Los inversores están teniendo cada vez más en cuenta factores ESG como parte de su proceso de análisis para identificar los riesgos materiales y las oportunidades de crecimiento. La crisis del COVID-19 es la prueba de fuego definitiva para las empresas cuya gestión ha integrado estos factores extrafinancieros.
Cualquier organización que adopte un enfoque holístico para la creación de valor es más flexible y más apta para amortiguar los shocks de mercado a corto plazo. Por lo tanto, cualquier cisne negro puede ser afrontado mucho mejor si se anticipa y se adopta una posición flexible. En este sentido, las empresas que integran factores ESG son más ágiles a la hora de hacer cambios.
Durante la reciente corrección del mercado, las empresas con fuertes criterios ESG superaron a sus comparables, tanto en los mercados bajistas como en los alcistas. Hay que admitir que el horizonte temporal es corto, y deberíamos estar cansados de las generalizaciones. Sin embargo, al final del año, será interesante reflexionar sobre el rendimiento generado en 2020.
Cabe imaginar que factores principalmente técnicos, como los sesgos sectoriales, han influido en los notables resultados obtenidos desde principios de año. Sin embargo, incluso cuando se neutralizan los sesgos sectoriales, las empresas de ESG de alta calidad superan a la mayoría de los sectores. A nivel regional, el margen de rendimiento superior obtenido por las empresas ESG es más pronunciado fuera de Europa, especialmente en Estados Unidos, donde la inclusión de factores extrafinancieros es más reciente y, por lo tanto, menos generalizada. Las diferencias en las regulaciones sociales y ambientales entre Europa y Estados Unidos también pueden dar lugar a diferencias más notables entre las empresas con estándares ESG superiores a la media.
Durante los mercados bajistas, en nuestra opinión, fue sobre todo la fuerza de los factores sociales y de gobernanza lo que condujo a esta relativa solidez: la fuerte gestión del capital humano permitió una protección eficaz de los empleados y un proceso de reorganización y, en consecuencia, redujo al mínimo las disrupciones. Los inversores consideraron que estas empresas podrían reanudar la actividad más rápidamente que sus competidoras. Al mismo tiempo, una sólida gobernanza condujo a una comunicación transparente con los inversores y a la asunción de responsabilidades frente a sus accionistas. Los inversores se tranquilizaron y obtuvieron mayor visibilidad.
Muchos observadores se sorprendieron cuando las empresas ESG con altas calificaciones superaron a otras no ESG dentro de los mismos sectores durante los mercados alcistas, especialmente teniendo en cuenta que las acciones cíclicas lo hicieron mejor que las defensivas.
En el punto más bajo del mercado, se abrió una ventana de oportunidad para las acciones ESG y los inversores aprovecharon la caída de los precios para redirigir los flujos hacia inversiones ESG, lo que explica en parte la fuerza del rebote posterior. Podría ser utópico creer que el mundo después de esta crisis será radicalmente más verde que el anterior. Sin embargo, es plausible si una proporción significativa de los estímulos gubernamentales se dirige hacia la infraestructura sostenible y la movilidad eléctrica. La crisis climática no ha quedado en suspenso por la actual pandemia. Por el contrario, ahora se considera una amenaza aún mayor para la humanidad.
Profundizando en los detalles
Creemos que el rendimiento superior de las acciones ESG puede estar relacionado con factores fundamentales. En nuestra opinión, no sólo la falta de visibilidad fue lo que hizo que los inversores huyeran hacia activos seguros ESG de alta calidad para refugiarse y capear la tormenta. Además, creemos que las empresas ESG ofrecen mejores oportunidades de inversión durante los mercados bajistas y alcistas.
Con respecto a la relación de la empresa con sus proveedores, clientes y accionistas, parece que las empresas con alta puntuación ESG, que cumplen con altos requisitos de transparencia, se comunican mejor y con mayor frecuencia. Por ejemplo, la compañía Microsoft comenzó a finales de enero a comunicar las posibles repercusiones financieras de la pandemia y, desde entonces, ha mantenido su comunicación actualizada. Este alto grado de transparencia no sólo es tranquilizador en cuanto a la capacidad de la directiva de seguir de cerca la evolución y de gestionar el proceso, sino que también permite que el consenso ajuste sus previsiones y logre una valoración más precisa. Da a los inversores la impresión de que hay «alguien a los mandos».
