de febrero parece que poco a poco la calma ha vuelto a los mercados. En este sentido no podemos olvidar que los mercados estaban muy complacientes a principios de año. Centrándonos en el caso estadounidense, la inflación se situaba en torno a un 2%, cerca al objetivo de la Fed.
Al mismo tiempo, el déficit ha crecido significativamente por encima de las expectativas previas tanto por el recorte fiscal como por el acuerdo presupuestario y todo apunta a que alcanzará al billón de dólares el año que viene. Y todo ello, por supuesto, sin olvidar la sombra de la guerra comercial con China. Es cierto que el mercado considera que habrá una solución negociada en unos seis meses.
Sin embargo, con la administración Trump hablando de más aranceles sobre bienes chinos, el riesgo de que no haya un acuerdo ha aumentado y China no va a negociar bajo esta presión. Ambos países todavía están muy lejos con respecto a lo que quiere Estados Unidos y a lo que China está dispuesta a negociar. Los aranceles son solo un aspecto, pero hay otros cuya resolución es más complicada.
Además, China no se va a acomodar fácilmente a lo que busca EE.UU.: protección del sector IT o la apertura de sectores para que las compañías estadounidenses operen mediante joint ventures. Es más, incluso aunque se llegue a un acuerdo, será necesario tiempo hasta que las consecuencias se materialicen, lo que significa que tendremos que seguir conviviendo con la incertidumbre.
Previsiones de crecimiento
En este contexto, y sin pensar en absoluto que estamos ante señales de recesión, sí que consideramos que se trata de un factor que podría descarrilar la trayectoria del crecimiento que hemos visto en los otros años. Otro riesgo potencial podría venir de la mano del impacto del aumento del déficit, así como del incremento gradual de la inflación en EE.UU. y de los rendimientos de los bonos.
A ello se añade la desaceleración de la economía china, que está reduciendo el crecimiento del crédito y forzando a los bancos a sacar parte de sus productos de gestión de patrimonios fuera de sus balances. Dicho esto, y como comentaba antes, nuestras previsiones de crecimiento siguen siendo positivas, aunque consideramos que se reducirá la el ritmo del crecimiento.
¿Dónde pueden encontrar oportunidades los inversores en este entorno? Sobre la base de una inversión global y siempre con una filosofía de selección activa de cada uno de los títulos, en nuestra cartera lo que intentamos hacer es comprar compañías de calidad, que registran un crecimiento sostenible y que coticen a precios razonables.
Una gran parte de nuestra exposición está formada por entidades de consumo básico, en donde encontramos empresas con un crecimiento muy resistente, capacidad de fijación de precios y márgenes al alza. Asimismo, estas compañías suelen comportarse bien incluso en entornos económicos complicados. Nos ofrecen protección del capital frente a las caídas, al mismo tiempo que conseguimos crecimiento secular con nombres de consumo discrecional, lo que nos permite participar de las subidas cuando el mercado se fortalece.
Ramiz Chelat es portfolio manager de Vontobel AM