En el actual entorno de bajos tipos de interés y bajo crecimiento, los inversores buscan cada vez más acciones que les ofrezcan un atractivo nivel de rendimientos. Aunque sigue habiendo muchas oportunidades de inversión interesantes en todo el mundo, creo que los inversores deberían actuar con cautela y no buscar simplemente las rentabilidades más altas disponibles.
Diversificación
La historia demuestra que los dividendos derivados de las acciones más rentables a menudo son insostenibles (como se ilustra en el gráfico adjunto). Por ésta y otras razones creemos que lo mejor es invertir en una lista diversificada de empresas con remuneración moderada que tengan el potencial de ofrecer tanto dividendos como crecimiento del capital en un horizonte a medio-largo plazo.
Sostenibilidad
El gráfico adjunto analiza la sostenibilidad de las rentabilidades por dividendo en distintos mercados desarrollados entre 1995 y agosto de 2015, y evidencia el riesgo que entraña perseguir altas rentabilidades sin tener en cuenta la solidez subyacente de la empresa que las ofrece. De esto se desprende, en general, que alcanzar una rentabilidad estimada superior al 6% es menos probable que materializar una rentabilidad prevista igual o inferior al 6%, como puede verse por la diferencia entre las barras rojas y grises.
Fuente: Société Générale Cross Asset Research, dividendos de mercados desarrollados globales, a 31 de agosto de 2015
Evite las trampas del valor
Estamos convencidos de que debemos evitar las trampas del valor. Esto se debe a que las acciones de alta rentabilidad pueden entrañar un mayor riesgo que sus homólogas menos rentables, especialmente tras un periodo de buen comportamiento del mercado (las revalorizaciones de las acciones presionan a la baja las rentabilidades). Las empresas de alta rentabilidad que quedan en el mercado suelen ser negocios o entidades con problemas de carácter estructural y elevados ratios de pay-out (al repartir un alto porcentaje de sus beneficios en forma de dividendos), lo cual puede que no sea sostenible.
Un/a inversor/a que sólo piense en ganar rentabilidad, o que participe en esta área del mercado a través de un producto pasivo como, por ejemplo, un fondo que replique un índice de alta rentabilidad, puede terminar poseyendo un porcentaje desproporcionado de títulos de estas empresas, cayendo así en lo que se conoce como «trampa del valor».
Creemos que adoptar un enfoque activo de selección de valores es esencial para invertir en rentas periódicas porque permite a los gestores de fondos analizar e identificar qué empresas de mayor rentabilidad pueden haberse visto infravaloradas por el mercado. Para determinar si existe una auténtica oportunidad de valor analizamos los beneficios de la empresa, su estrategia y los fundamentales del sector para saber si está expuesta a riesgos estructurales, si sólo se encuentra temporalmente desfavorecida e infravalorada, o si el mercado ha subestimado su capacidad para generar beneficios.
Generación de efectivo creciente
Los inversores que utilizan un enfoque de inversión «barbell» (de dos extremos), consistente en mantener títulos de altísima rentabilidad para obtener rentas y otros que abonan escasos dividendos pero con más potencial de crecimiento, quizás deban afrontar finalmente un número de recortes de dividendos superior a la media mayor del que habían estimado. Nosotros preferimos repartir el riesgo creando una cartera diversificada de títulos que abonen dividendos moderados. Lo que nos interesa es invertir en empresas que generen flujos de efectivo sólidos y crecientes para beneficiarnos de un atractivo crecimiento del capital y dividendos.
Todavía existen abundantes oportunidades para los inversores que busquen rentas periódicas, al existir un universo global con más de 1.300 títulos en el MSCI All Country World Index que actualmente rinden al menos un 2%. Nosotros nos centramos en empresas que abonan dividendos y que ofrecen una rentabilidad generalmente situada entre el 2% – 6%. Esto nos permite garantizar que las rentabilidades que ofrecemos a los inversores alcanzan un nivel aceptable y están convenientemente diversificadas sin depender de un determinado sector o título, lo cual se ajusta a nuestra filosofía de evitar áreas del mercado sobrevaloradas.
Columna de opinión de Ben Lofthouse, miembro del equipo de renta variable internacional de reparto de Henderson.