Al abordar la temática de inversión medioambiental hemos adoptado un enfoque científico que nos permite abarcar los mayores desafíos. Hay que tener en cuenta que históricamente muchos fondos medioambientales se han centrado exclusivamente en cambio climático, sobre lo que se ha hablado mucho, en concreto emisiones de CO2.
Pero el cambio climático es sólo uno de los nueve límites medioambientales que afectan a la Tierra, según Stockholm Resilience Centre, publicado en revista Nature en septiembre de 2009 “Antropoceno: la gran aceleración”, respaldado por universidades en todo el mundo como mejor esquema de referencia que incluye el cambio climático, la acidificación, la contaminación química, los cambios de uso del suelo, el agotamiento del ozono, el aerosol atmosférico, los cambios en el ciclo del nitrógeno, la pérdida de biodiversidad, los cambios en el ciclo de fósforo y el agotamiento de suministros de agua dulce.
Para cada una de estas nueve áreas los científicos han establecido límites seguros que si se sobrepasan generan efectos medioambientales que dejan de ser lineales y predecibles. De hecho hemos sobrepasado tal límite en biodiversidad, pues la extinción de especies por año debería ser una a diez y es cien veces mayor. También lo hemos superado en emisiones de nitrógeno, atribuible al uso de fertilizantes en agricultura, por un factor de tres o cuatro veces, especialmente en China y Europa, donde el exceso impide que la tierra absorba el químico, el cual termina en agua y ríos, reduciendo el oxígeno disponible para la vida acuática.
El caso que somos los únicos gestores que empleamos este esquema para definir el universo de inversión medioambiental, que nos facilita un universo de inversión bien diversificado. En concreto las principales áreas de inversión de dan en agua, energía, gestión de residuos y reciclaje y agricultura sostenible. Se trata de suministros para infraestructuras de agua y tecnologías; transición hacia energías de baja emisión de carbono y eficiencia energética; reciclaje de desechos, empaquetado y distribuidores de alimentos orgánicos y tecnología de agricultura de precisión y propietarios de bosques.
Medimos el impacto de las compañías en cartera en cada uno de los nueve límites –las empresas que contribuyen demasiado a estas fuerzas no deben ser consideradas en cartera– resultando menor en comparación con el índice mundial MSCI ACWI. Es el caso del uso del agua, donde estamos muy por debajo, atribuible a nuestras inversiones en empresas tecnológicas destinadas a ahorro industrial y comercial.
Conciencia y sensibilidad
Hay que tener en cuenta que lo que más ha cambiado los últimos 10 a 15 años es la conciencia y sensibilidad de la población respecto a polución y su impacto en la salud, en un mundo cada vez más conectado, con nuevos desarrollos tecnológicos de empresas que generan oportunidades de inversión. Hace tres años una periodista China emitió en YouTube el documental “Under the Dome” que puso de manifiesto el problema de polución en su país. Fue visto por 300 millones de personas, 80% de los cuales eran jóvenes y provocó una declaración de política contra la contaminación por las autoridades. En cualquier caso el impacto en política ambiental es local.
De hecho el acuerdo de París es una buena referencia pero lo que realmente cuenta es lo que deciden alcaldes y regiones. Con el nombramiento de Trump hubo un periodo de aumento de la volatilidad extraordinario, durante el cual los sectores financieros y de energía tradicional se comportaron extremadamente bien, pero las acciones relacionadas con energía renovables sufrieron. Sin embargo se ha producido la completa recuperación desde entonces. De hecho los alcaldes en EEUU no están siguiendo a Trump.
El conductor clave es económico
Además el conductor clave es económico, pues las tecnologías aplicadas a uso eficiente de recursos y control de la polución cada vez son más baratas. Además hace 15 años todo lo relacionado con medioambiente se asociaba a energías renovables, que siguen siendo parte de la solución, si bien se trata de una de muchas áreas de inversión.
Así, es destacable el desarrollo del almacenamiento de energía, donde han disminuido mucho los costes, de momento para vehículos pero en el futuro para servicios públicos, donde TESLA puede ser un importante jugador. En vehículos eléctricos e híbridos no tenemos TESLA en cartera sino proveedores de componentes para fabricantes de vehículos. En trasporte y electrificación destacan Tesla, Delphi, Valeo e Infineon –empresa de semiconductores, cuya capitalización de 25.000 millones de EUR. En materia de vehículos eléctricos no hacemos estimaciones, pues hay limitaciones y desafíos que resolver, estamos seguros de que el mercado va en esa dirección. En este sentido nos interesan sobre todo los proveedores de componentes para fabricantes de vehículos.
