Los riesgos están aumentando por la reacción de los mercados a la incertidumbre geopolítica y a la normalización de los tipos de interés y de la volatilidad. Pese a mantener una opinión optimista con respecto de la renta variable y la economía en general, no hemos descontado los riesgos potenciales, entre los que podemos citar la posibilidad de que los aranceles impuestos por Estados Unidos pudieran convertirse en una guerra comercial a gran escala, con el consiguiente aumento de la inflación y el frenazo correspondiente del crecimiento económico.
En vista de ello, es importante que los inversores sean conscientes de su exposición al riesgo. Una estrategia multiactivo, como la que defendemos en la gestión del fondo Janus Henderson Balanced, puede servir para reducir el riesgo a la vez que se consigue exposición a las dinámicas del mercado a largo plazo.
El fondo combina distintos activos, con títulos tanto de renta fija como de renta variable, y emplea una asignación dinámica para potenciar la rentabilidad, aparte de contar con la flexibilidad necesaria para asumir una posición más defensiva cuando se prevea una mayor volatilidad del mercado.
Diferenciación de otros fondos
Esta asignación dinámica de sus activos distingue a nuestro fondo de gran parte de la competencia. Realizamos una supervisión y ajuste activos de la cantidad invertida en cada clase de activos, llevamos a cabo un análisis intensivo de los fundamentales para identificar las mejores ideas, y finalmente ajustamos nuestra ponderación para establecer la que, a nuestro juicio, es la combinación óptima de valores y bonos para el entorno de inversión prevalente en cada momento.
Aunque intentamos que el porcentaje de renta variable esté entre el 50% y el 65%, dejando el resto para los títulos de renta fija, tenemos la flexibilidad necesaria para alejarnos de estos parámetros, dentro de los límites definidos por el folleto del fondo, en función de las condiciones del mercado. Por su parte, algunos fondos de la competencia suelen emplear un porcentaje estático entre renta fija y variable, que suele ser de 60:40, y no lo ajustan en función del mercado.
Además, hay otro aspecto que diferencia nuestra estrategia, y no es otro que la estrecha relación existente entre sus equipos de renta fija y de renta variable. Mientras que en muchos fondos equilibrados estos equipos operan de forma independiente, nuestra colaboración es muy estrecha e investigamos juntos los distintos indicadores de rendimiento, lo que nos permite obtener unas ideas de inversión más completas.
Por ejemplo, en 2007, con el mercado de renta variable bastante fuerte, nuestro análisis de la cartera de renta fija identificó ciertas señales de advertencia relacionadas con el empeoramiento del mercado de la vivienda. Pese a que el fondo sufrió pérdidas a lo largo de 2008, logramos realizar movimientos en la cartera para reducir nuestra exposición a la renta variable unos nueve meses antes de que se produjera el colapso del mercado.
Los factores citados, por los que podemos combinar las perspectivas relativas a las rentas fija y variable con la flexibilidad necesaria para ajustar las ponderaciones de la cartera, nos permiten centrarnos en la rentabilidad a largo plazo en diversas condiciones del mercado y con una volatilidad que es normalmente menor, según la métrica de la desviación estándar.
Consideramos que esta estrategia pudiera ser una herramienta muy útil para los inversores durante períodos de mayor incertidumbre.
Marc Pinto, gestor de cartera del Janus Henderson Balanced Fund.