Si algo ha quedado demostrado en 2016 es que, a pesar de las caídas de los índices en algunos países europeos y en China, la evolución de las bolsas ha sido, en su mayor parte, positiva. La mayoría de las regiones se ha beneficiado de unas condiciones financieras favorables y del aumento de las perspectivas de beneficios durante el segundo semestre, y se han producido profundas rotaciones sectoriales entre los sectores cíclicos y defensivos en beneficio de los sectores financiero y de la energía. Por otra parte, en los países emergentes, los índices bursátiles registraron durante todo el ejercicio avances sólidos tras el retroceso del dólar y la revalorización de las materias primas.
En este contexto, y a pesar de las numerosas incertidumbres que desde nuestro punto de vista jalonarán el año 2017, mantenemos las inversiones en los activos de riesgo y conservamos el posicionamiento en la bolsa estadounidense que ya adoptamos tras las elecciones presidenciales. El entorno de alzas moderadas de la inflación y de aceleración del crecimiento es positivo para los beneficios de las empresas; no obstante, se prestará una atención particular a los acontecimientos internacionales y a la puesta en marcha de los programas de los gobiernos para prever cualquier posible decepción en el plano del crecimiento económico.
En Europa, las perspectivas de subida de las cotizaciones siguen estando lastradas por las persistentes incertidumbres en torno al sector bancario y las próximas elecciones legislativas en países clave de la zona euro. Cualquier avance que se produzca en estos frentes podría relanzar el optimismo del mercado. No obstante, en caso de decepción económica en Estados Unidos, es poco probable que se produzca una divergencia con el viejo continente.
Uno de los temas importantes a tener en cuenta en el entorno de la economía global es que la perspectiva de un aumento del proteccionismo y de las barreras comerciales a nivel mundial por influjo de Estados Unidos plantea un riesgo considerable para los países asiáticos. No perdamos de vista que China es el socio comercial más importante de Estados Unidos, por lo que el efecto indirecto de estas medidas sobre el resto de Asia es sustancial, sobre todo para Corea del Sur y Filipinas.
En cuanto a India, las consecuencias de la desmonetización de una parte de los billetes en circulación harán mella en el crecimiento en 2017. En este entorno, el sesgo favorable a Asia dentro de la asignación a los mercados emergentes se reducirá en beneficio de los países que se beneficiarán de la salida de la recesión y los avances de los precios de las materias primas.
En términos generales, la gestión activa seguirá siendo clave para tener éxito en un 2017 que se presenta muy volátil. Si nos centramos en la renta variable en particular, desde Mirabaud seguimos viendo oportunidades interesantes y con valor, muy especialmente en la bolsa española y en las pequeñas compañías europeas, siempre con una aproximación de selección de valores y carteras de convicción, como hacen nuestros equipos gestores en los fondos Mirabaud Equities Spain y Mirabaud Pan Europe Small & Mid Caps, donde su gran track record demuestran los buenos resultados de esa gestión activa. En renta variable, si uno no sabe hacia dónde se dirige, probablemente acabe en otro sitio… y 2017 no es un año para perderse.
Raimundo Martín es director general de Mirabaud Asset Management para España, Portugal y Latinoamérica.