En los últimos años muchas han sido las gestoras de fondos que han puesto el ojo en los mercados asiáticos, frente a Europa o Estados Unidos, aumentando las posiciones de sus carteras en países como China, Japón y el sudeste asiático, y el value no se ha quedado atrás. Asia es sin duda un terreno lleno de oportunidades a largo plazo para los inversores: los mercados y las empresas son menos maduras que los mercados desarrollados y más volátiles, lo que da lugar a ciertas incapacidades que los inversores value pueden descubrir y aprovechar de manera sistemática.
En comparación con los mercados europeos o americanos, la principal ventaja de estos mercados es que la base de inversores minoristas y particulares es mayor. Por poner un ejemplo, solo en China, los inversores minoristas representan más del 80% y, según un estudio, dos tercios de ellos no tienen estudios superiores. Los mercados están más impulsados por razones no fundamentales. Del mismo modo, el número de entidades cotizadas por personas es mayor que en Occidente. En el caso de España o Francia hay dos o cuatro empresas por cada millón de habitantes, frente a las 20 o 10 de Taiwán o Corea del Sur. Así, muchas empresas asiáticas no tienen brokers, especialmente las de pequeña y mediana capitalización.
Otra de las principales ventajas de estos mercados frente a los occidentales es que muchas empresas no informan en inglés ni suelen hablar frecuentemente con los inversores extranjeros. Por tanto, muchos inversores no se molestan en analizar las pequeñas y medianas empresas en Asia, lo que permite que haya un abanico amplio de oportunidades para los gestores que analizan más exhaustivamente las compañías. Por ello, es importante contar con un equipo sólido y multicultural en la zona que pueda conocer y visitar estas compañías para realizar un análisis más profundo.
En el proceso de elección y análisis de estas compañías en el mercado asiático evitamos el ‘juego de valor puro’, que por lo general son baratas por algunas razones, entre las que se encuentra la industria mercantilizada, la mala gobernanza corporativa o la asignación de capital. Por tanto, somos partidarios de centrarnos en compañías de alta calidad, con una valoración atractiva en la región en la que opera.
En lo que respecta a los países, Japón ofrece empresas de alta calidad y que crecen a buen ritmo. Avant Corp es un buen ejemplo, líder en el nicho de software de consolidación contable, también Toyota Industries, el mayor fabricante de carretillas elevadoras a nivel mundial. En líneas generales, observamos una tendencia en la asignación de activos y una mejora del buen gobierno corporativo en Japón que son positivos; del mismo modo aún se pueden encontrar compañías con valoraciones atractivas. Corea del Sur presenta también un comportamiento muy similar, aunque más lento.
En cuanto a China, observamos activos de alta calidad, como Alibaba, Kweichow Moutai, una de las mejores marcas de China o el propio aeropuerto de Shangai, que se beneficia de un turismo al alzan en el país. Clear Media, líder en publicidad de autobuses en China, es otra de las compañías que observamos con atención. Si comparamos el mercado chino con el europeo y el americano, vemos que en China hay valoraciones más baratas para grandes activos con un fuerte poder de fijación de precios y con una gran trayectoria de crecimiento.
Por otro lado, no perdemos de vista los países del sudeste asiático, como Singapur, Tailandia, Malasia e Indonesia. Las perspectivas económicas en estos países son muy buenas, con una buena demografía, aumento de la clase media y una modernización en general de la región. En este contexto, nos inclinamos hacia las compañías que se benefician de estas tendencias, como Sarana Menara, la compañía de torres de telecomunicaciones más grande de Indonesia, o Haw Par, el conocido fabricante de bálsamo de tigre. Además, también buscamos oportunidades en mercados fronterizos como Vietnam o Bangladesh, con mucho potencial y donde todavía no se ven muchos inversores extranjeros.
Por tanto, podemos decir que el futuro a corto-medio plazo para la inversión en Asia es muy alentador y a los datos nos remitimos: calculamos que hay 16.000 empresas asiáticas por debajo de los 2.000 millones de dólares muchas de las cuales no están cubiertas. En este sentido prevemos que el número de compañías se multiplique en los próximos 15-20 años, en el momento en que las empresas empiecen a salir a bolsa, en países de economía creciente como la India o China. Por consiguiente, esta situación debería ofrecer más acciones peor valoradas respecto a otras áreas y por tanto más oportunidades para los inversores.
Artículo de opinión de Jacques Gout Lombard, analista financiero en Amiral Gestion.