Las plataformas digitales financieras no sólo han dinamizado el mercado en el que la banca tradicional era protagonista, sino que han permitido el ingreso de una nueva generación de inversores quienes, con una mínima capacidad de ahorro, tienen la posibilidad de proteger sus ingresos y de incrementarlos con objetivos realizables, como sumar estabilidad a su futuro o adquirir un bien.
Esta democratización ha incluido la apertura a nuevos segmentos etarios, con especial foco en los centenials, cuya educación financiera les permite mejorar el rendimiento de sus ahorros a diario. Actualmente es posible invertir a través de una app en un solo clic, cuando antes había que enfrentarse a varios pasos o, incluso, complejos procesos de aprobación para la apertura de cuentas.
Hoy observamos que los adolescentes tienen interés en comprender y comenzar a utilizar herramientas financieras para tener sus primeros acercamientos al universo de las inversiones.
La inteligencia artificial (IA) generativa los atrae a la hora de elegir valores, de allí que las acciones de empresas que desarrollan esta tecnología exhiban un rápido crecimiento, lo que puede traducirse en mejores rendimientos que en industrias más conservadoras. Además, la IA también interviene a la hora de seleccionar instrumentos o productos de inversión, lo que demuestra la fiabilidad que tiene para la población de jóvenes adultos.
En este nuevo escenario, los jóvenes se inclinan hacia una gran variedad de opciones, como los fondos cotizados, las acciones o los cripto activos, entre otros productos. Frente a tanta oferta, la función estrella a la hora de invertir los pesos es la que permite la compra de dólar MEP en un click pero también se advierte mucho interés de estos usuarios en herramientas como los Fondos Comunes de Inversión y los CEDEARs.
Es el caso de los fondos monetarios, que se caracterizan por generar rendimientos diariamente y permitir una liquidez inmediata. Suelen ser la puerta de entrada al mercado de capitales para el público joven, porque permiten suscribir cantidades mínimas de dinero; proteger los ahorros de la inflación y, además, son administrados por expertos.
Si bien se advierte un interés creciente de los jóvenes sobre cómo administrar su capital, todavía hay mucho por hacer en materia educativa a edades más tempranas, sobre todo porque las regulaciones ya admiten que los adolescentes operen con cuentas digitales, tanto para pagar como para eficientizar sus primeros ahorros.
La desvalorización del dinero como consecuencia de la inflación –fenómeno que se registra en diversos mercados, no sólo en los emergentes– ha impulsado este proceso. Es importante tener en cuenta que decisiones acertadas de inversión en la primera juventud, e incluso adolescencia, pueden garantizar tranquilidad en etapas próximas al retiro, por lo que sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la importancia de ocuparse de su bienestar financiero es fundamental.
Por supuesto, la educación financiera implica una gama más amplia de operaciones y conceptos básicos, como aprender a elaborar un presupuesto y comprender la letra chica de los créditos y los seguros. Se trata, además, de un camino de autoconocimiento, porque quienes se forman comienzan a detectar cuál es su perfil de inversor (conservador, de moderado riesgo o de alto riesgo).
En este trayecto, sin dudas la experiencia de usuario es lo que les permitirá a los jóvenes transitar la avenida de la inversión y el ahorro con una mayor confianza. Los packs para primeros inversores o Starter Packs están teniendo una gran adopción entre los usuarios menos experimentados, sobre todo, los jóvenes porque los ayuda a decidir y simplificar su experiencia en el mundo de la gestión patrimonial.
En un mundo para todos, la gestión del dinero no puede ser para unos pocos. Incorporar a cada vez más segmentos poblacionales puede dar un nuevo y saludable impulso al sistema financiero.
Tribuna de Andrés Ondarra, CEO de Banza.