Podemos decir que las perspectivas para la economía mundial a principios de 2014 eran bastante más atractivas de lo que lo son ahora. Habíamos previsto un ascenso de los mercados este año, pero creíamos que los sectores más cíclicos liderarían este repunte. En cambio, ha resultado ser un año en el que los mercados se han visto impulsados por las variaciones de un reducido subsegmento del mercado. De hecho nos han sorprendido enormemente las drásticas caídas en las rentabilidades del mercado de bonos del universo desarrollado (en buena parte del norte de Europa han alcanzado los niveles más bajos de los últimos dos siglos) dado que los inversores rebajaron sus expectativas en materia de inflación, empezaron a temer la deflación en Europa y, como resultado de la creciente debilidad del crecimiento mundial, optaron por posicionarse agresivamente en empresas con rentabilidades estables y visibles frente a cualquier otro factor.
En pocas palabras, ha sido un año en el que las revisiones de los beneficios no han sido indicativas del comportamiento de la cotización de los valores, tal y como se muestra en los siguientes gráficos. Por ejemplo, el gráfico de la derecha refleja que las variaciones en lo que va de año en las perspectivas de beneficios a 12 meses para los valores cíclicos y defensivos son similares en términos generales. Sin embargo, el gráfico de la izquierda muestra claramente que los precios de estos dos tipos de valores no han fluctuado en línea con sus perspectivas de beneficios, que mostraban similitud: los valores cíclicos se desmarcan notablemente a la baja. Esencialmente, los valores, sectores y áreas geográficas que ya tenían un precio elevado son ahora, en muchos casos, más caros.
No obstante, de cara al futuro, si bien las expectativas de crecimiento a principios de año eran altas —en gran parte de Europa, al menos después del marcado repunte del segundo semestre de 2013—, en este momento han bajado convenientemente. En nuestra opinión, esto propicia una posible divergencia en las expectativas sobre las valoraciones y las de crecimiento. Como tal, nuestras carteras sobreponderan Europa y también Japón, e infraponderan EE. UU. y Asia, para reflejar estas diferencias de valoraciones y la divergencia en las expectativas de crecimiento. Preferimos sectores más cíclicos en vez de los sectores más defensivos, que resultan caros.
Columna de opinión de Matt Beesley, director de Renta Variable Global de Henderson Global Investors