Creemos que los riesgos políticos europeos en realidad han retrocedido en lo que va del año. Si hablamos de los focos de incertidumbre, en Italia el aumento de la Liga frente al Movimiento 5 estrellas en las elecciones regionales y en las encuestas nacionales ha reducido las probabilidades de que el segundo de los partidos pueda implementar sus planes de gasto más controvertidos, que podrían haber desestabilizado los mercados de bonos italianos y haber encendido la mecha de otra crisis del euro.
Mientras, en España, es probable que las elecciones anticipadas produzcan una coalición de derechas que recuperará las políticas económicas generales. Con este escenario de la actualidad en Europa, ¿hay otros factores positivos que sustentan las acciones europeas? En mi opinión sí. El moderado cambio de política de los bancos centrales de mayor importancia en el panorama económico es otro catalizador positivo para los mercados de valores. Tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han manifestado recientemente su intención de relajar la política monetaria en caso de que la desaceleración económica mundial se intensifique.
En este sentido, el otro frente es el que se plantean muchos inversores, que se cuestionan si el avance de la desaceleración puede constituir un factor de riesgo. A mi modo de ver, sí. La desaceleración del PIB mundial continúa y hay que señalar que la pérdida de impulso económico es más notable en Europa, especialmente en Alemania. El país se ha visto afectado negativamente por una crisis de confianza en el sector automotriz, así como por su elevada exposición a la desaceleración del comercio internacional. Y Alemania, como motor económico europeo, está contaminando a sus vecinos.
En otras regiones como China el ritmo de desaceleración del crecimiento económico no es solo el resultado de las tensiones comerciales con Estados Unidos. Desde mi punto de vista hay factores estructurales que el gobierno comunista solo puede compensar parcialmente si no quiere aumentar el apalancamiento financiero de China a un nivel demasiado peligroso.
Así las cosas, siguiendo este panorama, ¿cuál es la perspectiva para las ganancias corporativas? Como resultado de la reducción del ritmo del crecimiento global, las expectativas de beneficios de las empresas cotizadas han estado cayendo, lo que será un importante contrapunto para la renta variable. Y con las valoraciones de capital ya materialmente por encima de su promedio histórico, esperamos que los niveles actuales no sean sostenibles frente a la disminución de los pronósticos de ganancias empresariales.
En última instancia, la cuestión a resolver es si, con este panorama, es momento de ser alcista o bajista. En resumidas cuentas, mientras que los riesgos políticos europeos pueden haber disminuido y las medidas del BCE pueden haber sido más favorables, existen potentes fuerzas negativas que continúan debilitando el comportamiento de las acciones en bolsa.
Entre otras, la desaceleración económica mundial que sigue adelante, el conflicto comercial no resuelto entre China y Estados Unidos, la caída de las estimaciones de beneficios y las valoraciones de capital, que son demasiado generosas. Teniendo esto en cuenta, consideramos que el posicionamiento defensivo que hemos adoptado en nuestras carteras de renta variable europea desde mediados del año pasado todavía está justificado.
Tribuna de Stéphane Dutu, Fundamental Analyst de Unigestion.