Para cambiar de Afore, con miras al futuro, los trabajadores parten de una premisa simple: “Me paso a la que da más”. Su base es el Indicador de Rendimiento Neto (IRN), que obtiene la Consar. Toman lo sustancial, “dar más”, como algo que sigue y seguirá ocurriendo, no como lo que en realidad es: lo que dieron. Tiempo pasado.
¿Qué nos explica la evolución del desempeño anual?
En diez años, la trayectoria de la rentabilidad anual de la mayoría las Siefores Básicas (SB) 90-94, al cierre de cada junio, ha sido extrema. La gráfica es ilustrativa:
- Sura se distingue en el amontonamiento de líneas por haber llegado al punto máximo, arriba de 16%, en junio de 2014, y por haber caído al mínimo, -0,44%, dos años después
- Invercap también fue del liderazgo al fondo. Sus declives fueron gradualmente más severos, hasta caer a -0,33%
- Inbursa se nota con facilidad porque, como sabemos, suele estar separada del grupo: transita en la parte inferior cuando las demás están arriba, y en la zona media cuando las otras caen.
- Se percibe que las líneas de Coppel, Azteca y Principal tuvieron menos saltos y hundimientos. Es decir, su desempeño fue menos inconsistente. No por eso mejor.
Tomemos las cinco SB de mayor IRN a junio de 2020. La gráfica de la evolución de su desempeño anual, en diez años, proyecta sin confusiones las fluctuaciones bruscas de Sura, así como las de PensionISSSTE, y las trayectorias con menos bandazos de Coppel y Azteca. Cierto: Profuturo fue la de mayor variación absoluta acumulada en ese lapso y la puntera en rendimiento neto (el indicador de Consar); la cuestión es que su desempeño fue accidentado, en proporciones similares al de PensionISSSTE (pero contrario al de ésta en 2017); es decir, sus afiliados recibieron sustos aunque no al grado de los de Sura.
Rendimiento acumulado por bloques: 10, 5 y 3 años
En efecto: al cabo de 10 años, de junio de 2010 a junio de 2020, el precio de la SB 90-94 de Profuturo fue el de mayor alza (tabla de la derecha). Superó por casi 19% a Sura, la segunda, y por 53% a Invercap, la última. Nótese en cuarto lugar a Citibanamex, que ya no figura entre las cinco primeras de IRN, y que Azteca, octava en acumulación directa, se muestra cuarta en IRN.
Eso significa que en los cinco años recientes Citibanamex perdió aire (se aprecia el desplome de su línea roja en la primera gráfica) y Azteca ganó terreno. La pérdida de fuelle y posiciones de Sura, que cayó hasta el antepenúltimo sitio (tabla que sigue, a la izquierda), no lo refleja el IRN, en el que sigue como tercera. Profuturo, que se mantuvo primera en acumulación, también aflojó el paso y redujo su ventaja (absoluta y en proporción al tiempo) sobre la segunda, Coppel, a 5,55%, y sobre la última (Invercap) a 18,79%. Así, es llamativo que Sura y Citibanamex se ubiquen en la parte baja, a 15,71% y 18,79% del primero. Es la historia: las líderes tarde o temprano fueron rebasadas o relegadas a los sitios bajos. Cuando el IRN refleja eso, los trabajadores ya han sufrido las minusvalías.
Una mirada al porcentaje acumulado (de punta a punta) por la subida del precio en los tres años recientes revela reubicaciones interesantes (tabla previa, a la derecha):
- Profuturo seguía líder aunque a menos distancia de sus perseguidores. Ya parecía alcanzable
- XXI Banorte era tercera
- Coppel y Azteca perdieron algo de ritmo
- La reacción de PensionISSSTE no alcanzaba para escalar a las primeras cinco
- Se ratificaron las caídas de Sura y Citibanamex
- Cierto: entre la segunda, Inbursa, y la antepenúltima, Sura, la brecha era de 2,66%; poco, para un período de tres años y superable en un entorno como el actual
- Se confirmaron consistencias a diez, cinco y tres años: la de Principal, que osciló a media tabla casi con la misma distancia proporcional respecto del primero y el colero. La de Invercap, como último lugar (aun con su rebote en los 12 meses recientes).
Desde luego, hay que considerar dos aspectos: 1) dos de estos tres años fueron malos para el SAR –y que de enero a junio de 2020 las cosas fueron a peor–. Más malos para las carteras que suelen tomar riesgos por pretender retornos mayores. Menos desfavorables para las que como Inbursa, suelen asumir riesgos bajos, por eso su segundo lugar. 2) El peso de la acumulación trianual, para todas las SB, se recarga en el último año.
Las limitaciones del IRN
Nada es permanente. El IRN resume lo que hicieron las gestoras, no lo que lograrán. La revisión del desempeño de largo plazo, con un solo indicador, tiene sus limitaciones, deficiencias y carencias. Más cuando el parámetro con que se mide no es el que la teoría de evaluación de la gestión de portafolios recomienda.
A eso se agrega que los mercados no se comportan igual año tras año: una Afore que aplicó estrategias exitosas en ciertas condiciones puede que no consiga el mismo grado de efectividad o que falle ante otras condiciones. Ni eso ni los bandazos, ni las tendencias de variación de desempeño lo refleja el IRN. Además, decidir con base en esta única medida (ya sabemos que el porcentaje de comisiones no es factor) choca con un principio básico de la inversión: comprar lo de precio caro no necesariamente reditúa. A veces, en vez de salirse de una administradora, si se atendiera la tendencia de su desempeño, el historial gráfico a varios plazos, sus grados de riesgo, y factores cualitativos como la renovación de equipos, recursos, cuadros directivos, etc., habría de considerarse afiliarse a ella; o mantenerse en alguna a pesar de que otras suban en la tabla de IRN. Por eso, quienes se pasaron a Citibanamex o Sura, entre 2014 y 2017, con base en el indicador, pudieran haber degustado malos tragos. Ya le pasó hace años a los que se traspasaron a las Afores que entonces eran las líderes.
Columna de Arturo Rueda