Otro ejemplo de buena gestión que ha causado cierta controversia en la sociedad es la empresa de ropa deportiva adidas. Esta compañía aceptó el apoyo financiero del Gobierno alemán para poder seguir pagando a sus acreedores, como los talleres de fabricación, que a su vez podrían ofrecer mejores soluciones a sus empleados, que a menudo operan en países con menor cobertura de seguridad social. La ayuda del Gobierno también permite a adidas seguir pagando el alquiler de sus tiendas a pesar del cierre de las mismas en todo el mundo. Al mantenerse unida y ser solidaria, adidas contribuye a garantizar que sus proveedores sean operativos una vez que la economía se reactive.
Capital humano
El capital humano también ha jugado un papel importante durante la crisis actual. La seguridad del personal ha sido un factor que ha preocupado a todos. La monitorización de la implementación de las medidas de protección de los trabajadores ha sido esencial en las últimas semanas. No es de extrañar que las empresas con mayor calificación en cuanto a protección del capital humano hayan resistido mejor la tormenta: el despliegue de medidas de distanciamiento social y de higiene para las plantillas permite un reinicio de la actividad más rápido. Por ejemplo, el fabricante de automóviles PSA pudo reactivar la producción a mediados de abril después de reorganizar las líneas de producción y proporcionar equipos de seguridad a los trabajadores.
Las medidas proactivas para proteger a las plantillas estimulan la moral de los trabajadores y los motivan. Este puede ser un factor clave para el éxito de cualquier compañía. Las empresas con una huella de carbono menor en comparación con su sector también han mostrado un rendimiento superior, ya que la emergencia climática sigue estando omnipresente. El siguiente gráfico excluye el sector de la generación de energía fósil, que ha estado sometido a una enorme presión debido a la fuerte caída de los precios del petróleo. Si se incluye, la discrepancia entre los emisores con bajos niveles de carbono y la tendencia mayoritaria sería aún mayor.
Huella de carbono baja
Creemos que hay dos explicaciones fundamentales para un mejor rendimiento de las empresas con una huella de carbono baja. En primer lugar, para lograr reducir su huella de carbono, una empresa debe reestructurarse en profundidad. Literalmente, todos los procesos internos y externos deben ser remodelados y digitalizados, dejando a la empresa con líneas de mando más cortas y, por tanto, más flexibilidad. Por lo general, una empresa de bajas emisiones de carbono es simplemente más moderna y puede afrontar mejor una tormenta. Para las empresas que están preparadas para luchar contra el desafío a largo plazo de la emergencia climática, la actual pandemia puede considerarse como un ensayo del desastre final.
En segundo lugar, muchos inversores esperan que «el mundo después del COVID-19» sea más verde, con fondos de estímulo que impulsen programas de infraestructura que potencialmente crearían un gran número de puestos de trabajo. Dado que el distanciamiento social podría seguir siendo la norma en un futuro más próximo, el aumento de los incentivos para la movilidad eléctrica individual en todas sus formas podría favorecer el mantenimiento de los empleos y la lucha contra el cambio climático.
La aplicación temprana de medidas ESG parece haber dado lugar a una ventaja competitiva que era evidente, a juzgar por el rendimiento superior de las empresas con un alto perfil ESG en los últimos meses. Sin embargo, esta tendencia sólo puede confirmarse si se analiza durante un período de tiempo más largo. En general, la implementación temprana de criterios ESG permitió que las empresas fueran más ágiles y capaces de hacer frente de manera más eficiente a cualquier tipo de incertidumbre, como la actual pandemia.
Retrospectivamente, podemos concluir que el aumento de ESG está dando paso a una clara ventaja en el actual entorno cambiante. Las declaraciones de los políticos apuntando a que, en la actual fase de inicio lento de la larga recuperación, los aspectos de sostenibilidad deben tenerse en cuenta al conceder ayudas y aplicar los programas de estímulo económico, actúan ahora como un refuerzo y pueden aumentar aún más la diferencia de rendimiento entre las acciones ESG y las empresas «convencionales».
Tribuna de Nina Lagron, responsable de renta variable de gran capitalización de La Française AM
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