Las fintech están alterando muchos aspectos de la industria de servicios financieros y la gestión de patrimonios no es una excepción. Las fintech pueden proporcionar una mayor personalización a un coste mucho más bajo que los modelos de gestión de patrimonio tradicionales, muchos de los cuales dependen en gran medida de los recursos humanos y requieren de procesos complejos altamente manuales.
Las grandes preguntas que nos hacemos son: ¿cuál será el impacto de las fintech en la industria de la gestión patrimonial?, ¿los nuevos actores tendrán éxito en la transformación del negocio de gestión patrimonial en la medida en que elimine a los actores tradicionales o simplemente traerá más capacidades a una industria que ya está sufriendo de bajos márgenes? Si es lo primero y las fintech comienzan a amenazar a los gestores de patrimonios existentes hasta casi la extinción, los gestores tendrán dos opciones: seguir la tendencia con un modelo de negocio en el que poseen la cadena de valor completa, que ha demostrado ser rentable, pero lucharían contra los altos costes y la complejidad de ejecución, o bien apoyar su negocio en una plataforma de suministro de terceros para focalizar sus recursos e para focalizar sus recursos en el usuario final.
Creemos que el negocio que utilice una plataforma de suministro será el modelo más exitoso. Esta visión se basa en lo que hemos visto con la irrupción de la tecnología en las industrias de consumo, como el ocio y los viajes con Airbnb y Uber, respectivamente. Una característica clave de esta revolución digital ha sido el crecimiento de los modelos comerciales que dependen de la agregación de servicios para construir una experiencia de usuario mejorada, en lugar de exprimir los activos propios ofreciendo una gama cada vez mayor de productos y servicios. En resumen, las empresas que ofrezcan una amplia gama de productos de terceros y consigan reforzar la experiencia del usuario generarán un valor añadido que les permitirá sobrevivir de cara a las necesidades del cliente de mañana.
Muchas personas creen que la gestión de patrimonios es inmune a la irrupción de la tecnología debido al alcance de los servicios altamente personalizados y las relaciones personales profundas que la mayoría de los proveedores ofrecen a sus clientes de altos patrimonios. Pero en realidad son los clientes con altos patrimonios los que están cambiando.
La revolución digital se ha hecho hueco en muchos aspectos de su vida cotidiana, ya sea en las compras online o en los viajes de lujo, y quieren este nivel de comodidad, control, seguridad y experiencia en la gestión de su riqueza
La combinación de nuevas y poderosas tecnologías está permitiendo esta revolución digital en los servicios financieros. En particular, la proliferación de la arquitectura abierta está siendo impulsada por el uso creciente de API que permite a los operadores ya establecidos y nuevos participantes crear las mejores propuestas que se basan en los servicios múltiples de terceros. Además, el uso de las API (Interfaces de programación de aplicaciones) permite que la experiencia del cliente sea más agradable y fácil, lo que crea una mayor rentabilidad, agilidad y flexibilidad que las tecnologías anteriores.
Entonces, ¿cómo deberían las firmas de gestión de patrimonios adoptar estrategias exitosas de arquitectura abierta y convertirse en negocios de plataforma? Muchos de ellos ya ofrecen servicios complementarios proporcionados por terceros, como brokerage y análisis, como parte de la experiencia del cliente, pero dichos servicios a menudo están sujetos a acuerdos complejos que llevan tiempo actualizar o reemplazar. El beneficio de las API es que permiten a terceros acceder a los sistemas y plataformas de los demás con mayor facilidad.
Los gestores de patrimonios que adopten el modelo API tendrán nuevas oportunidades para seleccionar y revisar periódicamente el valor de su propia propuesta para los clientes. Esto es un factor diferenciador, más allá de una simple «mejora» de producto / servicio.
Hasta ahora, los cambios realizados en el sector de la gestión de patrimonios se han visto en la experiencia del cliente, en lugar de en una reconfiguración del panorama competitivo, pero esto último está en camino. Para tener éxito en este nuevo mundo, los gestores de patrimonios no solo necesitan una comprensión profunda de las necesidades cambiantes de los clientes, sino también una comprensión de cómo las nuevas tecnologías pueden satisfacer estas necesidades.
En resumen, si los gestores de patrimonios no adoptan la tecnología y una estrategia digital efectiva, su propia existencia puede verse amenazada.