Es época de revisión anual para Moody’s y es probable que pronto tenga que pronunciarse respecto a México y Pemex. Los últimos 3 años ha habido pronunciamientos respecto a la calificación crediticia del país a mediados de abril, y en 2018 se cambió la perspectiva de negativa a neutral. Actualmente, la calificación de México se encuentra en A3 (A- en escala homologada) con perspectiva estable y la de Pemex en Baa3 (BBB- en escala homologada) con perspectiva estable.
Desde que Moody’s empezó a calificar a México en 1990, ha puesto 2 perspectivas negativas, 3 perspectivas positivas, y en ninguna ocasión le ha bajado la calificación. Curiosamente, cada perspectiva positiva viene acompañada de un aumento de calificación pocos meses después. Por otro lado, ambas perspectivas negativas no han tenido impacto en la calificación crediticia del país (Gráfica 1).
Sin embargo, Moody’s ha estado en desacuerdo con las otras 2 calificadoras importantes respecto al nivel de riesgo crediticio que tiene México desde febrero 2014, cuando le subió la calificación global a A3 (A- en escala homologada) (Gráfica 2):
¿Qué podemos esperar de un posible anuncio de Moody ́s las siguientes semanas?
En su reporte de cambio de perspectiva de abril de 2018, Moody’s citaba 3 factores importantes para el cambio a perspectiva estable:
- Los riesgos de la renegociación del TLCAN han disminuido.
- Las reformas estructurales del 2013 han aumentado la resiliencia de la economía.
- Una baja probabilidad de que la siguiente administración debilite las tendencias económicas y fiscales.
¿Qué ha pasado con estos tres factores los últimos 12 meses?
- Si bien las renegociaciones del TLCAN terminaron bien, el riesgo de no-aprobación aún es relativamente alto. Los Demócratas en EE.UU. no están 100% convencidos del tratado, y están pidiendo que México cumpla con lo que prometió respecto a la Reforma Laboral. Asimismo, Trump ha dicho que, de no aprobarse el nuevo tratado, se retiraría del tratado anterior. Por su parte, AMLO ha dicho que él ya no renegociará una sola palabra del nuevo tratado. Lo anterior nos puede llevar a lapsos importantes de incertidumbre y volatilidad, sobre todo en lo que a inversión se refiere.
- AMLO se ha pronunciado constantemente en contra de la reforma energética. Ha detenido todas las nuevas rondas de licitación, y está en espera de resultados que lo satisfagan para reactivar dichas rondas.
- Si bien el presupuesto 2019 y los pre-criterios para el presupuesto 2020 fueron conservadores en sus hipótesis, preocupa que la SHCP pronostique crecimiento a la baja. Asimismo, la falta de certidumbre para inversionistas privados derivada de malas decisiones de inversión por parte del gobierno podría ralentizar aún más el despliegue de recursos en proyectos productivos de largo plazo.
Asimismo, Moody ́s mencionó varios factores que podrían detonar una baja en la calificación del país (Gráfica 3).
Todo parece indicar que lo que Moody’s veía como positivo hace 1 año, actualmente se revirtió o se encuentra en proceso de ser revertido. En este sentido, se pueden vislumbrar algunos escenarios:
- Escenario 1 (probabilidad 60%): Moody ́s vuelve a poner en perspectiva negativa a México, pero mantiene la perspectiva estable de Pemex. La perspectiva de Pemex se mantendría por los esfuerzos que se han visto por parte del gobierno para “salvar” a Pemex. Si bien creo que no son suficientes, es un primer paso para reconciliar la calificación del país con la calificación de la petrolera.
- Escenario 2 (probabilidad 25%): Moody’s toma como pretexto todos los cambios que han habido, y no le da al nuevo gobierno la posibilidad de probar que la nueva estrategia funciona. Le baja la calificación un nivel a Baa1 (BBB+ en escala homologada), pero mantiene la calificación de Pemex en su nivel actual Baa3 (BBB- en escala homologada) aunque con perspectiva negativa.
- Escenario 3 (probabilidad 15%): Moody’s baja la calificación del país y de Pemex un nivel (Baa1 y Ba1 respectivamente), empujando a Pemex fuera del universo de bonos con grado de inversión.
Se puede apreciar que en los 3 escenarios que se plantean, Moody’s reaccionará con un cambio en su postura crediticia hacia México, siendo el escenario 1 el más benigno.
En términos de reacción del mercado, creo que el escenario 1 está descontado por el mercado, aunque no estaría exento de crear volatilidad de corto plazo. Por otro lado, los escenarios 2 y 3 imprimirían mucho mayor volatilidad, sobre todo para Pemex, el cual apenas empieza a recuperarse de la baja de calificación por parte de Fitch sufrida a inicios de año.
Lo indudable es que, si los números macroeconómicos del país empiezan a deteriorarse de manera sostenida, como por ejemplo un crecimiento económico constantemente a la baja, el anunció de Fitch a inicios de año, y el anuncio de Moody’s (en algún punto de abril) serán los primeros de muchos por venir, con un mal presagio para la calificación crediticia del país.
Columna de Franklin Templeton escrita por Luis Gonzalí, CFA