De-materialización de la economía
Además invertimos en proveedores de automatización industrial, cada vez más eficientes en uso de energía, donde destacan compañías de aplicaciones informáticas para virtualización y simulación 3D. Se trata de la Industria 4.0 que empezó en Alemania, en un movimiento del mundo físico al virtual, especialmente para diseño y test de productos, generando grandes ahorros en materias primas. Con la simulación digital es posible reducir en diez veces el tiempo de I+D en los sectores de transporte, servicios públicos, industrial, salud y tecnologías de la información.
En lugar de crear prototipos físicos es posible probar y optimizar miles, ahorrando gran cantidad de recursos. Es el caso de una las empresas en cartera, Ansys, cuyo cliente antes precisaba crear 5.000 prototipos físicos antes de obtener el producto perfecto y actualmente simula todo. Además los fabricantes de vehículos tenían que probar 10 a 15 choques en diferentes posiciones antes de comercializarlos. Es cosa del pasado, pues ya pueden obtener certificados virtuales. Incluso Airbus puede ahora simular choques de aviones. Otros fondos medioambientales no invierten en esta área, que denominamos de-materialización de la economía. En soluciones de desmaterialización de la economía destacan Dassault Systems, Ansys, Hexagon y la japonesa Keyence, que proporciona visión virtual en 3D de precisión y rapidez, facilitando la reducción de productos defectuosos y menor desperdicio en procesos de producción de alta velocidad.
Además sólo un tercio de la energía primaria –antes de cualquier conversión o transformación– llega al punto de uso. Dos tercios se pierden en el camino. Pero existen tecnologías innovadoras para reducir su consumo en fabricación, construcción, administración de edificios y transporte. Además los gobiernos están invirtiendo para revertir la contaminación, con nuevas leyes y regulaciones. Esto tiene influencia en países industrializados y emergentes. En construcción los edificios han de ser eficientes, consumiendo menos energía y agua, con tecnologías de iluminación y aislamiento, lo que facilita mejores rentas. En “construcción verde” es el caso de AO Smith, AcuityBrands, Kingspan y Schneider Electric.
El micro riego inteligente
También es destacable la irrigación inteligente y agricultura de precisión, con menor uso de agua y fertilizantes. Hay que tener en cuenta que 70% del consumo mundial de agua es atribuible al riego, 95% del cual se hace por inundación. Pero el micro riego inteligente puede ahorrar entre el 30% y el 80%, con menor uso de fungicidas, herbicidas y pesticidas.
Además apenas se recicla 20% del agua es crucial, un nivel insosteniblemente bajo. Sin embargo las correspondientes tecnologías y equipos de tratamiento y reciclado están siendo desarrolladas por empresas privadas innovadoras liderando el camino, incluyendo el desarrollo de técnicas de riego más eficientes.
En tecnologías relacionadas con agua y soluciones para reciclado y reutilización, monitorización e irrigación de precisión destaca Xylem, compañía con tecnología aplicable a todo el ciclo del agua y capitalización de 10.000 millones de dólares, Ecolab, Trimble y Suez Evironnement. En gestión de residuos, reciclado y control de polución destacan Smurfit Kappa, Waste Connections, la norteamericana Donaldson, especializada en filtros para motores y procesos industriales, favorecida por la regulación cada vez más estricta, en un nicho de pocas compañías, así como la China Everbright International.
Mercado de dos billones de dólares
En conjunto estamos ante un mercado de dos billones de dólares en ventas que crece al 6%-7% anualmente, por encima de 3%-4% la economía mundial, con amplio impacto, incluso en caso de crisis pues incluye tecnologías de cada vez mayor demanda.
Tras haber pasado el filtro de mínimo impacto medioambiental según los nueve límites del planeta llegamos a un universo de 400 cotizadas, que se va ampliando cada año con 20 a 25 salidas a bolsa, que deben mostrar al menos 20% de exposición a desarrollo de soluciones medioambientales. Además no seguimos al índice y de hecho la participación activa es del 97%, con 29% de valores fuera de índice (una alta “participación activa” caracteriza a gestores activos de fuertes convicciones. Es la suma de la proporción del peso de cada acción en el fondo respecto al índice de referencia y varía de cero a 100%).
Como resultado de la selección de acciones el segmento de eficiencia energética representa actualmente 31% de la cartera, tecnologías relacionadas con agua 18%, gestión de residuos y reciclaje 14%, de-materialización de la economía 14% y agricultura y silvicultura sostenible 7%, seguido de control de polución y energía renovable, con 6% cada una.
Es destacable el buen comportamiento de la de-materialización de la economía. Geográficamente 45% son acciones norteamericanas y 28% europeas, sin embargo por ventas hay cierto equilibrio geográfico, con 38% Norteamérica, 29% Europa y 24% emergentes. Hay que tener en cuenta que las ventas en China y Asia llegan a suponer 15% de ventas de las compañías europeas en cartera. Es decir actualmente preferimos la exposición a emergentes de manera indirecta.
Tribuna de Luciano Diana, director de inversión temática ambiental y gestor de Pictet Global Environmental Opportunities.