¿Puede llegar a ser el sector de las energías renovables más prometedor en bolsa que el de las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple)? La evolución tecnológica de los últimos años ha hecho que la energía renovable sea claramente competitiva en comparación con otras fuentes tradicionales, basadas en recursos finitos. Al mismo tiempo, la crisis del coronavirus ha supuesto el despertar definitivo de la concienciación medioambiental, no solo a escala social o gubernamental, sino también de las empresas, que hacen constantes compromisos públicos de reducir su huella de carbono, lo que refuerza las perspectivas del sector.
Esta tendencia global también tiene su reflejo en España. No en vano, el plan de recuperación del Gobierno hace explícito el apoyo al sector de renovables. Audax, Acciona o Repsol son algunas de las empresas que anunciado el desarrollo de sus filiales de renovables o incluso las han sacado ya a bolsa, pero es algo que se extiende a otros sectores. Así, hasta el gigante del retail textil Inditex ha creado su propia unidad de renovables para impulsar el autoconsumo y reducir su dependencia de terceras empresas.
¿Qué hay realmente detrás del auge de los valores de las energías renovables? ¿Estamos asistiendo a un cambio en el orden establecido o es simplemente una tendencia del mercado?
Una demanda vertiginosa
Las fuentes de energía renovables representan actualmente alrededor del 25% de la electricidad mundial. No obstante, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que la capacidad de las energías renovables aumente hasta cerca del 30% en 2024 en su escenario de referencia, gracias a la reducción de costes y a los avances en las tecnologías digitales. El crecimiento podría ser aún más rápido si los gobiernos pusieran en marcha las políticas e incentivos financieros adecuados.
Además, el interés por la inversión sostenible está creciendo exponencialmente. Según la última edición del informe Global Sustainable Fund Flows, elaborado por Morningstar, el universo sostenible global atrajo 185.300 millones de dólares en entradas netas en el primer trimestre de 2021, un 17% más que los 158.300 millones de dólares del trimestre anterior. El estudio de Morningstar muestra que los fondos sostenibles europeos registraron entradas récord en el primer trimestre de 120.000 millones de euros, lo que supone el 51% de los flujos totales de fondos durante el trimestre.
El plan de energía verde de Biden
La nueva Administración de EE. UU. bajo la presidencia de Joe Biden debería impulsar al sector a seguir superando los resultados en 2021. El «Plan de la Revolución de la Energía Limpia» pide que se movilicen 2 billones de dólares en los próximos 10 años para las energías renovables, además de los compromisos de los Estados locales y el sector privado. El objetivo es que EE. UU. se convierta en una economía con un 100% de energía limpia y cero emisiones netas en 2050, la llamada «neutralidad del carbono».
Y eso no es todo: la parte «verde» del plan de infraestructuras y empleo presentado el pasado mes de marzo prevé más de 174.000 millones para desarrollar el mercado del vehículo eléctrico, que también está en auge. El presidente Biden también ha prometido utilizar energías renovables para producir hidrógeno verde que cueste menos que el gas natural.
Por otro lado, más de 100 ciudades de todo el mundo se han comprometido a ser neutras en carbono para 2050. Cada ciudad aborda el objetivo de forma diferente. Por ejemplo, Madrid contempla reducir en 10 años un 65% la emisión de gases de efecto invernadero, haciendo hincapié en los sectores residencial, servicios y transporte. París se ha fijado objetivos intermedios para 2030: convertirse en un territorio con cero combustibles fósiles y gasóleo de calefacción, reducir en un 50% las emisiones de gases de efecto invernadero intramuros y su huella de carbono, en un 40%. Londres pretende bajar el número de desplazamientos diarios en coche. Los vehículos autónomos y los sistemas de propiedad compartida podrían desempeñar un papel fundamental en este sentido.
En 2050, se espera que tres cuartas partes de la población mundial vivirán en ciudades, lo que supondrá alrededor del 80% de la demanda total de energía y el 70% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Abandonar los combustibles fósiles ha dejado de ser una necesidad para convertirse en una emergencia absoluta.
Hidrógeno «verde»
En relación con esta emergencia, destaca el papel del hidrógeno. Se trata del elemento más abundante del universo, pero aquí en la Tierra no aparece puro en la naturaleza y requiere energía para separarlo. Según la fuente de donde provenga la energía, el hidrógeno puede clasificarse en marrón, gris, azul o verde. El hidrógeno verde se produce a partir de la electrólisis alimentada por electricidad renovable. La Unión Europea invertirá 430.000 millones de dólares en hidrógeno verde de aquí a 2030 para ayudar a alcanzar los objetivos del Pacto Verde. Los mayores promotores y socios de proyectos de hidrógeno verde del mundo se han unido para lanzar la iniciativa Green Hydrogen Catapult. Esta iniciativa pretende reducir los costes para transformar la energía en las industrias más intensivas en carbono, acelerando la carrera hacia las emisiones cero. Los socios fundadores son ACWA Power, CWP Renewables, Envision, Iberdrola, Orsted, Snam y Yara.
En definitiva, el horizonte es, pues, azul para el sector de la energía verde. La transición a las energías renovables será probablemente una prioridad para los gobiernos durante las próximas décadas y, por tanto, una gran oportunidad para los inversores. Pero tengamos cuidado. Hay que tener en cuenta que, como ocurre con cualquier industria emergente, no todas las empresas pueden aprovechar plenamente la oportunidad. Algunos ganarán y otros se quedarán atrás. Algunas tecnologías simplemente no resultarán viables desde el punto de vista comercial. Las pequeñas empresas de nicho pueden estar sujetas a multitud de peligros, sobre todo si dependen de terceros para financiarse o si se aplican repentinamente normativas locales e internacionales desfavorables. También hay que vigilar la volatilidad del mercado y las grandes fluctuaciones de los precios. En suma, para obtener una exposición sin riesgos, los inversores deberían optar por una cartera diversificada y enfocarse en una estrategia de inversión responsable a largo plazo.